Para esta semana tenía un amplio repertorio de juegos a los que recurrir, pero he decidido decantarme por uno en especial. En la línea de mi anterior post, A Short Hike, el juego lo pude conseguir gracias al Bundle For Racial Justice and Equality. Le toca el turno a Mortician’s Tale, una joya indie con un trasfondo especialmente curioso.
Vida y muerte
Estoy bastante convencido de que pocas personas se encuentren esta trama de buenas a primeras y digan “ostia, que interesante, siempre he querido embalsamar cadáveres”. Pero el juego, sin duda, es algo más. Charlie, una recién graduada como “directora de funerarias” en prácticas dentro de Rose and Daughters Funeral Home. Esta funeraria es una empresa familiar que se toma muy en serio su profesionalidad ante estas celebraciones a la muerte.
Cada vida es un mundo, al igual que cada muerte. Cada dolor, cada perdida, todo ello se clava en nuestro ser dejando cicatrices con las que debemos vivir toda nuestra vida. Las personas que hemos padecido este dolor sabemos que no se puede superar, solo aprender a vivir con ello, y por tanto el trabajo de las funerarias es clave en muchas ocasiones para que los que quedamos atrás podamos dar ese último adiós a nuestros seres queridos. Un trabajo que requiere respeto, ante todo, y mucho tacto.
Cuando la jugabilidad no existe
A Mortician’s Tale, de Laundry Bear, es un juego narrativo y la jugabilidad se supedita únicamente a la historia, sin ninguna repercusión a nivel real. No debemos de esperarnos hacer recepciones con mecánicas interesantísimas o un embalsamamiento que sea poco más que un mero trámite jugable. Jugamos, pero no lo notaremos en ningún momento porque no tiene valor y las mecánicas del videojuego solo son un medio con el cual avanzar. Sin muertes, sin errores, hacemos lo que la máquina nos pide que hagamos para continuar la historia.
Y entonces, ¿cuál es el valor del producto? Seguramente alguno de vosotros haya probado Graveyard Keeper, gestión pura de cementerios con un toque MUY a juego de granjas. Un polo opuesto absoluto a Mortician’s Tale donde el cementerio (y la muerte) es escenario y no aporta ninguna reflexión interna, pero a su vez está a un mundo de distancia en cuanto a diversión con respecto a este.
El valor de despedirnos de nuestros seres queridos
El valor de A Mortician’s Tale es como trata la muerte y las ceremonias fúnebres a nivel informativo. El ordenador es nuestra fuente de noticias, historia e información complementaria. Todo lo demás que pasa en el juego no tiene ningún valor. Sin embargo, el “juego” es interesante por como nos enseña sobre funerales y técnicas de embalsamiento, cremación y entierros a la par que nos cuenta la historia de Charlie y como cumple su sueño.
Es por tanto difícil de recomendar este “juego”. Es, como dirían por las redes, una experiencia interactiva, algo que no habrás jugado nunca y puede llegar a gustarte… si consigues pasar por alto sus múltiples carencias. Es un producto que no aporta nada a nivel de diversión, pero a su vez resulta interesante por la temática que trata y el respeto y claridad con el que la hace.
En resumen
A Mortician’s Tale es, sin duda, algo diferente, para bien y para mal. No puedes esperarte nada que te motive a nivel jugable si no que dependes de tu propio interés en el tema y en el tratamiento del leitmotiv en el que gira el juego. Yo le di una oportunidad y me gustó, pero… ¿se la darás tu?