La infancia es sin lugar a dudas la etapa idónea para inculcar ciertos valores básicos a los futuros adultos y evitarles la enfermedad de la ignorancia. Valores como la tolerancia y el respeto deberían estar implícitos en todo ser humano y no ser violados nunca, pero por desgracia no es así.
The Last Tinker: City of Colors se atreve a lanzar un colorido mensaje de igualdad en una simpática aventura obra de Mimimi Productions.
Este estudio Alemán asentado en Munich ha recibido una buena cantidad de galardones por su saber hacer en los años que llevan dedicándose a desarrollar videojuegos innovadores e imaginativos. Con The Last Tinker: City of Colors, en Mimimi Productions no solo se han atrevido a llevar el género de los plataformas 3D a PC -siendo este un género bastante ausente en compatibles- si no que han aprovechado la ocasión para crear un mensaje interactivo de tolerancia y de lucha contra el racismo.
En Tinkerworld -El mundo en el que se sitúa esta aventura- todo está hecho con materiales básicos; papel, pegamento y color. Es un mundo de armonía y paz hasta que la ira, el miedo y la arrogancia derivan en un sentimiento de racismo y los habitantes de este mundo policromático tienden a separarse de todo ser de distinto color al suyo. Es así como nos encontramos con una ciudad dividida en cuatro zonas, la roja, la verde, la azul y la zona central, siendo esta última el lugar en el que habitan los últimos ciudadanos tolerantes.
Tú, en el papel del joven Koru, comenzarás en un día normal que pronto se tornará en el principio de una épica aventura para devolver la paz y la armonía al reino de Tinkerworld. A lo largo de la aventura y con el devenir de los acontecimientos podremos ser testigos de como las diferencias entre habitantes de distinto color desaparecen ante la amenaza de un mal mayor. La idea de combatir un mal tan grave en nuestra sociedad como es el del racismo hace que tengamos que querer a la gente de Mimimi Productions como mínimo por este motivo.
Pero no solo de buenas acciones vive The Last Tinker: City of Colors, por supuesto. Una vez nos ponemos mando en mano -es totalmente compatible con un pad- nos encontramos con un plataformas 3D reducido a mecánicas muy básicas. Pues por suerte o por desgracia, The Last Tinker es un juego claramente orientado a un público joven y esto puede alejar a jugadores más experimentados en aquello de saltar y pelear.
La exploración de niveles no hace uso de grandes alardes y apenas esconde secretos o zonas interactivas y de mundo abierto como podría pasar en otros grandes nombres del género como Ratchet & Clank, Jack and Daxter o Super Mario 64. Algunas zonas de exploración hacen un uso de un parkour muy automático que recuerda a una versión muy simple de lo visto en la saga Assassin’s Creed. A su vez el combate podría asemejarse al de la saga Batman Arkham pero reducido al mínimo.
A lo largo de la aventura iremos desbloqueando distintos poderes especiales, así como consiguiendo y mejorando nuevos combos que harán del combate algo menos monótono de lo que puede parecer en los primeros compases del juego. Incluso hay espacio para algo de innovación como el poder verde, que nos da la habilidad de hacer huir a nuestros enemigos para así hacer que choquen con espinas o caigan por precipicios. A pesar de esto las animaciones y la fluidez en los enfrentamientos no consiguen que sean tan divertidos como nos gustaría, a pesar de los distintos tipos de enemigos que encontraremos que nos obligarán a usar distintas tácticas de combate para poder acabar con ellos.
La dificultad en The Last Tinker va desde un modo para niños en el que todo es, pues eso, un juego de niños; hasta un modo de muerte instantánea en el que moriremos con cualquier impacto. Pero ni siquiera en el modo de muerte instantánea los combates o la exploración supondrán un reto para los jugadores curtidos en mil y una aventuras. Los puntos de control suelen estar a pocos los unos de los otros y los enemigos con los que acabemos -salvo jefes finales- seguirán muertos aunque reaparezcamos después de morir.
A estas alturas decir que el apartado visual de City of Colors está lleno de color sería caer en la redundancia más absoluta. Pero no solo hay color en este mundo creado en Unity, los escenarios son lo suficientemente variados como para no acabar aburriendo al jugador y aunque el juego carece de efectos y de artificio alguno, el mundo es en todo momento sólido y con un diseño armónico que da la sensación de estar dentro de una serie de dibujos animados.
La banda sonora original de City of Colors es toda una delicia, una serie de melodías generalmente tranquilas que ayudan a la sensación de paz y magia que recorre cada metro del juego. En algunos momentos hasta me ha recordado a The Legend of Zelda: The Wind Waker.
The Last Tinker: City of Colors puede ser sin lugar a dudas el juego que quieres para los niños de casa, pero difícilmente conseguirá conquistarte si peinas canas, aunque mentiría si dijera que no he disfrutado la mayor parte del tiempo que he pasado junto a Koru. Creo que como mínimo deberíamos dar las gracias a Mimimi Productions y a Unity Games por brindarnos esta pequeña pieza de inocencia y amor en forma de aventura 3D. Podéis adquirir ya City of Colors para PC o esperar a su lanzamiento este verano en PlayStation 4 y un poco después en Xbox One si todo sale bien. [80]