Un videojuego no tiene que ser complicado para entretener. Pero debe evitar caer en la simpleza y previsibilidad si no quiere ver reducida su vida útil. Aunque tampoco debería intentar reinventar la sopa de ajo pues eso podría provocar que traicionara a su espíritu.
Como podéis ver, es una cuestión peliaguda. ¿Cómo ofrecer algo lo suficientemente directo como para entretener y a la vez conseguir mantener enganchado al jugador durante muchas horas? Fairytales Fights alcanza el primer objetivo recurriendo a influencias tan clásicas como Golden Axe o Final Fight. Pero falla en lo segundo, porque la combinación de gore y personajes de cuentos clásicos no acaba de cuajar.
Y no porque la idea no sea buena, porque sobre el papel lo es. Poner a la Caperucita Roja, a Blancanieves, al Emperador Desnudo y a Jack (el de las habichuelas) como protagonistas de un plataforma en el que la cantidad de sangre se cuenta por litros y las armas por cientos es, cuanto menos, una propuesta original. Lástima que los escenarios sean tan parecidos entre si y la inspiración en los cuentos clásicos sea más una excusa que el leitmotiv de Fairytales Fights.
Y es que, en la práctica, la mecánica de la jugabilidad se reduce a un plataformeo previsible y a mucho agitamiento de sticks para acabar con los enemigosa. Pocos alicientes he encontrado para seguir jugando cuando llevéis un par de horas a los mandos de este Fairytales Fights. Ni tan siquiera el multijugador, que en ocasiones recuerda al de LittleBigPlanet y en muchas otras al, según mi opinión, sobrevalorado Castle Crashers, ha conseguido engancharme más allá de la novedad.
Viendo los gráficos y animaciones del juego nunca hubiera dicho que utiliza el motor gráfico de Unreal 3, pero así es. Pero eso es sólo una anécdota: El detalle gráfico del juego de Playlogic no tiene nada que ver con los Gears of War, cosa que no impide que, en cuanto aparezcan unos cuantos enemigos en pantalla y empecéis a repartir sopapos, las ralentizaciones hagan acto de presencia. Y eso que los gráficos son muy simples, impropios de la actual generación de consola.
En la parte buena, hay efectos curiosos, como el split screen cuando se está cortando a un enemigo en tiras utilizando un arma afilada, pero durante esos momentos, si se juega en multijugador, se corre el riesgo que el resto de los jugadores se queden sin visibilidad de sus personajes, además de que cuando se disparan esas secuencias los temidos slowdown camparán a sus anchas.
Fairytales Fights es un juego entretenido, por un rato al menos, para jugar en grupo. Pero tras el vicio inicial y el disfrute del gore queda un juego con pocas sorpresas, no demasiado inspirado y muy repetitivo.