Nintendo lo ha vuelto a hacer

Justo una semana después de hacer selectividad daba comienzo el E3, qué mejor recompensa se podría tener, más aun sabiendo todo lo que se prometía presentar y la sorpresa por parte de Nintendo de no realizar una conferencia presencial. Se trataba de una feria en donde la compañía de Kyoto debería relanzar y convencer con su consola de sobremesa, Wii U.

La tarea no era sencilla, pues el concepto o la idea transmitida meses atrás no contó con el feedback esperado y el software disponible no demostraba ni mucho menos las capacidades de esta consola.

Así pues, y como hago todos los años, me senté en la silla de mi escritorio junto con papel y boli donde quedarían marcados mis deseos de cara a las presentaciones venideras. Con Nintendo hice una lista impresionante, no os lo imagináis. Rescaté sagas, di la vuelta otras, e incluso crucé franquicias entre ellas… Una lástima que no ocurriese tanto como finalmente sucedió en ese sorprendente Nintendo Direct (sigo pensando que la ausencia presentación convencional se produjo no solo por no estar a la altura de Sony y Microsoft sino por llamar la atención doblemente en 2014), aunque, sin lugar a dudas, el hecho que más me llamó la atención fue el juego que hoy nos concierne. Hablo de Super Mario 3D World.

Vamos a matizar un poco esto que acabo de decir. Fue aquello que más llamó mi atención no por el hype que me causó sino por la sensación de vacío que me produjo. Esperaba un Mario Universe –o incluso un Mario vs Donkey Kong en 3D ambientado en una jungla con saltos espectaculares y escenarios sorprendentes, pero esto no deja de ser uno de esos deseos que quedarán en el profundo deseo de mi utópica lista-.

Nada tiene que ver ese juego mostrado en Los Ángeles con el producto en que finalmente se ha convertido. Tras haber pasado ya una semana desde que finalizase el título, puedo decir con convicción que estamos ante el mejor juego de WiiU, uno de los mejores plataformas de la generación y por supuesto una obra a la altura de los buques insignia de la franquicia. Vamos a argumentar todo esto en las siguientes líneas. Eso sí, tenéis que ver el tráiler oficial del título –el bueno, no el del E3-.

El poder sonoro de las tuberías
Cada vez que se acerca el lanzamiento de un Mario esperamos que sea mejor que el anterior, que rompa moldes como hicieron en su momento los Galaxy o SM64. El listón de los mencionados se sitúa siempre en la cúspide de la consola. Se trata de aquellas entregas que sacan el máximo provecho al hardware y a los periféricos que la puedan acompañar. En esta ocasión la tarea era convencer al público con el primer Mario 3D en Alta Definición, así como sacarle partido al GamePad, aspectos de los que hablaremos más adelante.

Entrando en materia, decir que lo más recomendable es dejar de lado las comparaciones, olvidarse de Galaxy y de todos sus predecesores. SM3DWorld tiene identidad propia, ofrece una experiencia única al jugador, una experiencia que sólo se puede conseguir con éste y no con otro. Esto es lo que hace grande a 3D World.

Nos os voy a mentir, y sé que no es lo convencional, pero quiero empezar por la banda sonora del título, motivo por el que me sigan entrando ganas de jugar cada vez que veo la carátula del juego. Todos sabemos “cómo suena Mario”, por lo tanto no será sorpresa para nadie decir que las melodías que acompañan a esta obra van a ser pegadizas y simpáticas. Si encima nos dicen que todo este apartado sonoro va a ser orquestado, pinta aún mejor, pero al ver el resultado final compruebas que el conjunto es magnífico. Todas las pistas congenian a la perfección con todas las fases; da la sensación de que estén hechas para cada nivel en concreto. No hay demasiadas pero sí suficientes. No vamos a encontrar momentos en los que echemos en falta una mayor variedad melódica, todo lo contrario, habrá momentos en los que, antes de comenzar una fase, apostemos porque aparezca una melodía determinada que nos haya gustado. Lograr esto es, en mi opinión, una pasada. Quedaréis anonadados con la música de los créditos finales.

De refrito, nada de nada
Mucho se ha hablado sobre el hecho de encontrarnos ante un 3D Land vitaminado. Es evidente que la base es ésta, tanto la posición de la cámara como la estética de los niveles; el desarrollo de los mismos o incluso la forma de ir avanzando en la aventura. He de decir que en cuanto terminas el primer mundo te das cuenta de lo equivocado que has podido estar. Cada mundo es diferente, sin dejar de lado una estética común determinada pero con una variedad enorme. El diseño de los niveles es excelente –algo cortos para mi gusto-, con zonas donde aprovechar a la perfección los nuevos trajes y todos ellos con la idea de poder ser completados tanto de modo individual como con amigos. Éste es un factor diferenciador de 3D World, el cooperativo.

