Desarrollado por los suecos de Atomic Elbow llega Switchball, un puzzle 3D que repite la fórmula de juegos como el clásico Marbel Madness de PC u otros más “actuales” como Kula World de PSX: manejar una bola por diferentes pistas, evitando trampas y pasando por Check Points, hasta alcanzar la meta.
Seguramente la idea de mover una bola por diferentes pistas de minigolf hoy en día ya no nos resulte suficientemente llamativo. Por ello, la principal característica de este título es la posibilidad, o más bien obligación, de convertir nuestro redondo protagonista en cuatro bolas diferentes (de mármol, de acero, hinchable y de energía) pasando previamente por unos “transformadores”.
Dependiendo de la situación en la que nos encontremos, debemos elegir una u otra, ya que cada una de las bolas, ya sea por su tamaño, peso o material, presentan sus pros y contras. Por ejemplo, para empujar objetos pesados o interactuar con los imanes usaremos la bola de acero, mientras que para aprovechar la fuerza del viento o movernos sobre superficies delicadas usaremos la bola hinchable. Estas fuerzas externas algunas veces nos favorecerán y otras veces actuarán como trampas.
También cabe destacar la bola de energía, que por decirlo de alguna manera, es la más especial de todas ya que, además de poseer luz propia, puede ser recargada con habilidades que nos permitirán saltar, acelerar o activar cuando deseemos la atracción magnética.
A lo largo de nuestra aventura pasaremos por cinco mundos diferentes (celeste, helado, cavernoso, nuboso y volcánico), cada una de ellos formado por seis niveles. Desafortunadamente, y aquí viene la primera pega, si no fuera por la música que nos acompaña y el fondo que nos rodea, no sabríamos decir si nos encontramos en un mundo u otro, ya que los decorados y texturas se repiten hasta cansar. De todas formas, nuestro bola pasará por múltiples obstáculos: ventiladores, cañones, imanes, todo tipo de rampas, raíles, escalones, cajas, etc.
Técnicamente, el juego tampoco está para tirar cohetes. Los gráficos son pasables, no esperéis entornos realistas con efectos de iluminación sorprendentes. Gráficamente se puede comparar a cualquier Worms 3D. La banda sonora es algo pobre. Y las pantallas de cargando excesivamente largas.
Estéticamente, si somos algo exigentes, tampoco enamora. El diseño de los niveles en ocasiones puede llegar a aburrir o darnos la sensación de que a los creadores se les acabaron las ideas.
La curva de dificultad es correcta. Con los primeros niveles nos adaptaremos rápidamente al juego controlando la bola y la cámara, con el stick izquierdo y derecho respectivamente. Aun así, también debo decir que a pesar de tener vidas ilimitadas y poder reiniciar siempre que deseemos, el juego fácilmente puede resultar frustante y/o desesperante. Ya que el mínimo descuido nos obligará a reiniciar si deseamos superar los tiempos de récord para obtener las medallas de bronce, plata u oro.
Y por si el usuario aún no se da por satisfecho y aun quiere más, el juego también ofrece dos modos multijugador online, uno cooperativo y otro competitivo, que alargan un poco más la vida del juego.
En definitiva, Switchball es un puzzle que mezcla lógica y habilidad en partes iguales. Ideal para los amantes del género que busquen un reto y quieran poner su paciencia a prueba consiguiendo las 30 medallas de oro (os aseguro que es más difícil que conseguir muchos de los platinos de otros juegos).