Aprovechando el anuncio de Ghostrunner II decidí darle una oportunidad a su primera parte. Un juego con un concepto muy interesante, una atmósfera Cyberpunk y un ejercicio de ensayo y error que enseña a aprender de los errores.
Despierta Guerrero
Todo comienza cuando un Ghostrunner, el que controlamos, es traído de vuelta para llegar a lo más alto de la torre Dharma y rescatar al arquitecto. Equipados con una katana y una serie de mejoras cibernéticas, debemos superar diferentes retos para el enfrentamiento final contra Mara, la guardiana del arquitecto.
Es así como el juego nos propone mucha acción desde el inicio, siempre con la premisa de no detenernos. Es necesario realizar parkour todo el tiempo, ya sea para trepar muros, alcanzar más velocidad y descubrir los secretos que abundan en el lugar.
La precisión es clave
Ghostrunner no te perdona una y vas a morir muchas veces. Los enemigos derrotan a nuestro protagonista con un solo golpe y a eso se suman las salientes o las caídas de grandes alturas. La derrota se vuelve pan de cada sesión, pero bueno, de esos errores se aprende.
Comenzar por otra entrada, atacar a otros enemigos primero o buscar un punto ciego que nos permita atacar por la espalda. Todo hace parte de la estrategia y se puede lograr gracias al diseño de niveles. No hay una sola forma de derrotar a los enemigos y eso me gustó bastante.
Eso sí, la precisión es clave. Ya sea al momento de saltar, atacar o esquivar, un movimiento en falso o el desconocimiento del lugar terminan en un game over. Pero no deja de ser satisfactorio derrotar a los enemigos después de una combinación de saltos, bloqueos y espadazos. Creo que el juego logra equilibrar esas sensaciones de frustración y satisfacción.
Descubre tu potencial
Nuestro protagonista irá evolucionando a lo largo de las misiones. Inicialmente solo es posible esquivar y atacar con la katana, pero más adelante encontramos lugares que, después de superar ciertos puzzles, nos otorgan habilidades, como encadenar ataques, onda expansiva o control mental.
Dichas habilidades pueden ser mejoradas. Ghostrunner ofrece un sistema de ajustes que consiste en ubicar fichas de tetris en un espacio determinado y así mejorar ataques, bloqueos o incluso generación de energía.
A esto se suma que los diferentes niveles cuentan con secretos a descubrir en forma de objetos y grabaciones, lo que permite conocer aún más la historia del protagonista y el lugar. También tenemos diferentes espadas, aunque no son más que una skin, pero algunas están bastante chulas.
Enemigos en todas partes
Siento que Ghostrunner cuenta con un equilibrio muy interesante entre enemigos y secciones de parkour. Eso se nota incluso con los jefes, ya que uno de ellos es un sistema de seguridad del lugar, donde debemos escalar y al mismo tiempo esquivar rayos láser.
En general los enemigos no son muy variados. Tenemos un par con armas de largo alcance, donde varía la velocidad de disparo. Otro que ataca cuerpo a cuerpo, así que siempre se va a acercar. Tenemos un robot que dispara una barrera y también un especie de samuráis, donde la técnica para derrotarlos consiste en bloquear y contraatacar.
Cuando se combinan varios de estos enemigos en un solo lugar, el enfrentamiento puede ser complicado, pero nada que no se solucione intentando diferentes combinaciones y estrategias.
Fiesta de luces
Ghostrunner no destaca por ser un juego rompedor a nivel gráfico. Siento que parte de sus escenarios ganan vistosidad por el juego de luces. Un mundo cyberpunk bastante desolado, pero repleto de avisos de neón.
Los enemigos tampoco destacan bastante a nivel de diseño, solo algunos jefes y el protagonista, pero creo dentro de todo lo que se maneja en el juego y la velocidad de los combates, no es algo que le resta muchos puntos.
Conclusiones
Los diferentes estudios detrás de Ghostrunner, que son varios, logran entregar un juego veloz, divertido y que equilibra muy bien las sensaciones de frustración y satisfacción. Es una versión hardcore de Mirror’s Edge.
De los pocos peros que tengo es el apartado gráfico. Los escenarios brillan por el juego de luces que manejan, pero en general se nota que faltan detalles y lo mismo sucede con los enemigos. La historia tampoco es que sea muy elaborada y es bastante predecible.
Creo que Ghostrunner es un juego que se disfruta bastante. Con una duración moderada, además de un reto interesante, que después de jugarlo me deja con ganas de más. Espero que la secuela esté a la altura.[80]