He de disculparme antes de empezar por dos cosas: una, la demora ante todos por no haber creado este análisis antes, y dos, por no haber nacido en los 80 y perderme todo lo alucinante que nos dejo aquella época (al menos, al otro lado del charco). Hecho este disclaimer, entremos en materia a lo que nos importa: este batido tan rico y proteínico que nos ha preparado Ubisoft Montreal.
Tenemos mezclados en la coctelera tópicos de los 80, armas retro, el sabor añejo de los juegos pioneros y uno de los shooter-sandbox más alucinantes de esta generación. Olvidaos de Jason Brody, Vaas y demás personajes en Far Cry 3 y centraos en Rex Power Colt, patea-culos por naturaleza, y con un carisma que enseñaría un par de cosas a «personajes» de esta generación y la anterior. Bienvenidos a Blood Dragon.
Con un argumento bastante curioso, nos encontramos en un ¿distante? futuro, en el año 2007, cuando las bombas nucleares han arrasado hasta los cimientos de los amados Estados Unidos. Mientras el gobierno yankee se recupera de este terrible ataque, otro peligro les esta apuntando a la cabeza: el general Sloan, un antiguo mando militar de los Estados Unidos, se ha sublevado y ha tomado una isla en el Atlántico, donde amenaza con desatar otro ataque nuclear, pero a escala mundial. Por eso, el gobierno de los Estados Unidos decide mandar a Rex Power Colt, un antiguo teniente que ha renacido como un ciber-comando Mark IV tras la Segunda Guerra del Vietnam. Entre el y su amigo Spider, otro ciber-comando, deciden detener a Sloan, pero todo sale mal y son descubiertos, derrotados por Sloan y su ejército y dados por muertos. Sin embargo, Rex no se da por vencido e inicia un viaje para destruir a Sloan, destruir la Sangre de Dragón (sustancia que le da nombre a este spin-off») y salvar el mundo antes de que todo se vaya al garete. En esta historia, que no vamos a destripar, (porque no) se dan la mano todos los tópicos posibles: desde la manera de contar la historia a traves de cinemáticas hechas en 8-bits hasta referencias a películas o series de televisión de los 80 y 90.
Pero los tópicos ochenteros no se quedan solo en simples referencias, hasta las parcelas gráficas y de sonido han recibido un baño «ochentero»: por ejemplo, nada más empezar veremos unas preciosas secuencias en 8 bits, que harían a los amantes de lo pixelado hasta la medula esbozar una sonrisa de satisfacción. En cuanto lleguemos a la isla, y tras empezar un tiroteo con reminiscencias a «Predator», veremos que nuestro entorno se presenta en un hipnótico (y a veces irritante) color rojo, como veríamos a través de los ojos de un Termin…, digo, un Ciber-Comando Mark IV. Todo lo que vemos es una variación de lo visto ya en FC3: los mercenarios-piratas de Vaas se sustituyen por robots con armas – y un diseño muy Daft Punk-ense – , los rebeldes se sustituyen por científicos, los animales reciben un lavado de cara con toques de láser por aquí y las armas reciben un nuevo lavado de cara, todo acorde a la naturaleza de este título. En cuanto al apartado sonoro, tenemos la suerte de tener el audio y los subtítulos en nuestro idioma, completamente ayudado por un reparto variado de voces. Por ejemplo, nuestro protagonista tendrá la voz de Lorenzo Beteta, quién ya puso la voz a Alan Wake hace un par de años, mientras que en la versión original, su voz será la de Michael Biehn, protagonista en películas como Aliens, Abyss o los dos primeros filmes de Terminator. Los efectos sonoros también se ajustan a esta experiencia ochentera, con sonidos de láseres por todas partes.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en este titulo: si bien podemos movernos más rápido y mejor que lo hacíamos con Jason en FC3, el tamaño del escenario del que disponemos es la mitad del que disfrutamos en el juego original. También, la caza y recolección de la flora y fauna de la isla se ha reducido a cazar ciertas especies para llenar nuestra «Consola de Datos», donde iremos llenando con todos los coleccionables que encontremos, lo que nos permitirá sacar más jugo a nuestras armas (con diferentes tipos de munición). Sustituyendo a las misiones de asesinato y caza del FC3 original, solo tendremos misiones de rescate en este, donde debemos rescatar a un cientifico «de manera sigilosa», con las que conseguiremos accesorios para nuestro arsenal. Todo esto hace que sintamos un poco de vacío ante Blood Dragon; lo novedoso y la cantidad de sus tópicos y homenajes (tanto visuales como jugables) a lo visto en los 80 y 90 es remarcable, claro, pero no podemos negar que estamos ante un juego-experimento, una busqueda de Ubisoft Montreal de hacer lo que quieren, mezclar lo que quieran y crear una mini-obra maestra.
Pero, ¿este último párrafo debería apartarnos de jugar a Blood Dragon? ¿Debería hacer que sintamos pánico al gastarnos 20 euros/1200 Microsoft points en este título? Bueno, un servidor os recomienda que lo pilléis con el tiempo, posiblemente para cuando finalicéis títulos más grandes… podría decir que Blood Dragon es un título de postre: un juego que pone la guinda final a una gran experiencia como fue Far Cry 3 y que nos da un punto y seguido a posibles vueltas a nuestras consolas (ya sean futuras o actuales) de ciertos personajes que han calado muy hondo entre nosotros. Para los que seáis tan arrojados como para comprar Blood Dragon ahora como para aquellos valientes que lo compraron de primeras, que algunos seguro que lo hicistéis, yo os saludo y os reconozco como auténticos cabronazos. [85]