Análisis de Broken Pieces, un survival horror de lo más peculiar

El estudio debutante Elseware Experiencie, formado por solo cinco personas, nos sumerge en un survival horror de corte clásico, pero con elementos modernos. Una propuesta que nos ha sorprendido gracias a los pequeños detalles. Te contamos qué puedes esperar de Broken Pieces.

Broken Pieces

Como en los viejos tiempos

¿Recuerdas esos survival horror de los 90 en los que exploración, backtracking, combates y puzles se daban la mano? Resident Evil, Silent Hill, Alone in the Dark… Pues jugar a Broken Pieces nos recuerda a todos ellos. Con sus más y sus menos, el título apuesta por la fórmula de antaño y hace un buen uso de la gran mayoría de las mecánicas que definieron a todo un género.

No faltan las cámaras fijas —aunque podemos moverla un poco— que juegan un papel fundamental a la hora de mantenernos en tensión y preguntarnos qué nos espera a la vuelta de la esquina. Además, tenemos un botón que nos permite cambiar la perspectiva e incluso visualizar el escenario en primera persona mientras nos situamos en una posición estática. En pleno 2022 es de agradecer que sigamos viendo cosas así.

El escenario de Broken Pieces es un gran rompecabezas en sí mismo, y eso nos ha gustado mucho. Nada más salir de casa y echar un vistazo a la calle principal, nos damos cuenta de que hay varios caminos que no podemos tomar en dicho momento, ya que hay bloqueos y mecanismos con los que no es posible interactuar hasta más adelante. Lo mismo sucede en cuanto avanzamos un poco y comenzamos a ver armarios cerrados con código numérico, documentos de textos que albergan pistas, elementos que requieren encontrar una manivela o un fusible… Cualquier fan del survival horror de siempre se sentirá como en casa.

Broken Pieces

Por su parte, el sistema de combate es muy sencillo y funcional. No esperes una gran profundidad, pero tampoco algo fallido que se convierta en un lastre; las batallas funcionan bien gracias a su simpleza. Apuntar y disparar, solo debemos saber eso. Bueno, también podemos esquivar para librarnos de un golpe fatal, claro. Aprender a dominar este tipo de encuentros no es algo difícil. Eso sí, hay que decir que el bestiario de enemigos no brilla por su variedad y en cuanto a diseño no está demasiado inspirado, algo habitual en propuestas de carácter modesto.

Un elemento que nos ha gustado mucho es que el tiempo pasa mientras jugamos; tenemos un simpático reloj con forma de cangrejo —aunque yo soy más del clásico Casio con cronómetro— en el que podemos ver qué hora es. Y nada más comenzar la aventura, hay algo que se nos deja bien claro: a las 20:00h debemos estar en casa. Esto no quiere decir que no podamos explorar durante la noche, pero cuando llega el ocaso no podemos garantizaros vuestra seguridad. Ya lo entenderéis.

Eso sí, las agujas del reloj no giran demasiado rápido, por lo que no debéis preocuparos demasiado, ya que el juego no suele forzar a correr como un condenado y cada expedición cunde y ofrece una ventana generosa para avanzar y seguir explorando. El matiz más importante reside en la transición entre zonas, ya que en este caso sí que vemos un cartel informativo que nos indica cuánto tardaremos en llegar. Por ejemplo, pasar de la sección inicial a la zona del faro lleva algo más de una hora y volver a casa, otra más.

También nos ha resultado interesante que Elise sea capaz de ejecutar ciertas habilidades como la manipulación del clima; acciones puntuales que nos permiten modificar el entorno y acceder a lugares inaccesibles previamente o ayudarnos a decantar un combate en el que las cosas se han complicado más de la cuenta. No hablamos de poderes mágicos, sino de un extraño dispositivo ligado a la misteriosa historia que nos cuenta Broken Pieces.

Hay que decir que el desarrollo, fruto de un equipo formado por cinco personas, da lugar a un apartado gráfico más que discreto. Un peaje habitual en este tipo de proyectos que, por suerte, en este caso logra maquillarse con una buena dirección de arte y una ambientación que convence. El uso de la iluminación ayuda mucho, ya que los escenarios cambian por completo en función de si estamos jugando durante el día o por la noche. Por suerte, no hemos encontrado grandes problemas en cuanto al rendimiento técnico: el juego no rinde nada mal.

Una pequeña y extraña sorpresa

En definitiva, Broken Pieces es una propuesta original; un survival horror de corte clásico con elementos modernizados. Un título con una factura modesta, fruto de un desarrollo realizado por apenas cinco personas, pero con muy buenas maneras a la hora de tocar las teclas correctas para llamar la atención de los fans del género. Si aún no lo conoces, no dudes en echarle un vistazo en su página de Steam. No inventa la rueda, pero ofrece un conjunto equilibrado y con detalles muy interesantes. [70]

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