Seguimos viviendo años donde los juegos que salen se sienten como los de antes. Ese es el caso de Ninja Gaiden Ragebound, un título que nos trae el sidescrolling de antaño, con mecánicas modernas y con la unión de dos clanes que le dan un giro interesante a esta gran aventura.
Confirmando sensaciones
Desde su anuncio les tuve mucha fe a Ninja Gaiden Ragebound. Visualmente me encantó, el hecho de que The Game Kitchen estuviera encargado del desarrollo me ilusionó, la demo me emocionó y el juego final me maravilló. Se siente y se ve como aquel juego de NES, pero con elementos modernos y unos controles deliciosos.
De principio a fin el juego te atrapa y te reta. Porque obviamente estamos frente a un Ninja Gaiden y no todo puede ser sencillo. Si, la dificultad puede no ser la de antes, pero conseguir la calificación S en todos los niveles es un verdadero reto, pero adicional, una vez terminado el juego, es posible jugarlo nuevamente aumentando la exigencia.
Enfrentando tus demonios
La historia de Ninja Gaiden Ragebound es sencilla. Un portal demoníaco busca ser abierto y cuando Ryu Hayabusa se dispone a enfrentar a los enemigos recibe una carta con noticias de su padre, por lo que debe abandonar el lugar y encarga la tarea a Kenji, quien pertenece al clan.
En estas primeras misiones nos vamos acostumbrando a los controles el juego y a mecánicas como las de esquivar, escalar, desviar o incluso saltar sobre los enemigos. Todos estos comandos se pueden encadenar de manera sencilla y se sienten muy bien cuando tenemos enfrentamos a varios enemigos.
En algunos casos algunos de los contrincantes vienen con una marca, al derrotarlos tenemos acceso a un ataque especial que nos permite derrotar a villanos más grandes de un solo golpe. Pero también es posible sacrificar algo de salud para obtener dicha habilidad.
En la mayoría de los niveles los momentos finales son contra grandes jefes. Demonios de gran tamaño donde debemos aprender sus movimientos y aprovechar todas las habilidades disponibles para derrotarlos y continuar nuestro camino.
Dos mundos se unen
En otro lado de esta historia tenemos a Kumori, una miembro del clan de la araña negra encargada de obtener los poderes de un demonio quien le dará una ventaja considerable a su clan. El plan no sale bien y para sobrevivir decide unirse, literalmente, con Kenji y es allí cuando podemos hacer uso de habilidades combinadas.
Un par de botones corresponden a ataques cuerpo a cuerpo (los de Kenji) y otros dos a ataques a distancia (los de Kumori). Eso también afecta a los enemigos, ya que la marca varía y dependiendo del color se obtiene o no la habilidad especial, lo que obliga a bajar las revoluciones un poco dentro de lo frenéticos que son los combates.
De igual manera aparecen portales que nos obligan a jugar como Kumori y normalmente son secciones rápidas que nos permiten abrir el camino y continuar con la misión, aunque también pueden ser una oportunidad para encontrar coleccionables.
El rango más alto
Como buen juego de aquella época Ninja Gaiden Ragebound tiene una estructura por niveles. Una vez superado el primero pasamos al siguiente, pero puede ser revisitado desde un mapa general, lo que es bastante útil, ya que cada nivel cuenta con retos y coleccionables que afectan el resultado del mismo.
Cuando digo que afectan es porque cada vez que se supera un nivel este se evalúa y se da una calificación, siendo S lo máximo. El resultado final depende de los coleccionables obtenidos y los retos superados, lo que le da una rejugabilidad interesante al juego, si tenemos en cuenta que algunos retos son bastante complejos.
Tenemos un apartado especial llamado operaciones especiales, que son niveles ocultos, los cuales se descubren dentro de los niveles principales y son, de nuevo, un reto interesante debido a su dificultad y duración.
Personaliza tu ninja
Algunos de los coleccionables sirven como moneda de cambio. Con ellas podemos comprar armas secundarias, ataques especiales o habilidades pasivas. Pero debo admitir que este es el punto más flojo de Ninja Gaiden Ragebound, porque con la primera combinación que hice pude pasar el juego sin problema.
Tal vez para superar otro tipo de retos fácilmente estas habilidades resultan útiles, pero para la mayoría de niveles del juego no me parecieron necesarias. Por ejemplo para los ataques a distancia el ataque básico era más que suficiente.
Un gran conjunto
Ninja Gaiden Ragebound me sorprendió cada vez a medida que avanzaba. No solo los niveles eran diferentes, sino también los enemigos. La historia se volvía interesante y los temas musicales estaban muy acordes a la situación.
En momentos de batallas intensas resultaba muy satisfactorio derrotar a los enemigos, porque llegaban de todas las direcciones, no solo izquierda o derecha, por el frente, por detrás, por arriba o por abajo, donde los reflejos toman un papel importante.
Los jefes también tienen lo suyo. La mayoría muy bien hechos, con un nivel de dificultad justo, aunque me hubiera gustado más que fuera necesario combinar más las habilidades de Kenji y Kumori al momento de enfrentarlos.
Conclusiones
El año del ninja sigue su rumbo y Ninja Gaiden Ragebound lo confirma. Un juego redondo que mezcla lo clásico con lo moderno. Una gran jugabilidad, controles muy bien implementados, historia interesante, música pegajosa y un ritmo frenético.
Las opciones de personalización no creo que le aporten mucho y a nivel de jefes finales me hubiese gustado tener que combinar las habilidades de los protagonistas. Pero son temas pequeños que no afectan tanto el resultado general.
Probablemente el nivel de dificultad no es el más alto, pero se compensa una vez se completa el juego por primera vez. Además los retos en los diferentes niveles pueden ser un desafío interesante para los que buscan terminar el juego al 100%.
En cuanto a The Game Kitchen, me quito el sombrero. Desde la salida de Blasphemous solo reciben elogios y bien merecidos. Han venido definiendo su estilo, acercándose a géneros que parecían olvidados y desarrollando juegos sumamente entretenidos como este. [95]