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Análisis de The Unfinished Swan

The Unfinished Swan es una perla del catálogo de PlayStation. Originalmente lanzado para PS3, está disponible también para Vita y PS4 pero, Incomprensiblemente, por su calidad, permanece camuflado en un inmerecido segundo – o tercer – plano, y dificilmente lo encontramos en listas de los juegos indies más interesantes del mercado, listas lideradas por los Braid, Journey, Super Meat Boy y compañía.

Si no has jugado a The Unfinished Swam, te estás perdiendo un título magistral

Y lo cierto es que es algo inmerecido. The Unfinished Swan tiene magia a rebosar. Lo primero que llama la atención es su estética. Es un juego precioso, indudablemente, pero su encanto está en el minimalismo, en la paleta de colores monopolizada por el blanco, posibilitando así un contraste brutal con las manchas que las bolas que el personaje lanza dejan en las superficies, la forma en la que el jugador interactuará con el mundo. El lanzar las bolas de ¿pintura? ¿magia? constituye la principal – y casi única – mecánica en la que sustenta el juego, nos permitirá conocer y movernos en un mundo desconocido para nosotros, primero descubriendo las paredes y luego activando los mecanismos que permitirán que avancemos.

The Unfinished Swan es un viaje de exploración en el que solo en muy contadas ocasiones podremos perder la vida o enfrentarnos a un enemigo. Otro punto en común con otro de los grandes, Journey, como también lo es su elegancia en las formas y colores – qué bien le quedan los 1080p – o la forma de interactuar con un mundo en el que la hostilidad o el combate dejan paso al Descubrimiento del jugador. Giant Sparrow (Web, Twitter) consigue que miremos e interactuemos con el mundo del juego como si fuéramos tan niños como el protagonista, pues iremos aprendiendo sobre la marcha. Que esto funcione me parece magistral.

Me gustaría destacar la gran localización del juego. El nivel del doblaje es altísimo, y los textos y líneas habladas no chirrían en ningún momento, manteniendo un tono mágico y misterioso propio de las narraciones de cuentos. Sony ha mimado este juego e incluso le ha regalado una segunda juventud al incluirlo en los juegos de PSN Plus de mayo. Sinceramente espero que esto haya servido para que muchos jugadores lo hayan descubierto, aunque siempre está el riesgo de que pase desapercibido en la vorágine de los números y de la actualidad. Sería una verdadera tragedia.

Sin entrar en detalles, el argumento comienza con la búsqueda de un niño de un cisne fugado de un cuadro pintado por su madre y se acaba liando, en mi opinión innecesariamente, alrededor de la figura del Rey de la ciudad en la que el cisne se ha escondido, concluyendo en un final quizá demasiado pretencioso; aunque puedes llegar a aislarte y centrarte en el maravilloso mundo creado por Giant Sparrow, una desarrolladora que con este The Unfinished Swan merece todo el crédito del mundo de cara a su próxima creación, What Remains of Edit Finch. Qué gratificante que es seguir encontrando videojuegos que te sorprenden a estas alturas y que te hacen ver que, por fortuna, no todo estaba inventado. [90]

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