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Análisis de Enslaved: Odyssey to the West para PlayStation 3




Si habéis jugado a Heavenly Sword os podéis hacer una idea de lo que os espera en este Enslaved: Odyssey to the West: Un juego muy bonito pero de mírame y no me toques en el que la jugabilidad parece el último factor en el que se ha pensado.

El sistema de plataformeo es de todo menos interactivo; Los que amen con todo su corazón los saltos de Mario aquí se encontrarán otra cosa más propia de un QTE que de un videojuego del género que hizo grande el fontanero italiano. Y eso que más del 80% del juego te lo pasarás superando obstáculos. La forma, seleccionar la dirección y pulsar el botón correspondiente. Nada de precisión, nada de tensión. Tranquilos que siempre llegaréis a vuestro destino.

Gráficamente es muy bonito, las animaciones faciales están muy trabajadas, las caras son muy realistas… Pero desgraciadamente la tasa de frames no se aguanta por ningún lado, al menos en la versión analizada, PS3. Choca un poco que pase esto, pues a los de Ninja Theory les presuponía un dominio total de la PlayStation 3 al haber lanzado uno de los videojuegos de lanzamiento de la consola de Sony más hypeados. Pero la realidad es que técnicamente este Enslaved no sobresale y tan solo acierta a insinuar lo que podía haber sido uno de los apartados visuales más impactantes de esta generación.

A nivel jugable, poco que decir. Del plataformeo, sacrificado totalmente en pos de un script cinematográfico, se salva más bien poco. De los combates, tres cuartas partes de lo mismo: Mucho aporrear botones, mucho petardeo y escasa inspiración. Que a Dante le pillen confesado…

Es en el guión, en la caracterización de personajes y en el doblaje donde Enslaved: Odyssey to the West deja claro que a sus responsables no se les pasaba precisamente por la cabeza la posibilidad de lanzar una medianía, sino que tenían grandes planes para Monkey y Trip. Por desgracia, el resto de apartados no están a la altura. Con decir que la relación entre Monkey y Trip que se describe en los diálogos y escenas intermedias es de largo lo más destacable del juego está dicho todo. Ninja Theory se vuelve a equivocar de medio: ésto debería haber sido una película y no un juego. Aunque le falte poco.

Enslaved: Odyssey to the West intenta mezclar, sin éxito, la apuesta audiovisual de Heavenly Sword con la majestuosa esencia de Ico. El resultado, un juego absolutamente prescindible al que únicamente deberías acercarte si eres un enamorado del cine y quieres ver cómo se pervierte el séptimo arte o si por el contrario te pica la curiosidad por saber por qué se les ha encargado a esta gente el desarrollo del próximo Devil May Cry. Quizá tengas más éxito que yo.

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