Daedalic Entertainment apuesta por una entrañable fábula titulada Anna’s Quest, que nos cuenta la historia de una muchacha que se adentra por primera vez en el mundo exterior en busca de una cura para su abuelo que sufre una extraña enfermedad.
Anna ha vivido siempre dentro de su granja con su abuelo, una pequeña burbuja de inocencia y bondad destinada a protegerla de toda la maldad que acecha en el exterior. Todo cambia el día en el que su querido abuelito cae presa de una afección desconocida que lo mantiene en cama y que empujará a nuestra joven aventurera a abandonar la seguridad de su hogar para tratar de encontrar una cura.
Esta fábula hecha aventura gráfica es la oda que dedica Dane Krams a la inocencia, al optimismo y a la bondad. Una historia clásica en el que un personaje blanco como Anna deberá sobreponerse una oscuridad encarnada por una bruja que desea hacerse a toda costa con el poder secreto de la muchacha que, hasta el inicio de esta aventura, nuestra protagonista desconoce poseer. Un cuento de apariencia cándida y pura que esconde pequeñas sutilezas para el observador que desea encontrarle una lectura más profunda.
El estilo gráfico un tanto simple y plano casa perfectamente con esa voluntad de contar un cuento. Seguramente, en cualquier otro tipo de escenario, esta apuesta artística lastraría la experiencia del usuario pero creo que Krams ha sabido encontrar ese rincón donde su estilo suma y le da un carácter único a esta aventura gráfica.
De todos modos, si bien el juego funciona visualmente en estático, no le vendría mal acabar de pulir sus animaciones. Todo este proyecto transmite una sensación muy artesanal en sus aparatados creativos pero hay una cierta fluencia en las transiciones que Anna’s Quest carece. Sin duda, le falta un punto de finura.
A nivel de jugabilidad, creo que es destacable que tras terminar la aventura no he encontrado ningún puzle cuya solución no fuera lógica o careciera de sentido alguno. Sí que es verdad que en un par de ocasiones me he atascado y he acabado en ese aborrecible estado de probar todas las combinaciones de interacciones entre mi inventario y el escenario pero, siendo justos, al encontrar la solución, le ves el sentido.
Si algo se le puede reprochar es la forma de presentar sus rompecabezas. El empezar un episodio se fijan unas metas bastante claras pero el camino a seguir en ocasiones puede ser demasiado difuso y acabas encajando piezas porque tienes la sensación de que deberían ir juntas. Además, Anna’s Quest tiene ciertos problemas con el sistema de recompensa. En una aventura gráfica, el jugador debería sentir cierta satisfacción al solucionar un puzle y al superar cada obstáculo y creo que este juego no acaba de lograr ese objetivo. Digamos que en cada paso que das, en lugar de sentirte inteligente por descifrar cada enigma, acabas conformándote con la resolución.
En definitiva, Anna’s Quest parte de una muy buena historia que se va desenvolviendo de una forma muy natural gracias a unos personajes muy bien construidos y un aspecto visual que le va como un guante pero cojea ligeramente a nivel técnico y en el diseño de sus puzles. De todos modos, una vez se acepta la premisa que nos quieren contar una fábula y se aceptan esas limitaciones, mi experiencia con este título ha sido positiva. [65]