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Análisis de Worms 2: Armageddon (Xbox 360)

Casi quince años de batallitas que llevan los jodidos gusanos. Casi quince años ofreciendo lo mejor en estrategia para todos los públicos. Y no defraudan, como demuestra este Armageddon, creado por Team 17 y que está disponible tanto para ordenadores como para el Xbox Live Arcade por 800 MS Points.

Muy bien, pensarás. Estoy hasta la **** (úsese cualquier sinónimo referido al miembro viril) de los Worms. Los he jugado en el Amiga, en el iPod, en la PSP, en el MAC, en la Play 2… Y no te falta razón. Sin embargo, la segunda aparición de los gusanitos en el Live Arcade posiblemente sea el título más redondo de la franquicia hasta la fecha.


En primer lugar porque su sobrenombre, Armageddon, lo dice todo. El fin de los tiempos, la destrucción total. Y eso es sin duda lo que verás en su gloriosa HD en do dimensiones. Más armas que nunca, ataques aéreos, destrucción con meteoritos, iconos y armas defensivas como vigas para evitar que te alcance un bazocazo (o una puñetera oveja explosiva), torretas antigusanos que se acercan para pegarte un «bola del dragón» en plena boca o imanes para desviar esos misiles inteligentes que de otra forma te harían papilla.

Pero no os asustéis antes las docenas de armas disponibles en el juego. Si empiezas de cero, si nunca has disfrutado de la obra del Team 17, el juego comienza con un tutorial que te dará las bases para aprender a usar el armamento básico. A partir de ahí, dispones de una extensa campaña (treinta misiones de desafío más contenido descargable de dificultad elevada al cubo) y cinco modos multijugador online en los que, si eres un novato en materia de gusanos, vas a recibir pero de lo lindo. Sin olvidarnos de las clásicas partidas locales en las que se ha mejorado el interfaz y aparecen, por fin, los avatares para indicarnos que es nuestro turno y no lanzarnos una granada encima.

Como es habitual, podemos bautizar a los gusanos, tenemos la posibilidad de editar escenarios y crearlos a nuestro antojo para competir con otros jugadores, eligiendo tanto el fondo como la distribución de elementos, ítems disponibles… Técnicamente, siendo un título que apenas ha sufrido evolución desde su nacimiento (exceptuando sus incursiones tridimensionales) se ve de lujo, con gráficos coloridos y bien definidos.

Sólo hay una excusa para no considerar Worms 2: Armageddon y es, sencillamente, que no te guste su estilo de juego. Ahora, si los disfrutaste en algún momento de tu vida y recuerdas esas épicas partidas con tus colegas, o con la jefa, con la Dreamcast (como en mi caso) o cualquier otra plataforma, no vas a encontrar una versión mejor para volver a disfrutarlo.

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