Agradezco a Koch Media y a Microsoft el que hayan puesto a disposición de AB los medios necesarios para realizar el análisis de este juego.
Capcom ha unido a Final Fight y Magic Sword en un cuidado DLC bautizado como Final Fight Double Impact para Xbox 360 (disponible hoy mismo) y PlayStation 3 (disponible a partir de mañana). Final Fight, por si no te suena, es considerado como la principal referencia de los juegos de mamporros con scroll lateral, y una de las recreativas más populares a principios de los 90. A título personal debo decir que casi me da vergüenza siquiera imaginar cuántas monedas de 25 y 100 pesetas me gasté en esa recreativa….
En cuanto a Magic Sword (que por cierto ganó la partida a Forgotten Worlds como segundo juego del pack), quizá no gozó de tanta popularidad (sólo hay que ver el nombre escogido por Capcom para este DLC), pero su acción al más puro estilo Ghost’n’ pero a saco la convirtió en una referencia en los salones recreativos. Ambos títulos han sido conversionados con más o menos fortuna a numerosas plataformas y formatos, aunque dudo mucho que en alguna otra ocasión los juegos hayan sido tan bien tratados como en este Final Fight Double Impact, consiguiéndose algo casi milagroso: Que jugarlos no sea una experiencia únicamente retro sino algo muy gratificante a nivel jugable.
El principal aliciente de este pack es que no se limita a emular de forma pixel-perfect a las recreativas originales, sino que incorpora, entre otras cosas, vistosos filtros que permiten disfrutarlas de formas muy diferentes y efectistas. Desde respetar el aspecto gráfico del original, pasando por filtros de suavizado hasta mi preferido, un filtro que, además del suavizado, añade un granulado que imita el look gráfico de las recreativas con pantalla de tubo y que convierte la experiencia de jugar a estos títulos en una cata de delicatessen retro. No alcanzael nivel de Geometry Wars Retro Evolved 2 en cuanto a convertir algo clásico en algo totalmente apetecible para las nuevas generaciones, pero casi: Final Fight Double Impact es canela. Reservita, pero canela al fin y al cabo.
Aparte, la pantalla podrá presentarse en diferentes formatos, incluyendo un modo que representará que estamos jugando en un mueble de recreativa, ocupándose los bordes con motivos correspondientes a Magic Sword o a Final Fight, según corresponda. También, claro, se puede prescindir de dichos bordes y ocupar toda la pantalla con la imagen del juego en si.
Quizá la incorporación más agradecida por parte de los fans sea la posibilidad de jugar con un colega (o completo desconocido) a cualquiera de los dos juegos del pack a través de Xbox Live, incluyendo un sistema de incorporación a la partida al más puro estilo Street Fighter IV. O sea, que en cualquier momento podremos ver aparecer a un compañero de batallas, si así lo deseamos. Si somos más reservados empre podremos tener activado el filtro para invitar únicamente a los amigos que tengamos agregados a nuestra cuenta de Xbox 360.
Tanto Final Fight como Magic Sword pueden ser superados de una tacada, no más de una hora y media por cabeza, pero aún así Capcom ha posibilitado el grabar la partida en cualquier momento para poder continuarla así más adelante. Por cierto, supongo que para maximizar la sensación de estar jugando a una recreativa, la acción no se detendrá ni cuando activemos el menú de pausa para grabar la partida o cambiar el filtro gráfico, por lo que id con cuidado que los enemigos no dejarán de daros pal pelo.
Capcom ha cuidado hasta el más mínimo detalle para dotar a este Final Fight Double Impact de una presentación y acabados cuidadísimos que recrean tanto como buenamente es posible las sensaciones de estar jugando a una recreativa. Sí, es cierto que ambos juegos tienen muchos años y que han estado disponibles en otros tantos formatos – incluyendo emuladores, pero me atrevería a decir que nunca han lucido tan bien ni han sido tratados con tanto cariño, respeto y atención al detalle como en esta ocasión. A un precio de 800 MS Points / 10€, teniendo en cuenta lo que se ofrece y las sensaciones que es capaz de transmitir, no es que sea una ganga, es que es una compra obligada para todos los ahora treinteañeros que se pasaban las tardes del verano gastándose el dinero de la merienda en una maquinita…