Los treinteañeros que escribimos por afición sobre videojuegos nos criamos con MicroManía, Hobby Consolas, Super Juegos, HiTech y demás revistas de papel que atiborraban los kioskos y en las que nos dejábamos toda la semanada. Era la era pre Internet, o lo que es lo mismo, acceso a casi cualquier pieza de información de forma casi instantánea… y gratuita.
El papel, en cualquier caso, se quedó grabado en nuestro ADN como algo maravilloso, insustituible. Como un material que tiene un valor incluso superior al del contenido que hay en ellas. Que me digan sino por qué, mientras el gran público acoge sin problemas al contenido digital, los que nos acercamos a los 40 nos resistimos a acoger las descargas digitales y confesamos un amor inquebrantable por el polvo que acumulan nuestras estanterías de tesoros geeks. Queremos tocar las cosas, sentirlas, disfrutar de su dimensión física como una característica más del producto. Sí, estamos hechos de otra pasta, estamos, seguramente, anticuados, anclados en el pasado.
Roswell, responsable de la identidad visual de AKB, tanto en la web como en las repetidas incursiones en publicaciones como Marca Player, ha tenido una visión. Y yo, sinceramente, ya no puedo pensar en otra cosa. Imagina AKB en un formato revista como las que había antes, pero sin necesidad de que sea necesariamente impreso.Esas revistas que constituían la vía a través de la que te llegaban cantidades ingentes de hype directamente a tu vena de geek. Sí, ahora mismo es poco menos que una fantasía, pero imaginar que se puede hacer realidad me pone muy cachondo.
¿Qué podría ofrecer AKB en ese formato revista que no esté ofreciendo ya a nivel de contenidos? Creo que AKB siempre ha sido una cara bonita con algo de conversa, y, sinceramente, no se me ocurre cómo poner más cachondo al personal que nos consume que en un formato revista maquetado por el Maestro Roswell. El reto será estar a la altura a nivel de contenidos, y soy el primero que ve que no todo lo que se publica en AKB sería apto para ese formato, pero sin duda será un reto inspirador necesario para intentar combatir el desgaste tras 10 años manteniendo la página. Un desafío autoimpuesto con el que intentar reencontrarnos con la semilla que hizo nacer a AKB, ese tributo amateur a las revistas de una época ya pasada, a las que veneramos como groupies.
Y tú, ¿qué opinas? ¿te gustaría leer AKB en un formato de revista?