Varios meses después de superar holgadamente su campaña de crowdfunding, Satellite Reign, el sucesor espiritual de Syndicate (Bullfrog, 1993) llega al PC. 5 Lives Studios presenta su juego en sociedad y esto es lo que os podemos decir tras jugarlo.
De entrada nos encontramos con una ambientación bastante manida y aprovechada en títulos de este estilo. Con Satellite Reign se nos presenta un mundo ciberpunk controlado por mega corporaciones que han convertido los gobiernos en simples marionetas sociales. No hay nada nuevo bajo el sol y hemos jugado a títulos como Shadowrun (Charrette/Hume/Dowd, 1989), los clásicos Syndicate o juegos de rol como Cyberpunk 2020 (que será convertido en videojuego por CD Projekt). El universo de Satellite Reign no se distancia demasiado de las decenas de distopías futuristas que hemos visto en videojuegos, películas y cómics presentando una sociedad ligada a la tecnología y bajo el atento yugo de las policías corporativas.
El mundo ideado por los desarrolladores se difiere del común denominador de mundos cyberpunk en un interesante detalle narrativo que tiene luego su efecto en las mecánicas del título: la tecnología ha vencido a la muerte. No hablamos de una extensa longevidad sino de la posibilidad de trasladar nuestra mente a otro cuerpo más joven para perdurar en el tiempo. Este es el punto de partida del título y el principal conflicto ya que nos pondremos en la piel de un emergente grupo terrorista que pretende derrocar a las megacorporaciones.
A nivel jugable nos encontramos frente a un Real Time Tactics Game como nuestro querido Commandos (Pyro Studios), los combates de la saga Total War (The Creative Assembly) o la segunda entrega de Warhammer 40K Dawn of War (Relic Entertainment, 2004). Tenemos por lo tanto un título de combate y gestión táctico sin la presencia de turnos o la posibilidad de parar el tiempo para tomar decisiones como sí podemos hacer en, por poner un ejemplo, Jagged Alliance (Empire Interactive, 2009). Sin lugar a dudas la decisión de retomar un estilo de juego que se encuentra en detrimento frente a los combates tácticos por turnos es la principal dificultad e interés del título. 5 Lives Studios opta por extender el control en acción real a todo el juego y fusionarlo con un entorno abierto cercano al sandbox.
Encontramos un precursor de esto en el movimiento de tropas de los últimos Jagged Alliance que controlamos en tiempo real a lo largo del mapa de la isla; pero en esta ocasión vamos mucho más allá ya que controlaremos directamente a nuestro escuadrón durante todo su movimiento en lugar de una mera representación sobre un mapa. Así unifican los desarrolladores los momentos de gestión de equipo, industria e investigación con la propia concepción y exploración del escenario ya que, a modo de Assassin’s Creed, iremos desbloqueando barrios de la ciudad a medida que completamos las quest necesarias. Conocer la ciudad por la que nos movemos y tener localizado nuestros propios puntos seguros es indispensable para lograr evitar parte de los conflictos o huír de aquellos que no podamos vencer.
Lo importante en los títulos tácticos, combate e infiltración, es también el pilar básico en Satellite Reign y pasaremos gran parte de nuestras horas de juego tratando de asaltar complejos industriales para robar información, cuarteles militares para debilitar la presencia de las corporaciones o completando diferentes tareas para facilitar nuestro pequeño golpe de estado. El no poder detener la acción para tomar decisiones, más allá de una habilidad que tendrán nuestros personajes para ralentizar el tiempo, convierten la infiltración en una tarea compleja que nos obligará a tener bajo control a nuestros agentes en todo momento y tratar de desactivar las medidas de seguridad. Podríamos hablar de una infiltración muy cercana a la del Commandos aunque, todo hay que decirlo, algo más sencilla. Tendremos que desactivar cámaras, hackear compuertas y activar pasadizos para tratar de infiltrarnos sin ser vistos y tratar de evitar cualquier confrontación directa con las fuerzas de seguridad. Pero, si todo esto falla, siempre podemos desenfundar nuestro arma láser y comenzar la fiesta.
El combate, punto fuerte de estos títulos, no difiere en demasía del que hemos visto en otros RTT, con la excepción de poder ralentizar el tiempo durante breves instantes (si tenemos la habilidad). Podemos optar por dejar a un lado la infiltración y entrar en los complejos enemigos arma en mano y disparando a todo aquello que se mueva, o bien podemos ser descubiertos y vernos obligados a abrirnos camino a sangre y fuego. En cualquier caso es imposible asaltar la sede de una megacorporación sin disparar algunos tiros. Es en este punto donde la dificultad del juego se eleva. La imposibilidad de detener el tiempo para tomar decisiones en el fragor de la batalla o para conocer los alrededores añaden un plus de dificultad a los comunes, muy comunes, tiroteos. Tendremos que aprender a gestionar la habilidad temporal y a controlar las coberturas para sobrevivir si queremos derrocar a las corporaciones. Los primeros combates serán todo un infierno para el jugador y será común sacar a nuestros agentes de cobertura al tratar de disparar a un oponente en movimiento al hacer click en el punto que antes ocupaba.
