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Super Mario Galaxy 2 es una maravilla

Hasta no hace mucho sentía que Super Mario tenía la obligación de reinventarse con cada nuevo juego. Nintendo parecía haberse marcado ese pretencioso reto, reto que ha dado como resultado juegos como Super Mario 64, Super Mario Sunshine o Super Mario Galaxy. Por ello casi es un alivio que La Gran N haya rescatado el «2» para el nuevo Mario y, en vez de revolucionar, Nintendo se haya centrado en mejorar y granular, lleno de detalles y de magia. Porque Super Mario Galaxy 2 es, si lo miras de lejos, como Super Mario Galaxy, pero en las distancias cortas no es dificil darse cuenta que es aún más Super Mario que su predecesor.

Para empezar, Yoshi vuelve. Y a lo grande. Y es evidente en el diseño de muchos niveles se busca que sea él el protagonista. Sin él no podrás correr por paredes verticales ni disparar proyectiles con los que desbloquear esa pared que te impide seguir avanzando en el nivel.

Otro factor muy importante en Super Mario Galaxy 2 son los poderes de Super Mario. Super Mario Muelle, Super Mario Nube, Super Mario Abeja… Incluso viejos poderes, como Super Mario Fuego, regresan por todo lo alto.

Eso sí, a pesar de todas las novedades, el epicentro de todo sigue siendo la gravedad. Los niveles redondos se combinancon otros de diseño más tradicional pero que por los efectos de la gravedad la jugabilidad toma una dirección sorprendente. Poco importa que la fuente sea una, otra u otra: la ecuación permite a la gente de Nintendo plantear fórmulas jugables tan atractivas como sorprendentes.

Artísticamente es una gozada. Ya se sabe que Wii no tiene la potencia de PS3 o Xbox 360, pero, a la hora de la verdad, siempre hay recursos en la máquina de sobremesa de la Gran N para presentar mundos maravillosos. Y más si se trata de un juego protagonizado por el simpático fontanero italiano.

Super Mario Galaxy 2 es una maravilla que, por desgracia, muchos que se vanaglorian de ser enamorados de los videojuegos se perderán por ser un juego de Wii. Poquísimos peros se le pueden poner a un título que sirve de claro ejemplo que no hay compañía como Nintendo a la hora de crear un videojuego de plataformas. O, mejor dicho, un videojuego a secas.

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