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Análisis de NBA 2K10 (PlayStation 3)

¡Hola amigos del básquet! En un convulso último trimestre del año en el que las noticias excelentes y horribles sobre el deporte de la canasta han compartido página en los diarios, nos llega la última edición de la saga que ya es un clásico: NBA 2K. Cuando publicamos hace un par de años el análisis de la correspondiente entrega recuerdo haber escrito que los juegos de fútbol tenían que mirarse en los de baloncesto, porque mientras los primeros no habían pasado aún de generación, los segundos ofrecían un nivel de calidad asombroso.

Pues bien, dos ediciones después debo decir todo lo contrario. Todo lo mucho (y bien) que han evolucionado durante los dos últimos años las sagas futbolísticas (sobre todo FIFA) lo han dejado de hacer las franquicias baloncestísticas (sobre todo NBA 2K). Las distancias se han acortado. La evolución, estancado. Y si 2K Sports no da un paso fuerte el próximo año en el aspecto de la jugabilidad puede ver como el rival al que miraba con prismáticos le entra hasta la cocina y le hace un mate in da face.

La evolución, no obstante, ha empezado a vislumbrarse en esta edición 2010 con cinco pasos fundamentales: la mejora de los interfaces, el incremento de las posibilidades online, la inclusión del modo Mi Jugador, el perfeccionamiento de Mi Asociación y la inclusión del NBA Today. Mejoras que incrementan las opciones y posibilidades de juego, simplifican la experiencia o nos mantienen al día de lo que ocurre en la auténtica Liga de las Estrellas. Sin embargo, las mejoras en la jugabilidad no son tan notables. Y ese es el principal problema. Que apenas ha evolucionado en su sustancia vital, en lo que nos da de comer, en la jugabilidad. Pero si ésta ha sido sobresaliente durante los últimos años y ha mejorado todo lo demás, ¿cómo lo debemos valorar?

La primera mejora de la que nos percatamos es de la nueva apariencia de los menús. Ahora se controlan tocando el stick derecho y nos permiten acceder a más y más sub-menús. Más bonitos, más actuales, pero poco intuitivos y bastante intimidantes en los primeros momentos. No sabes cómo empezar a jugar, como salir de cierto apartado sin volver al menú principal. Acojonan bastante, pero es cuestión de acostumbrarse. Además si activas la actualización automática de plantillas y jugadores, los tiempos de carga se prolongan más de lo que nos gustaría. ¡Soluciones en segundo plano ya!

La segunda novedad radica en el modo Mi Jugador y ante él me debo quitar el sombrero. Tras crear un jugador personalizado comenzamos de cero su carrera hacia la gloria desde un campus de verano. Partidos en los que el único público son tus padres y la oportunidad de lucirte controlando únicamente a tu jugador. Mejoramos las estadísticas tanto en los partidos como en la cancha de entrenamiento con diferentes mini-juegos (tiro, dribbling, defensa…), y vamos escalando en nuestro camino hacia la NBA. Además ofrece la posibilidad de disfrutar partidos online en los que controlas a un jugador… desgraciadamente si no juegas junto a tus amigos vas a ver menos balones que Marc Gasol en los Grizzlies…

La tercera característica destacada es el perfeccionamiento del modo Mi Asociación. En él podemos optar por controlar todo, y cuando digo todo quiero decir absolutamente cada parámetro de juego, banquillo y despacho relativo a nuestro equipo. Se han incluido ligas inferiores y drafts más realistas para hacernos con jóvenes promesas que nos pueden dar buenos beneficios económicos y/o en la cancha si su carrera no se ve truncada por dejarse llevar por los gansta. Bromas aparte, antes parecía que el modo Mi Asociación era exclusivo de los auténticos expertos que controlaban todo y se pasaban días enteros jugando. Ahora, podemos elegir de forma más intuitiva qué queremos controlar y qué no. Así que es válido para todo tipo de jugadores. Y el nivel de simulación en este aspecto es una auténtica pasada.

Y la cuarta y última novedad destaca es el NBA Hoy. Estadísticas en tiempo real de la NBA, noticias, declaraciones de los jugadores, calendario…. En tiempo real, bien organizado, repleto de información. Es casi como ver la web de la NBA cuando pones el juego. En un futuro supongo que entraremos al juego y veremos las cinco mejores jugadas de la noche anterior o podremos disfrutar de las jugadas destacadas de nuestro equipo. Falta eso, que sea un poco más multimedia, para alcanzar el sobresaliente.

