El gran ariete de Ubisoft para esta temporada ya está aquí. Watch Dogs ha salido a la venta hace unos días, y en AKB no hemos tenido más remedio que hacernos con él ¿Es todo lo que se prometía? Veamos…
Sé que la frase del título lleva a equívoco; ¿qué quiero decir con «menos es más»?. Básicamente, que el juego de Ubisoft ha pasado por tantas fases (fecha de salida, retraso de varios meses, vídeos mostrando un downgrade gráfico tremendo…) que hemos pasado del hype inicial con el vídeo del E3 de 2012, a ser muy recelosos de la calidad global del juego, y finalmente al probar la versión que ya ha salido a la calle darnos cuenta de que no todo era tan trágico y dramático como nos parecía desde hace un par de meses, y que Watch Dogs no llega al nivel inicial, pero está muy por encima de las sospechas negativas sobre el juego que se llevan oyendo semanas.
Desde ya, hay que descartar de la memoria el famoso vídeo del E3 2012 donde todos quedamos prendados de un juego que prometía una interacción nunca vista hasta ese momento: además de interactuar con los transeúntes y con los vehículos de una gran urbe, lo haríamos al mismo tiempo con la misma ciudad. ¿El método? El hackeo informático. En un vídeo totalmente fuera del alcance de PS4 o Xbox One, y sólo posible en PCs de gama alta, nos mostraron sus poderes. ¿La buena noticia? Que las mecánicas se han respetado en la versión final. ¿La mala? Que nos pusieron el caramelo gráfico en la boca y después, despiadadamente, nos lo quitaron.
Aiden Pierce es nuestro personaje, el protagonista de Watch Dogs. Un hacker informático de alto nivel que quiere encontrar a los asesinos de su sobrina, a la que mataron mientras iba con él, y conocer las justificaciones que les llevaron a tomar esa dura decisión. Durante el transcurso de la aventura se cruzarán múltiples líneas argumentales y personajes (incluso un personaje que recuerda muchísimo a la gran Lisbeth Salander de la trilogía literaria Millenium), unas más elaboradas que otras, pero todas válidas para lograr una cohesión realista del timeline del juego, de la ciudad en sí misma, y de todos los objetivos, misiones secundarias, trabajos y demás acciones que podremos realizar por una Chicago magníficamente realizada en cuanto a escala y diseño, pero que máquinas como PS4 o Xbox One no pueden mover con un nivel de calidad alto sin resentirse en detalles como el popping, IA de transeúntes o detalles como los desperfectos de los vehículos y efectos lumínicos (ya no hablemos de las diferencias de resolución entre las versiones PC, PS4 y Xbox One como la versión más débil en este sentido).
Con todo, y debido a un desarrollo cross-gen que tanto se presta a “afear” la entrada en la nueva generación, Watch Dogs mantiene un nivel más que bueno en general. Técnicamente no acaba de destacar en ningún apartado, no es un 10 en nada, pero consigue ser un 7 en todo, dejando una sensación de robustez magnífica una vez empiezas a probar cosas por la ciudad, hacer pruebas de estrés con el motor gráfico o simplemente comprobar cómo reaccionan los ciudadanos ante un arma desenfundada. Como decía antes, veremos algunos comportamientos raros o bugs entre los viandantes o en los vehículos, pero con ese nivel de movimiento continuo para sentir una ciudad viva y latente, no podemos más que disculpar la mayoría de ellos. Otro cantar es la IA de los enemigos, vigilantes del ctOS, etc… que en ocasiones se comportan de forma más errática, y ahí sí debería estar algo más pulido.
Watch Dogs tiene como modelo, como no podía ser de otra forma, a la saga Grand Theft Auto. El sandbox de RockStar es el referente en el género de los mundos abiertos sin discusión debido a su impecable acabado a todos los niveles (en ocasiones, mejor incluso que aspectos que en Watch Dogs quedan por debajo como los desperfectos de los vehículos o las físicas aplicadas a los mismos), por personajes carismáticos y situaciones que ya han quedado como legendarias en el mundo del ocio interactivo. Watch Dogs adolece de algunos altibajos en campos concretos: los personajes, incluso el protagonista, están faltos de carisma y de acciones de personalidad que les dé profundidad psicológica, lo que redunda en una menor “marca” en la memoria colectiva del jugador.
