Monster World IV debutó en 1994 en Sega Mega Drive. Hoy, en pleno 2021, tenemos la oportunidad de disfrutar de un llamativo remake gracias a Wonder Boy: Asha in Monster World. Analizamos sus claves y os contamos los motivos por los que cualquier seguidor del género debería darle una oportunidad.
Un videojuego de los de antes
En pleno 2021, cuesta encontrar títulos de estas características más allá de la escena independiente, que siempre tiene algo que decir en lo que a propuestas de corte clásico respecta. Es lógico; los tiempos cambian y hoy por hoy, los grandes desarrolladores apuestan por experiencias más complejas y duraderas. Sin embargo, la decisión de muchos de ellos por remasterizar y remakear videojuegos que cuentan con décadas a sus espalda nos ha permitido disfrutar —o descubrir— a un buen puñado de franquicias que marcaron el camino en las primeras generaciones de consolas. Y la saga Wonder Boy (Monster World en Japón) es una de ellas.
En concreto, nos encontramos ante la última de sus entregas, lanzada en 1994 para una consola legendaria como Mega Drive, la 16 bits de SEGA. Studio Artdink ha querido ofrecernos la posibilidad de rememorar viejos tiempos a través de Wonder Boy: Asha in Monster World, una aventura plataformera con algunas pinceladas del género metroidvania que tanto nos gusta a todos. Eso sí, el nuevo aspecto no va mucho más allá de eso: de su aspecto. Y es que, a diferencia de lo visto en otros remakes, en esta ocasión estamos ante un título prácticamente idéntico al original.
Plataformas y un toque metroidvania
Hay que decir que el juego no es especialmente largo, pues completar el 100% apenas nos tomará más de seis o siete horas a lo sumo. Sin embargo, lo cierto es que buscar todos sus secretos da lugar a una experiencia muy amena, en la que debemos permanecer atentos a todos los rincones del escenario, que se divide en cuatro grandes mazmorras a las que podemos acceder a través de la ciudad que hace las veces de nexo. En este sentido, el título funciona de forma similar a un metroidvania, pues ofrece libertad para entrar, salir e incluso revisitar una mazmorra ya completada en aras de encontrar algún coleccionable que no siempre recogemos durante nuestra primera incursión en ella.
Por supuesto, durante nuestra estancia en la ciudad podemos hablar con sus habitantes —el juego está traducido al castellano—, comprar armas y escudos o vender los tesoros obtenidos en aras de ganar un poco de dinero, entre otras actividades. Lo que sea con tal de adentrarnos en las mazmorras y plantar cara a los jefes finales en las mejores condiciones posibles, ya que son ellos quienes protagonizan los momentos más intensos de una aventura sencilla, pero que nos permite viajar en el tiempo y visualizar, una vez más, cómo eran los videojuegos en los años noventa.
A pesar de las discrepancias que pudimos ver entre los usuarios acerca del aspecto visual del título a raíz de su anuncio, lo cierto es que la renovación le sienta muy pero que muy bien, a pesar de que la valoración de la dirección de arte queda sujeta a los gustos de cada persona. El juego es muy resultón y el salto con respecto al juego original es más que evidente. Por supuesto, el rendimiento técnico es perfecto y pocas quejas pueden surgir al respecto. A título personal, lo único que puedo achacar a Wonder Boy: Asha in Monster World es la extraña decisión que el estudio a tomado a la hora de correr, acción que ha sido asignada a la doble pulsación de la cruceta. Habría sido mucho más cómodo poder hacerlo mediante cualquiera de los botones libres del mando.
Cabe destacar la inclusión del Monster World IV original en la edición física del título (no forma parte de la edición digital). El juego es exactamente el mismo que el que llegó a Mega Drive en Japón allá por 1994, aunque incluye diferentes mejoras como la posibilidad de aplicar un filtro CRT, así como aumentar la velocidad mediante los gatillos del mando, como si de un emulador se tratase. No deja de ser una curiosidad, pero resulta muy interesante contar con la experiencia original y poder compararla con la nueva. Repetimos: solo se incluye con la edición física de Wonder Boy: Asha in Monster World (Strictly Limited Games).
Un cásico que sigue activo
Monster World IV fue uno de los plataformas más distinguidos de Sega Mega Drive. Por eso mismo, Wonder Boy: Asha in Monster World es un título muy recomendable para cualquier amante del género. No es un juego especialmente largo, ni tampoco rejugable, pero merece la pena tanto revivir la experiencia gracias a su renovado aspecto, como descubrirla por primera vez, en el caso de los que no tuvieron la oportunidad de hacerlo en su momento. Más allá de lo que pudo ser un remake que apenas aporta novedad alguna que un llamativo estilo visual, el juego sigue siendo tan recomendable como lo fue en su día. [75]