Después del juegazo que resultó ser 13 Sentinels: Aegis Rim, tenía mucha expectación por saber dónde iba a tirar Vanillaware en el futuro inmediato, dando por supuesto que me iba a encontrar con una dirección artística que roza lo sublime, como ya es tradición.
Lo que no me esperaba es que se fuesen a marcar un regreso tan contundente a la fantasía medieval con Unicorn Overlord, un título que no solo es el más ambicioso de su historia, sino que también redefine lo que un RPG estratégico puede llegar a ser.
Ya lo primero que sorprende poco después de empezar es el gigantesco mapamundi que tienes a tu disposición prácticamente desde el principio. Aquí no hay caminos prefijados: tú decides cómo avanzar, ya sea yendo directamente a por el jefe final si lo tienes claro o recorriendo cada rincón para liberar aldeas, fortalecer tu ejército y descubrir secretos. Esta libertad de exploración le da un aire épico que pocas veces he visto en juegos del género, a la vez que notamos de manera evidente cómo estos añadidos son un gran paso adelante para el pequeño estudio.
Ambicioso como pocos
También en cuanto al combate, Unicorn Overlord toma ciertos riesgos que al final han salido bien. Básicamente es un sistema en tiempo real donde mueves a tus tropas por el mapa y, al entrar en contacto con el enemigo, se inicia una secuencia automática que refleja los resultados de la batalla. Aunque su ejecución no deja de ser sencilla, la gestión de recursos y la construcción de nuestros escuadrones de manera equilibrada es lo que termina siendo clave para progresar. Con más de 70 personajes reclutables, 60 clases diferentes y la posibilidad de profundizar relaciones con tus aliados (sí, puedes casarte con alguna), las opciones estratégicas son inmensas y muy gratificantes para quien quiera exprimirlas al máximo.
Eso sí, es verdad que la historia es simple, llena de clichés propios de la fantasía medieval (lo cual es una pena pensar que han dejado de lado la alta carga narrativa que había en 13 Sentinels), pero sirve como una excusa perfecta para centrarse en lo que de verdad importa: las mecánicas y la exploración. Y todo esto, claro, envuelto en esa dirección artística del estudio que convierte cada pantalla en una obra de arte. Los escenarios, los diseños de personajes y la banda sonora, que acompaña cada momento, son el sello de calidad que esperábamos de Vanillaware.
Unicorn Overlord es un viaje grandioso también pide compromiso del jugador (pasaremos mucho tiempo en el menú para gestionar a nuestros soldados por ejemplo), pero que recompensa cada minuto con creces. Por su libertad, profundidad táctica y una presentación visual impecable, está más que claro que es un firme candidato al GOTY 2024.
Si quieres votar a este Unicorn Overlord como uno de los mejores juegos del año, o tienes tus propios candidatos, pásate por este post y déjalo en los comentarios.