De todos modos, lo que resalta a Watch Dogs como un buen juego no es el acabado argumental o el carisma de los personajes, si no todas las acciones que te permite la invasión informática y electrónica de hoy día que florece por las ciudades más grandes del mundo. Eso, y el ctOS, que es el sistema que controla todos los sistemas de la ciudad, y que Pierce controla desde su móvil, una suerte de iPhone-Galaxy chutado de esteroides hasta los tornillos de cierre, y que le permite desde cambiar los semáforos hasta subir los bolardos de las calles, subir y bajar puentes, parar o activar el metro, o dejar todo un barrio a oscuras. Pero no sólo controlar el ctOS te permite controlar la ciudad, si no que serás el vigilante de casi toda la población con la que te cruces. Una suerte de semi-Dios informático, un WatchMen que va por libre.
En este sentido, hay que alabar la abrumadora demostración de fuerza que UbiSoft ha proyectado sobre Watch Dogs para dotar de vida –en el más amplio sentido de la palabra- a los ciudadanos: podremos (una vez controlemos la torre ctOS –una skin de las atalayas de Assasin´s Creed- de cada zona de la ciudad, que debemos hackear después de penetrar en las instalaciones controladas por cuerpos de seguridad) saber sobre ellos los detalles más importantes, como cuentas bancarias –que podemos desvalijar en los cajeros-, situación civil, e incluso detalles puramente personales y de índole privada. En casos concretos estos datos nos permitirán fijar nuestra atención en ciertos individuos que tendremos que controlar y evitar que realicen algún delito, al más puro estilo “Person of Interest”.
Veremos ingentes cantidades de datos sobre cada persona, lo que le confiere un universo de personalidades y de vidas inmenso al Chicago de Watch Dogs, dotándolo de una sensación nueva en un sandbox, algo que GTA no había logrado (porque no se lo había propuesto por su apuesta más centrada en sus personajes y sus historias, pero inexistente hasta ahora). Este es el gran poder de Watch Dogs: darnos una ciudad, sí, pero darnos también GENTE que la habita y que no sólo los vemos moverse de un lado para otro, si no que conoceremos parte de sus vidas, y la influencia que la informática y el poder de la información puede hacer sobre ellos, todo a nuestro alcance.
Entrando en la jugabilidad, quizás el comienzo de la aventura deje descolocados a muchos jugadores por la gran cantidad de datos que aparecen en pantalla cada vez, así como la multitud de acciones a realizar, ya sea en menús como en juego. Las posibilidades en los árboles de desarrollo de las características del personaje en sus varias vertientes añade más profundidad a sus posibilidades, mejorándolas y dándole más opciones. Puede ser que todo se presente bastante “de golpe”, y seguramente UbiSoft debería haber dado más longitud al tutorial inicial para aclimatarse a la cantidad de decisiones y acciones que tendremos que tomar a cada momento.
Además, una vez estemos en juego las posibilidades que tendremos a nuestro alcance para interactuar con los entornos puede ser un arma de doble filo: en el lado positivo, la gran cantidad de opciones para realizar las misiones, pero en el negativo la continua y reiterativa aparición de texto en pantalla para subir bolardos, activar semáforos, reventar cajas de registros, activar ascensores, etc, pueden apabullar un poco al jugador y confundir la acción en los momentos más críticos. Es verdad que con el paso de las horas, el jugador se adapta al medio y a sus opciones y es capaz de centrarse en las opciones que mejor le pueden venir para cada caso, pero iniciarse en Watch Dogs será una cuestión de fe en las posibilidades, pero un acto de concentración añadido para no verse desbordado por la información.
Aiden Pearce es un hacker, pero al mismo tiempo parece ser un aprendiz avezado de Jack Bauer, ya que además de disparar cualquiera de las múltiples armas de fuego que hay en el juego, es capaz de neutralizar físicamente a los enemigos con ataques no letales ayudado por una porra, conducir todo tipo de vehículos, y utilizar las técnicas de sigilo más avanzadas (incluso utilizando ítems y montando pequeños aparatos electróncios que encontraremos por ahí para distraer a los enemigos y se muevan de zonas a las que queremos ir). Las mecánicas de sigilo están aplicadas de los juegos de Splinter Cell, adaptándose a los entornos según su altura, cubriéndose y moviéndose a la siguiente posición con la única pulsación de un botón. Podremos distraerlos de varias formas, para llegar hasta ellos y dejarlos inconscientes o simplemente “pasar” sin ser visto, todo quedará a nuestra decisión.
