Fade to Silence no es un triple A. Tanto a nivel gráfico como a nivel jugable se nota que está varios peldaños por debajo de los grandes lanzamientos. Y no trata de esconderlo, ya que es un juego que no sale a precio completo, tratando de compensar por ese lado.
Fade to Silence, objetivo sobrevivir
Estamos ante un survival, nuestro principal objetivo, por tanto, es sobrevivir. Deberemos recolectar recursos de todo tipo, construir armas, herramientas, obtener comida… Elementos clásicos de este tipo de juegos.
Además, por el camino podremos encontrarnos con otros supervivientes. Si los ayudamos estos supervivientes se unirán a nosotros, y formarán parte de nuestro equipo. Podremos utilizar a estos supervivientes para construir, recolectar, cazar… Pero además de ayudarnos, también consumirán recursos, como leña y comida. Será importante conseguir un buen equilibrio para no consumir más recursos de los que generamos.
Fade to Silence, un sistema de combate simple
El sistema de combate no es ninguna maravilla. Tenemos una barra de energía, y cada acción que hagamos la consumirá. Golpear, bloquear, esquivar… todo consume energía. Esto hace que tengamos que medir muy bien cada acción que hagamos, y si encadenamos muchos golpes y nos quedamos sin energía estaremos vendidos. Tendremos, por tanto, que ir acción a acción, tratando de tener siempre energía disponible. Esto hace que los combates sean lentos, y bastante pesados. Si queremos eliminar a un enemigo sin sufrir daños, debemos atacar muy poco a poco para tener energía suficiente para esquivar.
La muerte nos obligará a empezar de nuevo
Otro tema importante cuando hablamos de los survival es la gestión de la muerte. Juego como Don’t Starve generan un mapa nuevo cada partida que jugamos, por lo que, aunque al morir volvemos a empezar, la nueva partida será diferente a la anterior. Además, en ese juego los comienzos son muy rápidos, y a los pocos segundos estamos ya recogiendo cosas. Fade to Silence es muy diferente en este sentido. El mapa es siempre el mismo, por lo que cuando morimos del todo, volver a empezar una partida nueva no se siente como algo nuevo, sino como algo repetitivo. Además de que no podemos empezar a recolectar cosas de manera inmediata, sino que debemos hacer un pequeño tutorial y movernos una cierta distancia hasta que empezamos a recolectar cosas.
Por suerte una muerte no será definitiva. Tenemos 3 vidas, cuando la muerte no es definitiva volveremos a nuestro campamento conservando todos los objetos. Realmente el único sentido en el que penalizan estas muertes es en acercarnos a la muerte definitiva.
Para compensar esto podremos conseguir una serie de ventajas que mantendremos después de alcanzar la muerte definitiva. Tener más vidas, empezar con más recursos… cosas que pueden hacer el comienzo un poco menos duro.
Pero si os agobia morir…
Si nos agobia el tema de la muerte permanente, tenemos otro modo de juego, donde esta no existe. Eso nos permite jugar más relajados, pero tiene varios problemas. La mayor parte del desafío desaparece ya que, como he dicho, las muertes que no son definitivas no tienen ningún tipo de penalización. Además, en este modo, no podremos obtener logros ni trofeos. Pero creo que lo peor de todo es que no podemos llevar dos partidas a la vez. Si jugamos una partida en modo sencillo y luego pasamos a la partida normal, perderemos la partida en modo sencillo. Una decisión que para mí no tiene mucho sentido. De hecho, me gusta más como gestiona la dificultad Don’t Starve por ejemplo, que nos permite elegir como configurar el mundo, y hacerlo más o menos hostil dependiendo de nuestros gustos. Pero hagamos lo que hagamos la muerte permanente siempre está ahí. La manera en que lo han enfocado aquí hace que pierda un poco la gracia.
En resumen, estamos ante un survival que tiene defectos, y que por sus mecánicas hace que no sea un juego para todo el mundo. Si os gustan los survival seguramente lo disfrutéis, pero si no os gustan o no los habéis probado, es posible que no sea el mejor juego para empezar.[65]