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Análisis de Star Shaman: Un rogue-like en VR retante pero repetitivo

Star Shaman - Destacada

Star Shaman es el juego debut del estudio francés Ikimasho, un rogue-like para realidad virtual en el que la muerte permanente es la principal protagonista y la mejor aliada de tu frustración. Para el análisis lo hemos jugado en las Quest 2 aunque también está disponible en PC para el resto de visores del mercado, por lo que vamos a ello.

Psicodelia virtual

La experiencia con este título no puede llevarnos a una conclusión más clara: si odias la repetitividad en los juegos, Star Shaman no es para ti, aunque puedas encontrar satisfacción en su reto y de paso quemar calorías gracias a su frenetismo. El juego tiene un aspecto propio muy marcado y un estilo psicodélico muy colorido, pero es víctima de su simplicidad técnica y de su pobre resolución que incluso diría que es alarmante en comparación con juegos vecinos de la misma plataforma. Esta austeridad visual es la triste protagonista en este sentido, aunque al mismo tiempo es agradable a la vista gracias a una divertida paleta de colores y una música disco-funk que salva los muebles del global de la ecuación audiovisual.

Si la inmersión es tan importante dentro de una buena experiencia con la realidad virtual, hay que dejar claro que Star Shaman no lo tenía demasiado difícil, ya que gracias a su sistema de «anclado» al estilo Space Pirate Trainer, no podemos movernos posicionalmente ni desplazarnos, por lo que la sensación de presencia y de escala está bien implementada y consigue colocarnos en el centro de la acción. Faltaría más…

Roguelike y tiritos

Aunque no estamos ante un juego procedural y los escenarios son para todo el mundo los mismos, Star Shaman tiene el ingrediente por excelencia de los «roguitos». Si mueres vuelves a empezar desde el principio, todos tus avances quedan en el limbo y vuelta a empezar hasta ver donde consigues llegar en el próximo intento. Nunca he sido demasiado amante de este género y ahí están los Binding of Isaac, Nuclear Throne y compañía. Por desgracia, no estamos ante uno de esos grandes exponentes pero sí que dentro de la realidad virtual no tenemos muchos más ejemplos, pero hay que dejar clara una cosa: la plataforma no debe ser una limitación de un género, más bien una oportunidad de explotarlo y adaptarlo. Por desgracia el título no llega ni por asomo a esas cotas de calidad.

La premisa es clara, aunque he de reconocer que al principio me costó mil y un horrores entender el concepto y la forma de moverme por los planetas que sirven como escenario de acción. Al final la cosa es simple: eliges un planeta y entras para enfrentarte a unos enemigos voladores que van moviéndose en diferentes direcciones, Los hay con escudos y sin ellos pero todos disparan algún tipo de munición hacia ti que deberás esquivar o destruir al vuelo. También aparecen objetivos aliados que nos dan por ejemplo vida pero el problema principal de esta acción es la falta de variedad de mecánicas ofensivas y defensivas en las que simplemente debes esquivar y destruir las dianas en movimiento.

Jugando a las limitaciones

Tras la conquista de todos los planetas de una zona llegamos al combate con los jefes finales y el juego sigue sin despegar ni con esas, en parte por esas mismas limitaciones simples y aburridas que incluso se agudizan por la falta de creatividad en el desarrollo del combate. El mastodóntico final boss de turno se queda paralizado mientras la pantalla nos indica durante tres segundos si debemos esquivar a un lado u otro o si debemos agacharnos y lo siento pero esas mecánicas están más que superadas en el diseño actual de videojuegos y no vale la excusa de que nos limita la tecnología. Siento decir que la limitación es la creatividad o en todo caso la falta de presupuesto, motivo más que suficiente para perdonar al estudio pero que al mismo tiempo es un problema que acaba por dictar sentencia.

La manera en la que jugamos puede resultar divertida y diría que puede acabar siendo satisfactoria con el paso de las primeras dos horas que son de difícil entrada. Para entender como se juega a Star Shaman solo tenemos que imaginarnos de pie sin posibilidad de desplazarnos y simplemente estar atentos a nuestro entorno para derrotar a las hordas de enemigos y pasar a la siguiente fase hasta el siguiente boss. Como he dicho anteriormente, debes permanecer atento a tu barra de salud y sobrevivir hasta el final del bucle jugable como en todo rogue-like hijo de dios sin morir, si lo haces vuelta a empezar. No estoy de acuerdo con que esto sea algo negativo como he leído en algunas reseñas de la tienda de Oculus por su condición de género jugable. El juego es así y es su baza principal, de hecho. El problema puede que esté en la ejecución de la misma más que en la condición o razón de ser.

En cuanto al control y la mecánica de disparo tengo serias dudas a la hora de decidir si el juego lo resuelve de manera correcta. Creo que aunque el juego intenta que lancemos hechizos no dejo de sentir que estoy disparando. Es cierto que la mecánica de disparo es original pero, cuanto más juego, más tengo la sensación de que aunque única, no es acertada. A la derecha del jugador flota una esfera de la que debemos arrancar una especie de piedra y sin soltarla debemos pasarla por encima de unos orbes que flotan para recargar. Y esto cada vez que debamos recargar… Decir incómodo y poco intuitivo se queda corto, aunque puede llegar a tener adeptos. Yo no conseguí adaptarme por mucho que me esforzara, por desgracia.

Conclusiones

Cabe recordar que estamos ante un desarrollo humilde y el presupuesto habrá sido limitado, por lo que estoy seguro de que en este joven estudio parisino pueden dar con la tecla en su próximo proyecto. Por menos de veinte euros tienes un título desafiante y entretenido que, sabiendo a qué género te enfrentas, puede ser una buena elección como compra para tu catálogo de realidad virtual. Una buena opción para jugar moviéndose y haciendo algo de ejercicio, un juego perfecto para dejar el facial de tus Quest totalmente empapado en sudor y una buena excusa para meterlo en agua caliente y jabón.

Tampoco sería justo penalizar al juego por sus limitaciones, aunque es la falta de traducción al español un motivo para disculpar a algunos posibles compradores hispanoparlantes para que decidan no comprar este juego. Disponemos de francés, inglés y alemán, por lo que queda claro que han apostado por el gran mercado europeo y anglosajón, pero como posible comprador debes saber que hay bastantes instrucciones y texto para comprender las propias mecánicas y no está en nuestro idioma. Star Shaman es, en conclusión, un juego correcto para debutar como estudio y además hacerlo en VR demuestra valentía y riesgo a partes iguales para un grupo debutante, mis respetos y felicitaciones por ello. [5]

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