Un simple homenaje artístico que rinde culto a Alan Wake haciendo uso del pixel art como arma creativa. Y no sé a vosotros, pero a mi ver los objetos poseídos volando por el escenario me ha puesto los pelos como escarpias. Ah, no. Es que en la oficina aún tienen puesto el aire acondicionado y tengo los pezones como J.LO.