El desarrollo de la aventura lleva una línea argumental central a la que se unen decenas de misiones secundarias y minijuegos repartidos por la ciudad, lo que conlleva multitud de horas de juego a añadir al nudo central. Estamos hablando de una mecánica de juego que en otros títulos de la compañía han resultado ser en ocasiones más un hándicap que un añadido interesante (Far Cry 2 o Assasin´s Creed mediante). En Watch Dogs se ha logrado un balance bastante bien implementado donde la mayoría de las misiones secundarias y objetivos no llevan consigo la palabra “repetitividad” adherida, y la gran variedad de estas misiones te permite cambiar entre ellas cuando empiezas a sentir cierto cansacio en su jugabilidad, lo que hace que ésta no se resienta en demasía durante el transcurso de la aventura central. Podemos intercalar las distintas misiones y sus estructuras (incluso puzles al más puro estilo Bioshock para hackear sistemas) para sentirnos casi en todo momento haciendo lo que queremos, no lo que nos manda el juego. En este sentido se ha logrado un objetivo que Ubisoft llevaba persiguiendo mucho tiempo, no es perfecto, pero ha mejorado bastante gracias también a la ambientación temporal y la gran cantidad de opciones que poseemos en todo momento.
A nivel gráfico y técnico en la versión PS4, Watch Dogs no deslumbra en general aunque sí logra efectos y técnicas post-pro que no serían posibles en las consolas anteriores. Tenemos presente el popping, es bastante claro a una distancia más o menos larga, con lo cual no molesta en los objetos y elementos que se encuentran aproximadamente en un radio de 50-60 metros de nuestra posición. Además, las calles y demás escenarios de la ciudad tienen un nivel de detalle bastante alto, incluso en elementos tan poco importantes como cableados y figuras móviles o decorativas de las fachadas, y un gran trabajo de diseño para crear hasta una red de tranvías urbanos que llevan un sistema de transporte perfectamente implementado. También destacar la buena cohesión lograda en las ambientaciones de los distintos barrios de la ciudad, marginales algunos, de alto nivel otros, con sus personajes perfectamente ataviados con vestuarios propios de la zona, e incluso con detalles tan grandes como ver algún “trajeado” por zonas poco recomendadas y ver en su perfil de la información que es un adicto al crack… ya vemos por dónde van los tiros con ese personaje. Muy bien en esos detalles.
El control de Aiden Pierce es muy bueno, con animaciones perfectamente implementadas y que recogen la herencia de Altair y compañía en la saga de la misma compañía. En este caso además se han añadido movimientos muy suaves y fluídos para acciones propias de esta época y de los elementos a utilizar. Los personajes se mueven de forma muy convincente, y sólo algunos keyframes en las animaciones pueden mostrar algún salto brusco en las transiciones, pero ya digo que no es lo normal en este juego. En otro orden de cosas, las gestiones faciales denotan claramente que están limitadas por la generación PS360, y además entre unos y otros protagonistas hay diferencia entre las calidades de texturizado. Seremos testigos por otro lado de filtros gráficos que nos dejarán ver un agua muy realista, unos efectos de luz del sol excelentes, y rutinas gráficas que anuncian la next-gen visual, pero que no llega a consumarse totalmente, y detalles tan mejorables como los efectos de explosiones o los desperfectos en los vehículos, muy poco trabajados y que GTA V deja en el mayor de los ridículos. La mejor versión de consolas es la de PS4 con su aumento de resolución con respecto a la de Xbox One, pero por lo demás tienen unos rendimientos muy similares en el resto de apartados.