En cuanto al juego en sí, gráficamente continúa siendo sobresaliente. Tan sólo se le puede echar en cara que en ocasiones algunos tránsitos entre animaciones sean un poco bruscos o las recreaciones faciales que tienen margen de mejora. Pero la recreación de los estadios y del público no sólo es híper-realista, sino espectacular. También me gustaría aclarar que los comentarios de los partidos están en perfecto inglés. “Es para mantener la esencia del deporte tal y como se vive en los Estados Unidos”. Sinceramente, no me lo creo. El problema es que hoy por hoy, comentaristas de NBA en España hay dos y están ya cogidos. Y demos gracias de que a nadie se le ha ocurrido sacar a Trecet del geriátrico para ponerlo en el juego, que de eso ya se encargan los de Radio Marca. Así que nos tenemos que fastidiar con los comentarios de Kevin Harlan, Clark Kellogg y Cheryl Miller, que para los que dominen el inglés no será poco. Y los efectos de sonido en la pista y en las gradas, nivel sobresaliente como es habitual. La ambientación, juntando todos los apartados, no tiene parangón en ningún otro videojuego deportivo.

En cuanto a la jugabilidad, tenemos la novedad del cansancio (con dos variantes, la fatiga que afecta a todo el partido, y la capacidad de esprintar, que se recupera tras el esfuerzo) y la de las manos calientes. Es decir, que la noche que Kobe, Wade o Calderón tienen la muñeca fina no hay quien los pare. Los jugadores pasan por su momentum tras hacer alguna buena canasta y hay que saber aprovecharlo con bloqueos y aclarados para que sean ellos los que se la jueguen. Como se hace en la NBA o como decía Cruyff: si no sabes qué hacer con la pelota, dásela al bueno.

Las opciones estratégicas se siguen controlando con la cruceta. Podemos optar por marcajes y cambios automáticos o hacerlo on the fly durante el partido. Lo mismo ocurre con la estrategia, podemos esperar que los jugadores controlados por la máquina comiencen a moverse por sí mismos u ordenarles que hagan cierta jugada. Podemos controlarlos también individualmente, pero es poco útil si tenemos en cuenta que esto se realiza a la par que juegas y entre que las posesiones son cortas y que el sistema requiere tiempo para dominar, pues es complicado elegir con rapidez.

En general la jugabilidad sigue la marca de la casa con algunos pequeños ajustes y desbarajustes. En esta ocasión es realmente importante fijar bien la posición para defender y ser hábil entrando a canasta. El sistema de tiros va marcado tanto por nuestra habilidad en el tempo de pulsar el botón o mover el stick derecho y por las estadísticas del lanzador. Y en ciertas ocasiones acabas pensando que la máquina hace lo que quiere. El juego además tiene alguna decisiones algo extrañas que afectan a los partidos, como los fallos debajo del aro de un jugador que está solo o la tendencia que tienen los árbitros a pitar 3 segundos en la zona a la mínima; en ocasiones hay algunos cortes en las animaciones u ocurre que los jugadores controlados por la máquina se quedan quietos esperándola sino les marcas jugada o pierden balones tontos. En general es más sencillo buscar un espacio abierto, fintar y acelerar para jugártela sólo que intentar una jugada de estrategia. Pero ahí radica su realismo, porque así es como se juega en la NBA. Es, por otra parte, el NBA 2K más accesible a los novatos y una vez se dominan los puñeteros menús es bastante sencillo disfrutar jugando. Aunque pierdas partido tras partido.

El resto de opciones, lo de siempre y más. Tenemos el modo blacktop, que es llevar el baloncesto a la calle con la posibilidad de disputar partidos callejeros, concursos de triples y mates, la posibilidad de montar ligas online, equipos junto a los colegas con las estrellas que creamos en Mi Jugador… En cuanto al modo online, en la versión PS3 no he encontrado ningún problema de lag y si hay alguna desconexión porque algún jugador se va (en los partidos 5 vs. 5, por ejemplo) tarda bien poquito en recuperar una conexión óptima para seguir jugando.

En resumen un muy buen juego, que no rompe moldes en cuanto a jugabilidad pero que amplia en los detalles secundarios la esencia NBA 2K. Tal vez no sea un juego mejor que en años anteriores, pero sí es más completo. Como siempre, una buena compra.

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