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Análisis de Void Terrarium 2, un roguelite con el sello de NIS

Nippon Ichi Software nos invita a explorar la relación entre el ser humano y la máquina una vez más, con una secuela continuista de un título que presumía de personalidad propia. El mundo de Void Terrarium 2 se cae a pedazos, pero aún hay un rayo de esperanza para la humanidad.

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No, la gata no se ha subido al teclado. Es el nombre del juego, pero por estos lares se presenta de un modo mucho más amigable: Void Terrarium 2. Cuando la primera entrega llegó hace unos años nos sorprendió gracias a la manera en la que unía el contexto de la historia con el conjunto jugable, pues ponía sobre la mesa un escenario en el que el futuro se presentaba como un lienzo post apocalíptico.

Nosotros, un pequeño y simpático robot, teníamos que velar por la seguridad de una niña que quizá podría ser la última esperanza… ¿del ser humano? No quedó claro si la criatura mecánica se movía por una especie de instinto maternal o era plenamente consciente de lo que suponía encontrar un atisbo de humanidad en aquel planeta desolado. En cualquier caso, no estaba mal tirada esa de situar a la niña en un recipiente de cristal que casaba a la perfección con el nombre del juego.

Cuidar de ella era una tarea que se trasladaba directamente a las mecánicas jugables, ya que el robot debía adentrarse con frecuencia a mazmorras en las que solo había dos cosas: muchos enemigos y algunos recursos necesarios para mantener a la chica con vida. Una propuesta que encontramos de nuevo en Void Terrarium 2, y que no necesita nada más: una suerte de roguelite centrado en explorar calabozos generados de forma procedural y una historia en la que el ser humano y la máquina se ven obligados a cooperar. Un clásico.

Sencillo y adictivo

Cuando decimos «sencillo» no estamos hablando de un tema de dificultad, sino a la propuesta jugable, simplista y muy efectiva. Adentrarnos en las mazmorras supone explorar un sinfín de pisos, derrotar a todo lo que se mueva y recoger una cantidad ingente de objetos. Y aunque es cierto que el bucle se reinicia y se puede tornar repetitivo, por suerte estamos hablando de calabozos muy cortos, ideales para partidas rápidas.

Además, resulta interesante el hecho de que el desplazamiento no es del todo libre, sino por casillas, al igual que los ataques, habilidades y golpes de los enemigos, ya que realmente estamos ante un sistema de turnos encubiertos. Para que os hagáis una idea de cómo funciona, pensad en Pokémon Mundo Misterioso, la saga spin-off de la franquicia de Game Freak.

Siempre que entramos a una mazmorra veremos que todo se ha reiniciado, aunque a menudo conviene más acceder a una ya visitada si nuestro objetivo es recoger un objeto concreto que ya tenemos localizado. Al fin y al cabo, el ritmo al que progresamos lo marca el estado de salud de la chica del terrario, pues no todo es darle regalos; a veces también tiene hambre. Como nosotros, vamos.

Void Terrarium 2 no es precisamente un ejemplo de cómo arriesgar con una propuesta. En su lugar, se limita a heredar la premisa de su antecesor y refinarla un poco a los mandos. Sin embargo, se lo juega todo a que conectes con la trama, la cual se apoya principalmente en esa relación entre el ser humano y la máquina. Si no es el caso, es probable que la repetición se convierta en tedio, especialmente si no sois demasiado afines al género.

Por y para su público

Al igual que con su antecesor, podemos decir sin miedo a equivocarnos que Void Terrarium 2 no es un videojuego para todo el mundo, ya que está pensado para los amantes del género por el que apuesta y en ocasiones es más raro que un perro verde. Pero hay algo destacable que lo hace merecedor de una oportunidad: es una obra con personalidad propia, con una potente ambientación y sobre todo, es una experiencia agradable a los mandos. Un título que no se complica la vida con aspiraciones desmedidas; solo busca divertir y se apoya en una potente ambientación. En otras palabras, es NIS en estado puro. [70]

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