El listón con el que evaluar un juego de lanzamiento de una nueva consola no está del todo definido.Mientras algunos nos contentamos con títulos que cumplan jugablemente y que se permitan alguna licencia técnica que sirva para intuir el potencial de la nueva generación, otros parece que esperan encontrarse con GOTYs desde el día 1.
Sólo la existencia de ese segundo grupo de, permíteme la etiqueta, Optimistas Desmedidos explica la fría acogida al catálogo inicial de Xbox One. Títulos notables como Forza Motorsport 5, Ryse, Killer Instinct o el propio Dead Rising 3 son un lujo impagable, un sueño húmedo para el poseedor de una nueva consola, que se encuentra de buenas a primeras con títulos exclusivos con cara y ojos.
Y es que Dead Rising 3, por ir entrando ya en materia, no es un intento de usar el tirón de una franquicia para vender juegos. Capcom ha creado una entrega muy interesante, sobre todo por su transformación en juego de mundo abierto. No me refiero únicamente al gran tamaño de Los Perdidos, la ciudad en la que transcurre la acción. En este nuevo capítulo de la saga de zombies todo está orientado al disfrute del jugador, incluso a costa de rebajar la mítica dificultad de la lucha contra el crono, o de facilitar todas las armas – y vestimentas – encontradas durante el juego desde las llamadas zonas seguras, casas que, tras efectuar una limpieza de No Muertos, podremos utilizar para recargar las pilas.
No quiero entrar en detalles porque los Dead Rising brillan en las sorpresas. Me gustaría dejar claro, eso sí, que Dead Rising 3 tiene mucha de la frescura del primer juego de la franquicia, sin duda el mejor que ha salido hasta el momento. Esta tercera entrega no llega a impactar como el juego inaugural, pero se las apaña, sobre todo gracias a la posibilidad de jugar en cooperativo y sus recursos de sandbox, de volver a atrapar al jugador que se desencantó con las secuelas hasta la fecha.
Gráficamente no es una maravilla, está varios escalones por debajo de Ryse, por buscar una comparación dentro del catálogo de la propia Xbox One, pero es sin duda un avance con respecto a los anteriores juegos de la franquicia.
Soy el primero en reconocer que los Dead Rising no son para todos los públicos, pero si te consideras seguidor de la franquicia, no te puedes perder esta tercera entrega. Dead Rising 3 es gamberro, su diseño de mapeado abierto eleva exponencialmente su (re)jugabilidad y hay más zombies que nunca con los que jugar. ¿Qué más puedes pedir? [80]
Si te han quedado ganas de una segunda opinión, puedes echar un vistazo al análisis de Saúl, bastante más crítico.