Cuando vi que Terraria daba su salto desde el PC hasta las consolas de Sony, me mostré bastante escéptica. Un título donde el cursor y el ratón son tan importantes a la hora de recolectar y construir, ¿iba a salir bien parado en una conversión para jugar con un stick y botones?Pues sorprendentemente,sí, lo hace.
Ya declaré mi amor por Terraria en el análisis para PC que realicé hace casi un año (cómo pasa el tiempo, mozos…) y afortunadamente, tras el mismo, el juego recibió una nueva actualización con más enemigos, objetos y eventos. La versión de PS Vita incluye parte de estos nuevos extras introducidos en el parche 1.2 de la versión de PC, por lo que el contenido se antoja más que suficiente.
El juego sigue siendo el mismo que podemos disfrutar en nuestro ordenador, una suerte de Minecraft en 2D vitaminado con un aire más «aventurero». El objetivo de Terraria es simple: el que tú quieras. Puedes dedicarte a explorar, a construir, a matar enemigos o a intentar eliminar a todos los jefes que tiene el juego. Si optamos por esta última alternativa (sin duda la más entretenida) debemos seguir una serie de pasos para ir desbloqueando el acceso a nuevas zonas y mejorando el equipo de nuestro personaje.
Construir y decorar nuestra casa, forjar nuevas herramientas para picar un suelo que antes no podíamos atravesar, acabar con un jefe para poder explorar una mazmorra sin que una calavera gigante que rueda nos aplaste y nos mate, resistir una invasión de hombres lobo que salen con la luna llena sangrienta, intentar descubrir los tesoros ocultos en las islas flotantes sin morir en el intento, recolectar materiales para hacernos un disfraz de Link, explorar el mismísimo infierno… No hay tiempo para el aburrimiento.
Como comentaba anteriormente, la sensación que deja el control (punto imprescindible en este título) es más que satisfactoria. La pantalla de Vita da un plus interesante gracias a sus capacidades táctiles, por lo que el cursor del ratón queda perfectamente sustituido a la hora de gestionar nuestro inventario, tocando y arrastrando los objetos por el mismo. El gatillo R hace las veces de click izquierdo, por lo que si tenemos seleccionada la espada y lo pulsamos, atacaremos o si tenemos resaltada una poción en el inventario, la usaremos.
¿Qué ocurre si tenemos que colocar o picar bloques? Pues que podemos optar por dos tipos de cursor: el manual, que desplazamos con el stick derecho, iluminando el bloque que queramos seleccionar, y que da mayor precisión, o el automático, que es ideal si queremos ir abriéndonos camino mientras nos desplazamos, por ejemplo, ya que el juego va resaltando los bloques cercanos de manera automática. Podemos cambiar cómodamente entre ambos tipos de cursor mediante un atajo en la pantalla táctil, además de manejarlos también con el panel trasero de la consola.
En cuanto a su aspecto gráfico, Terraria luce espectacular en la pantalla de PS Vita. Los colores se ven muy vivos y los sprites más nítidos que en las versiones de sobremesa. Sin duda, en este aspecto, el port ha salido ganando.
Como viene siendo habitual en los lanzamientos indie de Sony, el título cuenta con la opción de cross-play (hasta 8 jugadores) y cross-save con la versión de PS3. Lamentablemente, esta vez no contamos con la opción de cross-buy, por lo que si queremos tener el título para ambas plataformas, nos toca pasar por caja 2 veces.
Así pues, ¿merece la pena Terraria para PS Vita? Sin duda. Con un control bien implementado, un aspecto gráfico que reluce en esta plataforma y la posibilidad de llevarnos un juego casi infinito a cualquier lado, este título es una apuesta segura. Ahora bien, no hay que olvidar que estamos ante un juego que podemos encontrar en PC a un precio mucho menor desde hace ya tiempo y con más contenido y un control más cómodo, y esto es algo que pasa factura a la hora de evaluarlo. Si aún no habéis descubierto esta joyita, puede estar bien que lo hagáis en Vita. Si por el contrario habéis exprimido ya la versión de PC, las bondades que ofrece la versión de PS Vita se os pueden antojar escasas en relación a su precio. [75]