El nuevo título de Ubisoft Reflections es Grow Home, un pequeño juego para PC lleno de encanto. Hace uso de mecánicas de plataformas con contenidos generados de forma procedural para ofrecer una experiencia sencilla, pero que engancha como pocos.
Grow Home nos pone en el papel de BUD (Botanical Utility Droid), un robot que es enviado a investigar la flora de un planeta alienígena. Nuestra misión será encontrar una Star Seed (una semilla de la Star Plant, una enorme planta trepadora que crece en el planeta) y llevarla a nuestra nave para obtener información sobre la vegetación.
El juego comienza en la superficie del planeta. Lo primero que llama la atención es el apartado gráfico, muy muy sencillo pero muy colorista. Funciona perfecto con el tipo de juego que es. En lo segundo que nos vamos a fijar es en las animaciones procedurales de BUD. En los títulos que tratan de ser realistas, quedan ridículas. Aquí también, pero en este caso le dan mucha personalidad al protagonista y nos harán soltar unas cuantas risas durante nuestra aventura. Me ha encantado cómo quedan y en ningún momento entorpecen la jugabilidad.
El objetivo del juego es sencillo, hay que llegar a la nave espacial, que está en lo más alto del mundo. El planeta está formado por pequeñas islas que flotan en el aire. Deberemos ir subiendo de unas a otras haciendo crecer la Star Plant.
Para conseguirlo tendremos varias habilidades a nuestro alcance, entre las que destacan dos por encima del resto. La primera de ellas es la escalada. Podremos agarrarnos a cualquier cosa y manejando de forma independiente los dos brazos ir subiendo poco a poco. Funciona muy bien, aunque hay veces que la cámara se comporta de forma un poco extraña, sobre todo cuando estamos colgados del techo. De todas formas, no ocurre en demasiadas ocasiones.
La otra habilidad es la de hacer crecer la Star Plant. La planta tiene pequeños capullos rojos. Al agarrarnos a ellos podemos hacer crecer una vid. La gracia está en que nosotros controlamos la dirección de este crecimiento, así que lo usaremos para acceder a las pequeñas islas flotantes que forman el mundo. Algunas de estas islas son especiales, ofrecen el sustento que necesita la Star Plant para seguir creciendo, así que conectando las vides a ellas, haremos ascender la planta principal.
La longitud que pueden crecer las vides no es infinita, pero si con una no se alcanza el destino no hay que preocuparse, puesto que éstas también tienen sus propios capullos para generar nuevas vides y llegar más lejos. De esta forma, somos nosotros los que le damos forma a la Star Plant. No habrá dos iguales.
Es un juego muy vertical y no nos hará gracia caernos y tener que volver a escalar. Para evitar la frustración del jugador, hay una serie de máquinas de teletransporte que deberemos encontrar y activar para hacer nuestra escalada más llevadera.
Si nos centramos sólo en la ascensión, podremos llegar a lo más alto en relativamente poco tiempo, un par de horas o menos incluso (yo tardé más). Pero todo está lleno de cosas que investigar, así que podremos entretenernos todo lo que queramos y más. Hay 100 cristales para encontrar (algunos a simple vista y otros ocultos). Cuantos más encontremos, mejores habilidades tendremos.
Por ejemplo, al obtener el quinto cristal, desbloquearemos la habilidad de saltar. Al décimo se nos permitirá alejar la cámara, etc. Hay varios logros que nos invitan a hacer algunas tareas específicas, unas cuantas cuevas secretas que descubrir y algunas sorpresas más. De verdad, merece la pena explorar. De hecho, más que merecer la pena, no podremos evitarlo. Da igual la prisa que tengamos por llegar arriba, si vemos un cristal en la lejanía, lo más probable es que nos olvidemos de todo lo demás y centremos en él nuestra atención.
Me ha sorprendido que un juego con unas premisas tan simples me haya enganchado tanto. Lo podría considerar un juego de plataformas (por eso de moverte por el escenario y saltar de vez en cuando), aunque lo que prima es la exploración. Aquí no hay enemigos que aplastar, así que si veis una oveja olvidaos de saltar encima para espachurrarla. Eso sí, podéis intentar agarrarla, a ver qué pasa. En definitiva, Grow Home es un juego muy entretenido, merece la pena probarlo. [80]