Visions of Mana: La saga sigue fiel sus raíces

Tras más de tres décadas de historia, la saga Seiken Densetsu (conocida en Japón como Mana) ha pasado por momentos dorados, como con Secret of Mana, y altibajos como Dawn of Mana, lo que supuso que la saga quedara en tierra de nadie durante más de una década. Ahora, después de 18 años, llega Visions of Mana, la primera entrega principal en casi dos décadas, y quinta en total si contamos solamente las entradas principales, que viene a rescatar ese aire añejo teniendo muy presente a las entregas que le dieron fama.

visions of mana

Apostando por lo clásico

Aún con la alegría de tener una nueva entrega, la verdad es que el lanzamiento de Visions of Mana es bastante agrio, ya que Netease, la empresa matriz, anunció que cerraría Ouka Studios, el equipo encargado del juego y compuesto por veteranos de la saga, inmediatamente después de que el título saliera. Todo debido a la disminución del interés de la corporación por el mercado japonés.

Aún con esta mala noticia, que podría haber generado incertidumbre durante el desarrollo, el resultado final es más que notable. Se nota que estamos ante un lanzamiento que busca rescatar esa esencia clásica del género JRPG, tras varias entregas de la saga de bajo perfil – que básicamente se trataban de remakes –, y juegos free-to-play, apostando esta vez por brindarnos una experiencia más bien familiar. Todo mientras explora temas como el destino, la religión y la naturaleza, a través de la historia de nuestro grupo de personajes, donde a la mayoría tendremos que buscar para completar el sacrificio ritual en el que gira el argumento.

Guiando a los elegidos

La historia sigue a Val, un chaval de 17 años con un carácter bastante marcado, quien debe acompañar a siete «exvotos», personas de distintas regiones y razas que representan a diferentes elementos que están destinados a sacrificarse por la naturaleza cada cuatro años para mantener el equilibrio del mundo. Pero lejos de sentir miedo, todo esto lo consideran un honor, ya que además aseguran la protección de sus poblados. Eso sí, a pesar de tener momentos emotivos a causa de esto, no estamos ante un dramón, más bien nos encontramos con muchos toques de humor.

Como decía, es una entrega extremadamente clásica. En Visions of Mana personalmente me he sentido como si jugase a las entregas que salieron en Super Nintendo o aquel remake del primer juego de SNES que salió en Game Boy Advance, solo que aquí estamos en entornos en 3D. Así que la aventura sigue el estilo tradicional de la saga: empezamos en una aldea, exploramos el mapa contiguo, luchamos contra monstruos y nos enfrentamos a jefes en mazmorras. Hay bastantes ciudades y la verdad es que muchas de ellas son bonitas y variadas pero muy limitadas en interactividad, con más bien pocos personajes secundarios de relevancia y diálogos contados. Vamos, que mayormente el cometido de estos poblados es ir a las tiendas a actualizar el equipo y poco más.

Explorando lugares oníricos…

Como toda entrega de la saga (por lo menos las que he jugado), la principal gracia de Visions of Mana es recorrer y explorar sus variados escenarios. De hecho en esta entrega todo el tema de la recolección de objetos en el mundo es extremadamente importante porque nos permitirá aumentar nuestros poderes, conseguir técnicas e incluso cambiar de clase. Sobre esto último, los personajes pueden equipar las llamadas reliquias elementales que les otorgan esas clases específicas, cada una con habilidades, características (y visualmente, ya que nos cambia la apariencia) únicas que podemos potenciar. Además, las «semillas de habilidad» permiten desbloquear ataques especiales y hechizos, enriqueciendo de esta manera el sistema de progresión.

Decir que no solo tenemos que guiar a los exvotos, también hay algunas misiones secundarias que nos comenta la gente de los pueblos y que suelen estar relacionadas con dar con una persona, encontrar ciertos objetos o luchar contra un enemigo (todo muy «recadero style», sí). También nos queda pronto claro que muchos lugares del mapa solo se pueden completar regresando posteriormente con nuevas habilidades o los stats más evolucionados, ya que al principio veremos que hay lugares donde el nivel de los enemigos es extremadamente alto. El backtracking, como suele pasar, es una manera de extender el tiempo de juego, ya que algunos lugares solo pueden ser desbloqueados más tarde al obtener nuevas habilidades o mejorar nuestros personajes. Sin embargo, todo esto es completamente opcional.

Y batallando

Decir que los escenarios son semi abiertos y bastante extensos. De hecho no solo se pueden recorrer a pie, sino también usando monturas de animales y tanto por tierra, mar y aire, aunque esto dos últimos son para recorrer más rápido el mapamundi. Aunque todo el tema de la exploración resulta entretenida y visualmente atractiva en muchas ocasiones, que se vuelva repetitiva debido a la limitada variedad de coleccionables y desafíos es bastante común. Además, el sistema de movimiento se nota un poco torpe, ya que, aparte de los movimientos que desbloqueas con las reliquias, el moveset se reduce básicamente a saltar y correr, lo que complica la navegación en terrenos más irregulares.

El sistema de combate sigue la tradición de ser en tiempo real, con transiciones mínimas al entrar y salir de las batallas. Y con enemigos visibles en el mapa que reaparecen tras ser derrotados, lo cual nos permite farmear de manera fácil y también nos servirá para aprovechar los potenciadores cronometrados que podemos usas. Los combates son rápidos, fluidos y vistosos, aunque no deja de ser principalmente machacar botones, salvo en momentos clave donde sí nos hará falta el esquive, atacar de manera más cíclica y aprovechar herramientas asociadas a las clases.

Bien acompañados en la aventura

También nos suelen acompañar hasta dos personajes en estos momentos de acción, de los cuales uno lo manejaremos nosotros (aunque podemos cambiar rápidamente a quien controlar mediante la cruceta) mientras que el resto lo harán de manera automática vía IA que previamente podemos configurar. Ciertamente esta gestiona a los aliados de manera bastante eficiente (ya digo, los combates suelen ser un visto y no visto casi siempre), salvo si optamos por las dificultades más altas ya que no atina de la misma manera.

Decir que contamos con 5 de estos modos de dificultad, donde podremos optar por niveles donde todo nos parecerá todo un paseo o si lo queremos pasar mal, o más bien dominar las mecánicas que nos ofrece Visions of Mana, también tendremos esa opción. Y sí, como decía podemos cambiar de personaje jugable ya que en Visions of Mana podremos manejar hasta cinco diferentes, de los cuales todos cuentan con técnicas y estilos de combate diferenciados según el tipo de clase por el que hayamos optado.

Altibajos en materia gráfica

El apartado gráfico cumple. No es que vaya extremadamente fluido y muchos de los escenarios a veces nos parecerán un poco desangelados, aunque en las áreas más detalladas podemos disfrutar de paisajes realmente hermosos. Curiosamente también me ha llamado mucho la atención el diseño de algunos personajes que siguen con la estética anime recargada y onírica de la saga, lo cual es un plus. La banda sonora cumple con creces, sí.

En definitiva

Visions of Mana recupera la esencia clásica de la serie, con un enfoque muy marcado en lo que es el descubrimiento personal y la conexión con la naturaleza, algo tradicional en la saga. Aunque, como pasa en este tipo de juegos, no se nos ofrece una narrativa extremadamente compleja, la historia es entretenida y de hecho hay algún giro de guión interesante. Además los personajes no dejan de ser entrañables, hay mucho por recorrer y el sistema de combate mantiene el ritmo de un juego que nos dará muchas horas [85]. 

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