En el ámbito de la gestión de equipo nos encontramos con un cuarteto de personajes correspondientes a cuatro clases diferentes: soldado, apoyo, asesino y hacker. Cada uno de los cuatro agentes tiene una función básica en el grupo y tenemos que combinarlos a la hora de infiltrarnos y de combatir. A través del clásico sistema de niveles y puntos de habilidad podremos mejorar sus características y dotarlos de nuevas habilidades en función de la rama de habilidades que escojamos. Nuestro hacker podrá, por ejemplo, especializarse en piratear sistemas para facilitar la infiltración o en el manejo de droides. Podremos también cambiar el armamento de nuestros agentes además de añadirles modificaciones corporales y equipo variado. Para adquirir estos objetos no bastará con acercarse a una tienda y comprar un puñado de fusiles y granadas sino que tendremos que conseguir los prototipos de los objetos mediante la infiltración en diversos complejos. Una vez que nos hacemos con un prototipo tendremos la opción de utilizarlo tal cual o de entregarlo a nuestro equipo de investigadores para conseguir desbloquearlo y así poder comprarlo en los nodos que sirven de improvisadas bases para nuestro grupo.
Satellite Reign se desarrolla en una ciudad viva que funciona como un trasunto de sandbox aplicado a un juego RTT. Caminaremos por la ciudad mientras decidimos nuestro próximo golpe; nos encontraremos con los habitantes de la misma y podremos interactuar con ellos de diferentes maneras. Para asegurar la subsistencia de nuestra organización debemos conseguir que nuestro hacker piratee los cajeros automáticos para que nos den un porcentaje de dinero variable según el nivel del cajero. Asegurarse un flujo constante de dólares por segundo nos permitirá investigar a mayor velocidad y comprar nuevo equipo una vez desbloqueado. Podremos también interactuar con los ciudadanos que encontremos por la ciudad de varias maneras. Si vemos que cumple los requisitos para formar parte de nuestro equipo de científicos podemos contratarle para mejorar nuestra sección de I+D; también nos veremos obligados a buscar a determinados ciudadanos como parte de alguna misión y eliminarlos o sobornarlos para facilitar nuestras incursiones más complejas.
Sin embargo, Satellite Reign añade un factor más a la gestión de nuestro grupo de agentes derivado directamente de la propia historia que nos cuentan. Podemos hackear la mente de los ciudadanos de a pie que nos encontremos y crear un clon de ellos al que poder trasladar la mente de uno de nuestros agentes. ¿Para qué querríamos hacer eso? Para mejorar nuestras características físicas, ya que mediante un scanner que porta nuestro apoyo podemos saber si los transeúntes con los que nos cruzamos tienen mejor forma física (mayor regeneración, velocidad o cualquier otra habilidad) que nos permita aguantar mejor en nuestras incursiones. Podemos almacenar diferentes cuerpos clonados a los que traspasar las mentes de nuestros agentes pero con cada salto o muerte (ya que la muerte nos obliga a crear un nuevo clon del mismo molde) sus características especiales descenderán hasta convertirse en un humano normal.
A nivel técnico el motor no tiene problemas a pesar de trabajar siempre sobre una extensa porción de terreno abierto. Es necesario recalcar la trabajada ambientación que ha diseñado el estudio y que nos presenta una ciudad futurista cargada de detalles (y de clichés): callejuelas repletas de basura y drogadictos en contraste con inmensas avenidas iluminadas por neones de anuncios asiáticos, cámaras de vigilancia en cada esquina y una espesa y constante cortina de agua. Volvemos a tener aquí un atisbo de originalidad en el diseño que recibe la ciudad bajo el prisma del análisis de nuestro agente de apoyo, que mostrará la ciudad como puros datos sin detalle para recalcar los elementos electrónicos y biológicos y facilitar nuestra infiltración. Aprender a activar el sensor en los momentos necesarios será uno de las primeras lecciones que deberemos tener presentes, ya que nos permitirá identificar a los enemigos y las cámaras de seguridad a pesar de la abarrotada ambientación de la ciudad.
Si de algo peca Satellite Reign es que nos muestra una trama y un desarrollo manidos y protagonizado por un cuarteto de personajes vacíos de contenido propio. Es cierto que podemos tomar determinadas decisiones dotando al conjunto de una ligera pátina de moralidad, pero a diferencia de títulos como Shadowrun: Dragonfall nos encontramos ante un juego de pura gestión táctica sin verdadero contenido a nivel de trasfondo de relaciones y de influencia en el universo. No quiere decir esto que esté vacío de trama en sí o que sea mala; es típica pero cumple bien su cometido. Es simplemente un lore algo manido en juegos de este tipo y que tiene otros ejemplos más destacables a nivel narrativo.
Satellite Reign puede poner al jugador más fogueado contra las cuerdas al tener que gestionar el combate y la infiltración de cuatro individuos a la vez en un entorno abierto y vivo. La ciudad estará viva a nuestro alrededor y los transeúntes y policías se cruzaron en nuestras infiltraciones poniendo nuestra misión en peligro. Como experimento de combinación entre RTT y mundo abierto, el título de 5 Lives Studios cumple y es capaz de mantener las expectativas de los amantes del género. [75]