Hay algo muy curioso que me sucede con la saga Life is Strange y que a día de hoy, después de haber jugado a todos los capítulos de los tres juegos que han salido hasta la fecha, me sigue sorprendiendo y decepcionando de mí mismo.
Una vez terminado el episodio de turno, siento que estoy ante algo único y especial y pienso en las ganas que tengo de que salga el próximo, el siguiente chute de esa sustancia que es Life is Strange 2 y que tanto me gusta, que tan bien me hace sentir pero que tan mala resaca emocional me causa.
Enganchado a Life is Strange 2
Aunque la afirmación suene hiperbolizada, es una sensación real de la que no me puedo librar, es un peaje que va con la saga. Cuando uno es padre, es capaz de empatizar mejor con ciertos temas y aquí no se juega con ellos a la ligera. Cuando llega un nuevo episodio de Life is Strange 2, sé que llega la hora de enfrentarme a sentimientos personales más que a un juego para pasar el rato y eso no es tarea fácil. Llegado el momento, siento una contradictoria pereza que hace que me cueste coger el mando y enfrentarme a todo eso otra vez.
Suerte que estas sensaciones se me pasan a los cinco minutos de ponerme manos a la obra, que existe Dontnod y que parieron algo llamado Life is Strange. Siempre hay algo novedoso en cada nuevo capítulo de esta saga y que aporta otro granito de arena, algún detallito fino de los que nos gusta, de esos que sirven a la narrativa y que se integra perfectamente como parte de ella. En Faith, el cuarto episodio, las magníficas canciones que adornan los momentos contemplativos desaparecen y lo hacen al igual que las comodidades y los buenos momentos entre los hermanos Diaz, como una metáfora de la situación actual de su trágica travesía. La melodía predominante es la del silencio, el triste y reflexivo murmullo de la soledad.
Dontnod dignificando el medio
En Dontnod saben mantener lo bueno que impregna de arriba a abajo la saga y lo hacen a golpe de madurez como pocos antes lo han hecho a la hora de tratar temas de lo más delicados. Asuntos de los que por desgracia la mayoría huye dentro del mundo de los videojuegos o que los sirven como platos de comida rápida, fríos, tarde y mal. La homosexualidad, el racismo o el maltrato infantil no son un problema para el estudio francés, además consiguen salir reforzados con su buen hacer y de paso dan un sonoro golpe sobre la mesa para hacer avanzar el medio, toda una lección de respeto para la industria mainstream del panorama actual.
Durante este episodio de Life is Strange 2 encontramos varios ejemplos de ello. En uno de ellos nos enfrentamos a la situación más dura de racismo en primera persona que jamás he vivido en un videojuego, una vejación absoluta de la que no quiero contaros nada, mejor que lo veáis. Un momento que jamás olvidaré y en el que termine llorando como pocas veces lo hecho frente al televisor. Habrá quien piense que el estudio lo utiliza como un recurso más para que empaticemos con nuestro avatar, yo pienso que es una lección de humanidad y uno de esos momentos para mantener una conversación privada con nuestra conciencia, una reflexión sobre los motivos que llevan a una parte de la sociedad a la que no solo se debe combatir, también habrá que reeducar.
Vemos también como esas comunidades sectarias y religiosas que nos rodean dejan que sus hijos no reciban tratamiento médico ante una enfermedad grave y la única medicina que reciben es la fe, en que cuanto más recen más posibilidades habrá de que Dios les indulte. Por contra, sí creen en la existencia de un tratamiento contra la homosexualidad que no dudarán en aplicar a su otro hijo. Es importante remarcar estos momentos como una parte fundamental a la hora de hablar de la obra de Dontnod, porqué lo denuncian explícitamente. La tercermundista situación sanitaria que vive Estados Unidos tampoco se escapa, así como la prohibición de la práctica de autostop en algunos estados como Nevada, estados «casualmente” con mayor afluencia de emigrantes latinos llegados desde el sur, sentenciados nada más poner un pie en la tierra del sueño.
Un lobo solitario
Para los que hayan jugado a todos los episodios de Life is Strange 2, sabrán que hay un personaje muy importante y misterioso en la vida de los dos hermanos del que mucho se habla y poco se sabe, en Faith, sigue estando presente y su papel se vuelve más relevante. Ya os he hablado del silencio y de la soledad, los dos hermanos van a experimentar por primera vez rutas distintas, separando sus caminos por los acontecimientos ocurridos en el anterior capítulo. Un acierto argumental que permite ver a un Sean mucho más desprotegido ante las adversidades y situaciones que os he contado más arriba, la ausencia de la ayuda de Daniel y sus poderes le hace darse cuenta de lo frágil que es ante todas estas situaciones difíciles, descubre que ha subestimado al pequeño y pronto se dará cuenta de que la fuerza está en la unión de la manada.
Hablando de lobos, es algo que creo haber comentado en los textos de los anteriores episodios, y no me cansaré de elogiar. Todos comienzan con resumen de todo lo vivido anteriormente y lo hace con unas ilustraciones preciosas en las que los hermanos Diaz son representados literalmente como dos lobos. Vemos todas esas escenas recordándonos cada una de las decisiones que hemos tomado, mientras una voz en off acompaña la secuencia. Me gusta mucho y es muy original. Vale la pena destacar una vez más las canciones que aparecen en el cuarto episodio, aunque son menos que de costumbre siguen brillando con luz propia y ayudan mucho al conjunto del apartado audiovisual, como siempre de diez.
El desenlace más esperado
Todas esas sensaciones de la que os hablé al principio del texto, se esfuman cuando solo queda por ver el capítulo final, pasa en los dos otros juegos y definitivamente pasa de nuevo en este. Tengo muchas ganas de ver lo que sucederá en Life is Strange 2 porqué me está gustando todavía más que sus precuelas. El último chute es el que mejor sienta en esta serie y es la verdadera traca final, porqué ese «continuará” del penúltimo episodio, es algo más que una palabra que intenta venderte un producto, es parte del cliffhanger ya mítico del final de cada episodio y que la serie nos ha acostumbrado a dejarnos con el culo torcido, recordando que nos espera ese último escollo, el siguiente y último muro que superar.
Algo de lo que suelo hablar en el final de estos textos es de la escena final, la de después de los créditos. Solo diré que el del final de Faith es muy valiente y explicito, en Dontnod no tienen pelos en la lengua y se les ve enfadados con lo que les rodea. Su obra está impregnada de protesta contra la política actual del gobierno de Donald Trumph. Yo le recomendaría este titulo a todos los amantes de las buenas historias, a los que les gusta que les traten como adultos, porque vale la pena darle una oportunidad y si encima tienes Game Pass ya no tienes excusas, la primera es gratis.
Esperando a que saquen el juego completo en edición especial como hice con los dos anteriores, menudo rollo de entregas episódicas.