La historia de España siempre ha estado ligada, lo queramos o no, a la expansión ferroviaria. Desde que se inauguro el primer viaje Mataró-Barcelona hasta los viajes en AVE de diferentes partes del entorno hispano que nos permiten ir de un lado a otro en cuestión de un par de horas. Pero, quitando lo que he sacado del libro de Historia de este año, ¿es el título que nos ocupa hoy en este análisis un juego? Descubrámoslo con Train Simulator 2013. Viajeros al treeeeeen…
Cuando iniciamos el juego (y tras esperar 3 minutos entre pantallas de carga y vídeos de introducción), directamente nos enfrentamos a una disyuntiva «¿Que ruta elegimos hoy?«. Porque, según una investigación interna y tres demandas por acoso, descubrimos que el menú principal ha desaparecido para dar paso a la acción directa: elegir una ruta, un tren y un entorno. Claro esta, podemos acceder al menú clásico, pero accediendo con Esc., con el que podemos acceder a todas las opciones que un menú nos ofrece: el más impactante y novedoso es el llamado Quick Drive, en el que podemos elegir diferentes componentes que harán que nuestro «paseo ferroviario» sea lo más sencillo posible: una ruta, un tren, una estación y adelante.
Qué bonico, oye…
Como la versión que estamos analizando es propia de Steam, damos por supuesto que encontraremos opciones para rascarnos el bolsillo por si nos interesa adquirir nuevos trenes o rutas. También tenemos el Workshop, una herramienta interactiva en el que descargamos material creado por los mismos usuarios para hacer una experiencia más vibrante aún. Aparte del ya mencionado Quick Drive, también tenemos un modo para un jugador, en el que nos enfrentamos a diferentes desafíos y objetivos que cumplir, desde llevar cargamentos a una ciudad hasta hacer de guías turísticos para nuestros pasajeros. El juego también incluye un editor de rutas, en el que podemos crear nuestros propios paseos a lo largo de Europa. Por lo general, estamos ante un titulo que nos «obliga» a jugar solicos, viendo como los trenes van de allá para acá cambiando entre las diferentes cámaras que nos ofrece el juego y… nada más.
A la hora de hablar de la parcela gráfica, nos encontramos ante gráficos bastante realistas, con trenes muy bien modelados, tanto por fuera como por dentro. Las cabinas de los trenes estan muy detalladas, con todos sus botones, palancas, accesorios… e incluso la silla del piloto y todo. Los entornos que vemos a lo largo de los trayectos varían desde paramos hasta las estaciones de trenes, donde empezamos nuestras andanzas. Si bien, algunas veces no nos fijaremos en los parajes ya que son algo vacíos y sin casi detalles. Los efectos de las sombras y el agua también están bastante conseguidos, así como la mayoría de efectos meterologicos que podemos elegir para nuestros viajes: ya sea lluvia, nieve, niebla… todos bastante bien ejecutados y que ponen a nuestra tarjeta gráfica a trabajar.
Idílico, ¿eh?
Pero, una vez analizados todos los aspectos del producto, hemos de respodner a la pregunta inicial: ¿Es realmente Train Simulator 2013 un juego? No. Ni por asomo. Es más, el simple hecho de llamarlo juego sería darle mucho bombo. «Train Simulator 2013» es lo que dice el nombre: un simulador sobre trenes. Ya sea sobre viajes con trenes o para ver el paisaje. Que tienen su público, si, no podemos negarlo, pero al mercado actual de gamers hardcore, no se les puede soltar esto en la cara y cobrar casi 40 euros por un simulador en el que no haces más que ver campo, estaciones de tren y trenes. No es por desprestigiar a sus creadores ni a sus fans, que se cuentan por miles por todo el mundo, pero dudo que gastarse un dineral en un simulador merezca la pena… [65]