Que vivimos en la generación de consolas con la peor plaga de juegos en el género de los FPS genéricos es algo que leemos, como poco, 10 veces a la semana y si es un tema tan recurrente es porque estamos hartos de ver siempre lo mismo, los Call of Battlefield ya nos tienen un poco hinchaditos. Por suerte, a veces surgen ideas nuevas tomando como base los «tiros en primera persona», ideas como la que puso en marcha el primer Payday: The Heist.
La gente de Starbreeze, que ya nos trajeron en su día títulos tan grande como el primer The Darkness, el curioso Syndicate y su multijugador exageradamente extenso y el reciente Brothers: A Tale of Two Sons que nos ha dejado locos en la redacción de Akiba, entre el desarrollo otros títulos más o menos relevantes también actuaron como productores del primer Payday: The Heist, desarrollado por Overkill Software, estudio formado por los antiguos padres de Grin.
El elemento distintivo que alejaba a Payday: The Heist del resto de competidores del género y que le proporciono el éxito y el reconocimiento que tiene hoy en día entre la comunidad «pcera», es su distanciamiento de la acción directa y descerebrada, para optar por la estrategia cooperativa multijugador, el título nos ponía en la piel de unos tipos sin nada que perder que pretendían ganarse la vida a base de robos y golpes cada vez más grandes.
Para ello era totalmente obligatorio el uso de la cooperación, de la planificación y sobretodo del sigilo y la sangre fría. En PAYDAY 2 han querido llevar la experiencia mucho más lejos y han empezado por lanzar el título en edición física para las Xbox 360 y PlayStation 3. Por desgracia no he tenido la oportunidad de disfrutar la primera parte de PAYDAY por limitaciones técnicas (PC del pleistoceno, básicamente) y no he podido corroborar al 100% la evolución de la saga, por lo que este análisis no se centrará tanto en remarcar en que mejora y empeora el título respecto a su precuela de forma técnica, si no en apuntar que ofrece un título de estas características a cualquier jugador interesado en el concepto que presenta.
PAYDAY 2 nos deja claro desde el primer momento que no tiene ninguna intención de contarnos una historia, podríamos decir que todo el argumento se resume en que hay un tipo llamado Bain que se encarga de reunir a criminales de todo el mundo mediante Crime Net para organizar grandes golpes a los que ofrece soporte táctico y de los que se lleva un pico, claro está. El resto de conversaciones destinadas a contarnos la vida o las inquietudes de cualquier NPC al que ni siquiera veremos la cara es irrelevante a todas luces, aquí todos sabemos a lo que hemos venido, así que ¡show me the money!
Todo empieza en «El Refugio» la guarida desde la que planeamos y organizamos todos nuestros movimientos, donde podemos probar todas nuestras skills conseguidas en nuestra colección de cerraduras y puertas (cada uno colecciona lo que quiere ¿no?), comprobar el funcionamiento de nuestras armas en el campo de tiro, ver el dinero acumulado en «la sala de la pasta» y acceder a Crime Net, centro neurálgico del Matchmaking del título. Además será el sitio idóneo para relajarnos y desarrollador nuestro árbol de habilidades así como trastear con una de las novedades más interesantes de PAYDAY 2, la personalización de las máscaras, seña de identidad de la saga.
En el mapa de Crime Net van apareciendo misiones que cambian y aparecen en tiempo real y de forma totalmente aleatoria, la lista de misiones distintas es lo suficientemente extensa como para cumplir con el cometido de nuestra empresa, pero os aseguro que re-jugareis las mismas miles de veces, por suerte la variedad de situaciones es suficiente para paliar la sensación de repetitividad al rejugarlas, hay escenarios nocturnos, diurnos, museos, tiendas, bancos, joyerias, puertos y más localizaciones que se reparten varias misiones diferentes como portar bolsas de cocaína, simplemente reventar la caja fuerte de un banco o incluso las misiones de varios días, siendo estas últimas especialmente difíciles y reportando los mayores beneficios de todas si completamos todos los días sin percances. Es recomendable contar con la ayuda de 3 amigos para afrontar cualquier misión, es cierto que el juego puede jugarse en su totalidad en solitario, pero ya os lo digo «no hay huevos».
Debe quedar claro que la IA en PAYDAY es nefasta por no decir insultante a todos los niveles, además de que a los Bot no se les ha dotado de la capacidad de ayudar con los objetivos, su única función es disparar alguna que otra bala suelta y reanimarnos cuando caemos en combate. Seria un tema realmente negativo si no tuviéramos claro que el título hay que afrontarlo siempre con 3 amigos en cooperativo para disfrutarlo al 100% y es ahí, queridos amigos, cuando PAYDAY derrocha genialidad y se muestra realmente como es, uno de los mejores FPS cooperativos de los últimos tiempos.
