La verdad es que da gusto ver a esta abuela de Cleveland despanzurrada en el sillón, con los pies bien calentitos con los calcetos de punto, partiéndose el ojal y diciendo más tacos que el protagonista de Brütal Legend. Por cierto, tiene su propio blog (malditos jubilados, quitándonos el pan a los blogueros de mediana edad…)