Torchlight es la respuesta a los que suspiran porque Diablo III acabe saliendo en consolas. Realmente en el pedigree de sus desarrolladores, Runic Games, hay sangre de exBlizzards que diseñaron los dos primeros Diablo. Casi nada. Torchlight, por cierto, salió hace ya unos cuantos meses para PC, pero hasta este mes de marzo no ha salido para consolas. La afortunada ha sido Xbox 360, en formato de Xbox Live Arcade.
Si has jugado a un Baldur’s Gate de consola o al propio Diablo, ya sabes lo que te encontrarás en este Torchlight: una sucesión de mazmorras repletas de monstruos, cientos de objetos y armas diferentes que coleccionar y usar para enviar al otro barrio a los enemigos, un contïnuo goteo de experiencia con el que mejorar a nuestro personaje y una capacidad de enganchar marca de la casa del género.
Y poco más. Por que Torchlight cuenta con los principales ingredientes de los hack’n’slash, a excepción, inexplicablemente, del multijugador, pero no cuenta con ningún ingrediente realmente nuevo. Y eso acaba pasándole factura, al menos cuando se evalúa su excelencia. Visualmente no brilla y jugablemente no aporta nada, por lo que, al final, su principal virtud acaba siendo su simple existencia, el haber llegado para tapar un hueco en el que miles de jugadores querían colocar a Diablo III. Tras jugar a Torchlight seguirán deseando al juego de Blizzard, pero ya será más vicio que por quedar nada por tapar. Ni tiempo, porque el ir consiguiendo nuevas armas, armaduras y hechizos cada vez más potentes es un vicio casi equiparable al de fichar cracks en Inazuma Eleven. Y la adicción, al final es lo que cuenta.
No quería acabar este análisis sin comentar que Torchlight 2 está al caer para PC e incluirá cosas como una nueva clase y el esperadísimo y mega necesario modo multijugador cooperativo. Ahí va un walkthrough de casi 6 minutos para que vayáis abriendo boca.
Pingback: Lanzada la beta de Torchlight II
Pingback: Análisis de Kingdoms of Amalur Reckoning para Xbox 360
Pingback: Análisis de Brave para Xbox 360