Reminiscencia de Super Mario Bros 2 y con una pizca de Mario Party, el modo multijugador trae consigo una experiencia que no se agota. Mario, Luigi, Peach y Toad nos acompañarán en un principio para llevar a cabo las pantallas, decir que en todo momento podemos escoger quién manejar tanto en modo individual como multijugador; cada uno con sus características individuales como son la de saltar más (Luigi), ser más rápido (Toad) o planear levemente en saltos (Peach)… Todos juntos deberemos llegar al final del nivel. Como siempre, hemos de buscar las tres estrellas y otras características que nos harán obtener más puntos de cara a hacernos con una corona, la cual podremos llevar puesta en la siguiente fase.

Este galardón será otorgado al jugador que más puntos logre en cada fase, por lo cual los piques por hacernos con esta corona están asegurados. No será extraño ver casos en los que hagamos uso del fuego amigo para hacernos con el artilugio. Las risas también serán inevitables. Por decir algo malo, apuntar el hecho de que la cámara no se ajuste correctamente cuando nos distanciamos un poco de nuestros compañeros, siendo algo tosco en según qué momentos y zonas.

En el desarrollo de cada fase continúa el estándar de las tres estrellas, algunas escondidas de forma muy lograda, y que serán requisito para avanzar en la aventura. Esto quiere decir que si no alcanzamos el número determinado por una fase, tendremos que retroceder y rejugar esa pantalla para lograr la cifra marcada. Otro aspecto totalmente nuevo es el referido a los sellos. Del mismo modo que las estrellas, estos sellos estarán verdaderamente escondidos en la mayor parte de las fases y, tras su consecución, desbloquearemos un sello con motivos del mundo de Mario para usar en Miiverse. Al finalizar cada fase podremos escribir un comentario desde el GamePad para la comunidad social de Nintendo. Lo cierto es que hay algunos sellos que invitan a su obtención de cara a hacer mensajes divertidos. Desde aquí digo que hay gente que hace diseños impresionantes, algo que influye negativamente en mi persona debido a mis habilidades artísticas, pero esto ya es otro tema.

Variedad, originalidad y rejugabilidad
Hace un momento he nombrado la necesidad de repetir algunas fases, y es necesario incidir en ello. No creo que cuando los créditos inunden nuestras pantallas no hayamos repetido prácticamente todos los niveles al menos una vez, bien sea por recolectar estrellas, buscar alternativas a la hora de avanzar, mejorar tiempos de finalización o solo por el mero hecho de volver a vivir la experiencia que ciertas fases ofrecen.

El mapa de selección de fase presenta una perspectiva que estoy seguro será utilizada en entregas venideras. Con una distancia holgada que muestra una gran cantidad de contenido, nuestro personaje seleccionado tendrá libertad de movimiento en este limitado estadio. No sólo deberemos acercarnos de manera lineal al siguiente nivel sino que, entre tanto, podremos acercarnos a tuberías o cajas de colores donde encontraremos niveles extra que irán más allá de los convencionales. El fin de todos ellos es la obtención de más y más estrellas, pero el medio que se ha utilizado para ello otorga una experiencia diferente, que convencerá a muchos. Encontraremos fases contrarreloj en los que, en apenas cinco o diez segundos, deberemos correr hasta una caja lo más rápido posible para ser transportados a otra dimensión; derrotar jefes con patrones determinados… Incluso habrá niveles ambientados en una conocida saga del fontanero. Ahí lo dejo.

Mención aparte para aquéllos en que tomaremos el control de un Toad explorador donde habrá que mover la cámara de mil maneras para vislumbrar los objetos a encontrar mientras evitamos caer o ser dañados. No son excesivamente complicados pero sí muy bien diseñados.

El apartado visual gana muchos enteros con las posibilidades del HD, por no hablar de los 60 frames por segundo o los 1080p, algo de lo que muy pocas obras de las consolas de nueva generación lanzadas recientemente pueden lograr. No sé por qué será, pero bajo mis gustos personales la alta definición simpatiza mejor con aquellos juegos/películas/series de animación. Disfruto como un auténtico enano con el nivel de colorido, detalle o iluminación que se logra en estos terrenos, y con esta obra no podía ser menos. No me quiero imaginar un juego todavía más ambicioso con un motor gráfico como este. Destacar aquellas fases en los que se juega con sombras chinescas de los personajes en las paredes. Muy original.

Mi experiencia ha sido en una pantalla de 22 pulgadas, pero con lo poco que he visto en paneles de más de 40 puedo decir que me sorprende como si fuese algo distinto. Os recomiendo encarecidamente probar este juego, de verdad.