Las distintas misiones nos llevarán por sistemas de juego que van desde el sigilo y el hackeo –del que ya hemos hablado anteriormente-, pasando por un gunplay bastante bien calibrado y muy intuitivo, con una gestión de las armas bien implementada, hasta la conducción de coches y motos por la ciudad. Este control es algo duro, ilógico en ocasiones, e irreal en la respuesta de los vehículos (sobre todo en las motos, muy mejorables en control), ya que los coches en ocasiones tardan en reaccionar, aunque se notan distintos tipos de control según el vehículo que llevemos (reacciona antes y es más ágil un deportivo que un 4×4, por ejemplo) no nos ha convencido del todo, y desde luego no llega al nivel de precisión que tiene el control de vehículos en la saga de RockStar.
Lo que sí ha quedado demostrado es que los creadores de “Driver” han dotado de una IA excelente a los conductores de los vehículos que perseguimos o que nos persiguen, con conductas brillantes y una conducción temeraria pero sin dejar de cuidarse de un posible choque. También nuestro protagonista será un gran practicante del parkour, lo que le permite y encaramarse a multitud de edificios, salientes y objetos con un solo botón. En este caso se nota sobre todo la herencia de Assasin´s Creed y su buen uso de las animaciones. Además, la escala de la ciudad y su jugabilidad vertical en muchas zonas agudiza ese buen uso del control en esas acciones. Por último, la conducción de las lanchas por mar no desentona y se lleva de forma precisa sin encontrarnos fallos en la calibración que nos pueda reventar una persecución, más allá de la sensación que produce el mar y sus mareas en la embarcación.
El apartado sonoro también mantiene un nivel muy alto, incluso quizás por encima del nivel del juego en sí. Las voces, en perfecto castellano, están bastante bien interpretadas y nos recordarán a más de un actor o actriz de cine o TV. Por otro lado, el tracklist del juego cuando entramos en los vehículos o la BSO lucen muy bien, dando una sensación cinematográfica muy lograda. Los artistas que ponen música al juego van desde Smashing Pumpkins, pasando por Alice Cooper, Daft Punk, Rise Against o Weezer, conforman una banda sonora variada, larga y de calidad. Los FX de sonido cumplen estupendamente, con una gestión espacial muy buena y unas armas y vehículos a la altura de todo lo anterior. Finalmente, las explosiones, derrapes, y demás samplers en los momentos de acción están muy bien gestionados y son muy realistas en su reproducción. Gran acabado sonoro.
Como no podía ser de otra forma, Watch Dogs le da gran importancia a la conexión online de sus usuarios y las posibilidades ingame. De hecho, en el modo Historia, si lo jugamos conectados online podremos ver cómo aparecen avisos de pruebas multijugador (hasta 8 usuarios simultáneos), que pueden ir desde carreras hasta combates cuyo objetivo es hackear, pero que acaban siendo deathmatches encubiertos, pasando por partidas por equipos. Sin embargo, el modo más divertido, interesante y original es el modo Invasión, que puede saltar en cualquier momento de tu partida: te avisan de que estás siendo hackeado (o bien tú puedes hackear a otro jugador) y te están intentando robar los datos. En ese momento se inicia una cuenta atrás en la que debes averiguar dónde se esconde el pirata informático que se intenta introducir en tu red, y debes eliminarlo. Es una caza del gato y el ratón, pero con que las opciones desplegadas por la ciudad acaba siendo muy intenso y divertido.
En definitiva, Watch Dogs no es aquella perla que apareció, brillando más que nadie, en el E3 de hace 2 años, pero sí un gran juego lleno de detalles, secretos, opciones, variantes, acción, sigilo y múltiples cosas más que cuenta con el hackeo como mayor innovación. Presenta una ciudad de Chicago muy vistosa, efectos gráficos bellísimos en algunos aspectos y otros muy básicos debido a su desarrollo cross-gen. UbiSoft ha conseguido un título muy homogéneo en todos sus apartados, de notable general, donde tendremos juego para más de 30 horas y sobre todo sin la sensación de aburrimiento que sí aparecía en otros títulos de la compañía donde las mecánicas eran muy parecidas. Muy recomendable para los que poseen PS4 y tienen muy poco que llevarse a la boca. Con Wolfestein The New Order y este Watch Dogs, tenemos juegos MUY BUENOS para una temporada. Si se mejoran ciertos aspectos (IA, físicas de vehículos, aspectos gráficos,…) para su más que previsible secuela viendo el éxito que ha tenido en ventas, estaremos ante una de las mejores sagas de nuevo cuño aparecida en mucho tiempo.[80]