Si miramos detalladamente la carrera de Hideki Kamiya, podríamos decir que tendría que sentirse orgulloso y, a la vez, afortunado. Director del que posiblemente sea mejor juego de terror de la historia, la segunda entrega de Resident Evil. A la cabeza también de uno de los mejores hack´n slash de la historia con la primera parte de Devil May Cry.
De su talento surgieron sendas maravillas a nivel artístico, de nombres Viewtiful Joe y Okami. Tras su marcha de Capcom, ¿qué podía hacer? Pues lo que mejor sabe: videojuegos de calidad. Y de paso dejar un recado a aquellos que no le permitieron realizar la segunda parte de DMC. Pero bueno, así es la vida. Capcom contó con otro estudio para realizarlo e hicieron un espantoso ridículo. Kamiya, años después, ha conseguido superar una de sus obras maestras con sus propias armas. Un zas en toda la boca que le debe escocer a más de uno.
Pero Bayonetta no sólo es una evolución de las maneras de Devil May Cry, sino que homenajea a multitud de videojuegos: a Golden Axe con uno de los enemigos, a Sonic recopilando anillos, a Out Run mediante una de las canciones incluidas en la banda sonora o a Castlevania en un par de detalles que no voy a comentar para no fastidiaros la sorpresa. Pero no se detiene ahí. En los detalles podemos encontrar muchas otras referencias a juegos como Viewtiful Joe en una lápida o a Resident Evil 4 con cierto comentario en Las Puertas del Infierno (la tienda de armas).
Bayonetta es un juego que no resulta complicado (es más, de inicio sólo podemos coger los dos modos para torpes y la dificultad normal, permaneciendo el resto bloqueadas hasta que términos el juego) pero que tampoco es fácil. Su desarrollo es absolutamente lineal y su rejugabilidad viene dada en parte por su calidad y por otro lado por la necesidad de conseguir mayor número de anillos que nos permitan conseguir nuevas técnicas de combate, armas más precisas, trajes más bonitos y accesorios cuyo valor en los combates resulta importantísimo.
En el desarrollo del juego apenas encontramos puzles que resolver y los pocos que hay son tan sencillos que no podríamos ni calificarnos como tales. Si eliminamos también el componente de la exploración, que es mínimo, podemos decir que los cambios en el ritmo de juego se producen única y exclusivamente mediante múltiples secuencias de corte que son una constante del juego. Algunas están generadas con el propio motor gráfico del juego y en otras se emplea una mezcla de imágenes fijas con leves animaciones y diálogos con voces en off. A estas alturas no podemos negar su espectacularidad, pero si su previsibilidad, su marcado carácter oriental, sus toques eróticos (Bayonetta suele marcar potorro y hacer aperturas del tren inferior de 180º en cuanto tiene ocasión) y la exageración típica de la obra de Kamiya y muchos otros autores de culto del videojuego japonés como podrían ser su archienemigo Tomonobu Itagaki o el gafapasta más famoso del sector, Hideo Kojima.
Si tenemos un juego repleto de secuencias de corte, de marcado carácter oriental, sin puzles, con una historia exagerada por su peculiar forma de contar las cosas. ¿Qué lo hace distinto? ¿Qué lo convierte en una de las referencias del sector dentro de su estilo de juego? Posiblemente nada. No es distinto. No hay elementos innovadores que no se hayan visto en otros títulos de su estilo. Pero es mejor que cualquiera de ellos. En gráficos, en duración, en los ajustes de la dificultad, en posibilidades de combate, en diseño de enemigos, escenarios y final bosses. En el manejo y diferenciación de las armas. En lo que tiene y debe hacer bien un juego de sus características es que sencillamente no tiene rival.
Es cierto que los grandes machacabotones de esta generación van a salir a lo largo de 2010 y si exceptuamos los honrosos, pero mejorables, Ninja Gaiden 2 y Devil May Cry 4, la competencia es escasa. Pero da la sensación de que daría igual. El ritmo de juego, la enorme cantidad de combos y armas disponibles, las sorpresas que vamos encontrando según avanzan las horas de juego o la combinación de técnicas necesarias para acabar con cada específico enemigo son simplemente insuperables.
¿Es parecido a Devil May Cry? Sí, por supuesto. Los ha hecho la misma persona, ambos llevan su seña de identidad. Mantiene su tono exagerado, su historia oscura pero con ciertos toques de humor, un personaje principal con mucha personalidad, la banda sonora machacona (aunque debo aclarar que no llegan a los niveles de insoportabilidad de DMC y la variedad es mucho mayor)… incluso algunos escenarios, enemigos y personajes recuerdan mucho al juego protagonizado por Dante. Pero que nadie os engañe. Bayonetta es mucho mejor que cualquier Devil May Cry en todos y cada uno de sus aspectos.
Hay detalles en Bayonetta que lo hacen un juego diferente y un imprescindible para ser disfrutado. Las animaciones de la protagonista son brillantes, su modelado, el erotismo que desprenden sus contoneos, las sugerentes posiciones de la cámara, los movimientos especiales son de un nivel asombroso. El diseño de las fuerzas celestiales, los poderosos enemigos angelicales a los que nos enfrentamos, es simple y llanamente de lo mejor que recuerdo en su género. Los combates contra los jefes finales son largos, intensos, épicos y espectaculares. Las posibilidades de combinar movimientos y armas, así como la imprescindible dominación de cada elemento para conseguir puntuar bien en los combates posiblemente no tenga parangón en ningún otro juego.
Sin embargo hay detalles que le impiden ser perfecto. Es posible que sea capaz de mejorar cualquier aspecto visto en otro hack´n slash, pero creo que no ha sido capaz de aportar nada nuevo. Es tan bueno que posiblemente no lo necesite, pero ésta industria que mueve tanto dinero progresa por pequeños pasos y bajo mi punto de vista Bayonetta no ha sido capaz de dar ninguno. Las secuencias de corte y la forma de contar la historia habrá gente, mucha, a la que le encante. Bajo mi punto de vista son demasiadas y algunas (las realizadas con imágenes semi-fijas) innecesarias. De vez en cuando, incluso en la versión 360, se producen ralentizaciones.
Y el ritmo de los combates es tan alto que muchos jugadores percibirán que les sobrepasa, que no son capaces de apreciar nada. Y desde el punto de vista local, el juego está traducido (aunque de forma mejorable) pero no doblado. Detalles, habrá a quien no les importe y habrá a quien sí. De una u otra forma, tanto a unos como a otros, os recomiendo comprarlo. Hay muy pocos juegos diseñados para un solo jugador que ofrezcan tanta calidad en todos los aspectos, que tengan una duración que merezca la pena pagar por ellos y que permitan disfrutar tanto como Bayonetta.