La boutique del Reino Champiñón
Los nuevos ítems demuestran nuevas formas de jugar. Uno de los problemas con los que esta entrega ha tenido que nacer es, casi sin dudarlo, el Mario Gato. La adicción que causa es demasiada, mola demasiado. El control de este nuevo traje es exquisito. Su mecánica es tan sencilla como movernos a cuatro patas, a mayor velocidad y con la posibilidad de arrear un golpe físico a los enemigos. A su vez, podremos trepar por las paredes, haciendo obligatorio el uso de estos ítems para descubrir zonas inalcanzables de otra manera. No me ha gustado que, cuando sea necesaria su utilización, encontremos campanas -manera en la que se muestra el ítem antes de cogerlo- en cada esquina. Como en anteriores entregas, podremos tener un ítem de reserva, el cual podrá ser activado con tan solo pulsar un botón. Demasiadas facilidades de cara a completar los niveles son las que tendremos a lo largo de la aventura. Una lástima. Antes de hablar de la dificultad general, decir que todo fan de Naruto y que, además, sea seguidor del fontanero más polifacético que conozco, está de enhorabuena. Los integrantes del reino champiñón han debido dar un paseo por la Aldea Oculta de la Hoja, pues contaremos con la posibilidad de realizar un Kage Bunshin no Jutsu, o como lo han querido llamar aquí, cerezas multiplicadoras.

Cuando encontremos esta simpática fruta en una fase, pasaremos a controlar dos, tres o incluso más de nuestro personaje a la vez. Ello implica que a los pocos segundos tendremos a uno subido en un árbol mientras que el otro estará lanzando bolas de fuego a tuberías transparentes (muy comunes en esta entrega). Es más, habrá fases en las que se deberá precisar de un número determinado de nuestro avatar para desbloquear bifurcaciones. Decir que el traje de Boomerang tiene un sentido útil en 3D World, a diferencia de la entrega de la superventas portátil aparecida allá por 2011. Por último, aclarar que los personajes se adaptarán mejor a las características propias de una u otra pantalla, invitando así a la utilización de un personaje concreto en cada una de ellas. Cada vez que terminemos un mundo aparecerán ciertas fases de consecución obligatoria para continuar. La música que estos llevan consigo es verdaderamente genial.

¿Exigencia y duración a la altura?
Hay aspectos negativos en esta nueva entrega, como por ejemplo la dificultad. Si bien es cierto que no será común terminar la aventura con noventainueve vidas, tampoco será fácil quedarnos sin ellas. Se ha equilibrado correctamente esta carencia que bajo mi experiencia tenían las últimas aventuras del bigotudo pero sigue sin estar al nivel de otros de generaciones anteriores, tanto en este apartado como el conjunto final.

Otro aspecto que no me ha gustado es el uso tan mediocre que se hace el WiiU Gamepad. Podríamos definirlo como una oportunidad mal aprovechada o insulsa, ya que se basará únicamente en tocar la pantalla táctil en ciertos momentos para abrir zonas o desbloquear plataformas. Poco más. En todo momento se nos mostrará exactamente lo mismo en la pantalla del mando como en el televisor, dando por tanto la opción de jugar en modo off-tv, funcionalidad de la que soy muy partidario. Matizar que se pierde más calidad que en otros juegos al usar esta función. Por ejemplo, en el caso de Wind Waker HD, la calidad de imagen ofrecida en el GamePad era estupenda, apenas perdía definición. En este caso, por el contrario, encontramos esa especie de nubleo, al igual que se ha podido ver en otros miembros del catálogo de WiiU. La experiencia no es ni mucho menos mala, pero en televisor se juega mucho mejor.

La duración total del disco puede superar las 15 horas si queremos completarlo al 100%. Por otro lado, decir que se incluye Luigi Bros, una reedición del Mario Bros original, con la peculiaridad de utilizar a Luigi en esta ocasión. La forma de desbloquear este contenido es tener una partida guardada de New Super Luigi U.

Conclusiones
Para todos aquellos que nos sentimos con ganas de más tras la feria angelina, podéis estar tranquilos. Este título recoge las bondades de prácticamente todos los juegos del fontanero anteriores, los conjuga y ofrece un resultado sobresaliente. No hay una experiencia que pueda compararse a 3D World. Al contrario, este título marcará las pautas para el futuro de la saga. Desde Super Mario Sunshine no había tenido tantas ganas de rejugar una obra como esta al finalizarla (sí, soy defensor de Sunshine) y es algo que se valorará cuando pasen los años. El control de cada personaje jugable es exquisito, prácticamente perfecto. La inclusión de un modo online hubiese sido algo realmente innovador e interesante, una pena que se haya perdido la oportunidad de hacerlo, ya que la posibilidad de jugar con cuatro personajes en una misma pantalla invitaba a ello.

Yo también quiero un nuevo Galaxy, un Mario rompedor, que innove enormemente y exprima al cien por cien las posibilidades de la máquina en cuestión. Sin embargo, si 3D World debe ser la antesala o el camino a recorrer para lograr aquello que todos buscamos, estamos de enhorabuena. Lo que ahora ya no me queda tan claro es que esa obra que muchos teníamos en mente pueda llegar a subordinar ésta. El listón se ha vuelto a poner muy, muy alto. No os arrepentiréis. Estamos ante un Mario que brilla con luz propia. Si tienes Wii U, hazte con él, invita a tus amigos y preparaos, no sabéis lo que os espera. Nintendo lo ha vuelto a hacer. [94]