Salimos de caza y os contamos qué nos ha parecido Hunt: Showdown, la nueva y particular propuesta multijugador de Crytek, creadores del legendario Crysis. Los monstruos son muy peligrosos.
Tan peligrosos casi como la codicia del ser humano. El que primero mata, primero desaparece con su ansiado trofeo.
Agudizando los sentidos
¿Es un Battle Royale? ¿es un Deathmatch? ¿es un juego procedural? ¿un survival horror, tal vez? Lo cierto es que es un poco de todo. Explicación corta: cada partida nos propone explorar un mapa, buscar pistas y tesoros, derrotar a un jefe final y alcanzar un punto de extracción para llevarnos las recompensas cosechadas. Eso en el caso de que otro equipo rival no se entrometa entre nosotros y nuestra meta, las cosas se pongan serias y nos veamos obligados a batirnos en duelo al más puro estilo PUBG.
Ahora vamos con la explicación detallada, porque Hunt: Showdown esconde más de lo que su envoltorio deja entrever. El título se ambienta en Luisiana durante los primeros compases del Siglo XX. Una tierra desolada y habitada por temibles criaturas que solo tienen un objetivo en mente: acabar con la vida de todo lo que se ponga por delante. ¿La propuesta? Desembarcar en semejante lugar para reunir la máxima cantidad de tesoros posible. El problema es que hay otros jugadores que buscan lo mismo. Concretamente, una docena.
Aquí encontramos el primer elemento que aleja a lo nuevo de Crytek de otras alternativas similares —aunque no existe prácticamente nada igual—. Y es que el mapeado no es especialmente grande y doce jugadores son suficientes para que cualquier partida sea intensa y nos deje con ganas de más. Las diferentes localizaciones resultan inconfundibles y están muy concurridas: una iglesia, varios pantanos, un cementerio, una fábrica de conservas… Todas estas ubicaciones son accesibles y en ellas podemos encontrar pistas que nos acerquen cada vez al jefe, que va rotando entre las posibilidades que aporta el bestiario.
Un bestiario, por cierto, mucho menos extensos de lo que nos habría gustado, ya que la variedad de enemigos y jefes finales resulta un tanto escasa y la sombra de la monotonía se asoma cuando llevamos varias partidas consecutivas. No obstante, hay que decir que todos los enemigos suponen un auténtico desafío, ya que el juego apuesta por el realismo y de nada sirve lanzarnos al campo de batalla pensando que somos una especie de superhéroe; o calculamos al milímetro cada movimiento, o estamos muertos. Así de simple. Hunt Showdown no es para todos, pero es sumamente gratificante a poco que tengamos un poco de paciencia durante las primeras partidas.
Personalmente, lo que más me ha gustado es el cúmulo de sensaciones que se genera durante la fase final de cada cacería. Una vez derrotado un jefe y reclamado su trofeo, alcanzar la salida da lugar a los momentos más tensos, ya que los demás jugadores son alertados de que alguien ha logrado cumplir el objetivo. A partir de ese momento, la huida pasa a ser la auténtica cacería del juego. Porque, por supuesto, es mucho más fácil acabar con unos cuantos muertos vivientes que con un equipo humano.
Me gustaría destacar el brillante tratamiento del sonido; Crytek ha llevado a cabo un trabajo colosal a la hora de hacer de los efectos sonoros un elemento trascendental en el devenir de cada partida: un disparo lejano, unos pasos en nuestras inmediaciones, la bisagra de una puerta que lleva años sin ser engrasada… El mínimo sonido puede decantar la balanza, permitirnos sorprender a nuestros rivales o delatar nuestra posición. Y es precisamente aquí donde Hunt: Showdown brilla con luz propia: al hacer de la huida, una carrera de fondo, sin prisa, pero sin pausa.
En lo que a la progresión respecta, luces y sombras. Por un lado, tenemos un sistema interesante que nos permite reclutar y desarrollar a diferentes cazadores, cada uno con sus armas, objetos y habilidades desbloqueables. Por otro, nos encontramos con el mismo problema que sufre el bestiario: la escasez de contenido. La progresión está muy bien diseñada, pero su desarrollo no es precisamente rápido y requiere jugar mucho, algo que termina ensuciando un poco la experiencia por el mero hecho de que el mapa es pequeño y solo hay uno, así como por la ya citada repetición de enemigos y jefes. En este sentido, Crytek está obligada a ponerse las pilas y dotar al juego de un futuro acorde a sus virtudes, que no son pocas.
Una opción muy a tener en cuenta
Si os gustan los videojuegos de carácter multijugador, estáis obligados a darle una oportunidad a Hunt: Showdown. Y es que lo nuevo de Crytek tiene defectos, especialmente en cuanto a la escasez de contenido a largo plazo, pero sus virtudes son muy especiales y le distancian de los títulos que vemos a menudo. Cada partida es una experiencia diferente a la anterior; un cúmulo de sensaciones que nos obliga a agudizar todos los sentidos si realmente queremos salir con vida después de saquear el máximo número de tesoros posible. No es perfecto, pero el estudio teutón se ha esforzado en ofrecer algo fresco y único en su especie. Confiamos en que sean capaces de expandir sus posibilidades durante los próximos meses. [75]