Los primeros golpes que nos encargan deberemos completarlos sí o también a base de masacrar polis y reventar cajas fuertes con torpeza y malas artes, es cuando se tiene la suficiente experiencia y se empiezan a desbloquear las primeras perks interesantes cuando nos comenzamos a sentir verdaderos ladrones de guante blanco, habilidades como ocultar cuerpos, portar un mayor número de cuerdas para atar rehenes o tener mas maña con cerraduras y alarmas nos harán quedarnos con la boca abierta cada vez que consigamos desvalijar una joyería sin despeinarnos. El primer golpe que consigues dar sin hacer saltar una alarma con amigos es inolvidable, palabra. Al realizar todos los objetivos de una misión deberemos ir al vehículo de evacuación por tierra, mar o aire y proceder al recuento del botín, recibiremos dinero y experiencia en función de lo complicada de la misión y de regalo podremos elegir una de las tres cartas boca abajo para conseguir un extra aleatorio que puede ser una pieza de arma, dinero o diseños para la máscara.
Para poder controlar todo tipo de situaciones y hacer frente a los obstáculos que pueda aparecer -de forma aleatoria cabe puntualizar- en la misión, conviene que cada uno de los jugadores del grupo domine al menos una de las cuatro especialidades que hay en el enorme árbol de habilidades, mientras que el técnico domina los explosivos, el fantasma usa el sigilo y los trucos para ocultar sus huellas y desactivar las medidas de seguridad, con mente maestra obtendremos mejoras para dar un mejor soporte a nuestros compañeros como poder atar a más rehenes y más rápido o portar dos botiquines, por último el sicario es un tanque humano que puede mejorar la cantidad de munición que lleva o que deja por el escenario así como su habilidad con todo tipo de armas.
El uso de todas y cada una de las clases será muy necesario a lo largo de las distintas misiones, además deberemos tener en cuenta todos los elementos que nos pueden delatar en un robo, no contestar al busca de un guardia abatido, que una cámara nos vea hacer algo sospechoso o que un civil se asuste y llame a la policía podrían dar al traste con nuestra planificación y echar por tierra todo ese tiempo invertido en planear cada paso del atraco, ese es sin duda uno de los elementos más atractivos de PAYDAY, la recompensa por la experiencia obtenida, nos veremos obligados a volvernos más listos y permanecer más atentos a cada esquina si queremos subir de nivel y obtener gran parte del botín que se reparte de forma equivalente entre todos los miembros del grupo independientemente de lo bien que lo hayamos hecho, no por ello podemos relajarnos ya que en las misiones en la dificultad Overkill (la más alta) necesitaremos todas y cada una de las balas por si la cosa no sale bien.
El apartado técnico de la versión que hemos podido jugar, la de Xbox, es terrible en casi todo, artísticamente tiene cero inspiración, siendo los escenarios lugares con un diseño bastante estándar y sin ningún rasgo destacable. Gráficamente a diferencia de la versión de PC no ha evolucionado nada respecto al primer Payday, sigue teniendo unas texturas horribles y unos acabados generales de espanto incluso comparado con el último Call of Duty, que podríamos decir que cumple sin más. Ciertamente lo último en lo que piensas en un shooter cooperativo donde entras a divertirte y a maquinar trastadas con los amigos, es en «los gráficos», pero no habría estado de más un poco de más de detalle en los escenarios ya que los mismos no son precisamente enormes.
En lo sonoro es también ciertamente mediocre en la recreación del sonido de las armas y los efectos varios, por suerte cuenta con una banda sonora tan cañera como la del primero que ayuda mucho a meterse en el papel de cuatrero del siglo XXI a ritmo de eléctronica y momentos instrumentales muy necesarios para enfatizar los momentos de tensión, que los hay, a millones.
Recopilando un poco las sensaciones que deja PAYDAY 2 podríamos decir sin duda que es un título de obligada compra para todo amante del cooperativo en cualquiera de sus facetas, la necesaria sincronización con nuestros compañeros y la curva de aprendizaje que nos premia, ya no con mejoras y dinero, si no con experiencias y momentos únicos, son dos elementos que hacen que PAYDAY 2 vuele muy por encima de muchos títulos orientados al competitivo y es que a pesar de lo poco que pueda gustarnos su acabado en consolas debemos reconocer que no tenemos nada ni parecido en nuestros catálogos, lo que le da un plus de relevancia al juego de Overkill Software. [75]