Capcom sigue apostando por el relanzamiento de juegos de la pasada generación de consolas en la presente y tras devolvernos las últimas tres entregas de Resident Evil a 1080p le toca el turno a Dead Rising. Con su cuarto episodio en ciernes para Xbox One y un tercer capítulo que no terminó de convencer, la desarrolladora japonesa se desmarca relanzando Dead Rising, Dead Rising 2 y Dead Rising: Off the Record en PS4, Xbox One y PC. Frank West y Chuck Greene van de la mano en estas tres remasterizaciones que nos ofrecen una de las mejores experiencias de supervivencia diseñadas de la década. Nótese la referencia temporal.
Dead Rising sobrevive a sus remasters
Recomiendo meterle mano a los tres juegos en orden de lanzamiento. Y no porque su trama se entienda mejor siguiendo esta ordenación lógica, sino porque como jugador vas a ver la evolución de la saga en el terreno de las mecánicas, sobre todo con el primer episodio. Dead Rising sigue siendo un título de comienzos de la pasada generación, con un control made in Japan tosco que no ha sido mejorado y una inteligencia artificial que cuando se tropieza, lo hace recorriendo varios metros al aire antes de acabar estampada contra el suelo.
En la versión jugada, la de PS4, he visto NPCs que giraban sobre sí mismos, jefes en vehículos que se quedaban atorados en árboles y algún que otro momento que con algo de más cuidado podía haber quedado subsanado. No son situaciones excesivamente graves, pero la atención a los detalles es la que consigue que un videojuego se aproxime a la excelencia, y éste es el caso. Dead Rising se ha llevado a la generación actual con todo lo que arrastraba de la anterior, y eso hace que veamos la evolución de la saga si la jugamos en orden de lanzamiento.
En lo meramente visual y salvo alguna inexplicable caída de ‘frame rate’ en ciertas zonas de la primera parte, los tres juegos lucen dignamente. La evolución técnica de nuevo es palpable, y si bien por Dead Rising han pasado los años cobrándose un precio que no se redime en la remasterización, el aumento de la resolución sienta bien. Lo mismo con el extra de estabilidad: se juega todo más fluido y es algo que viene perfecto para disfrutar la invasión zombie como marcan los cánones. Las sesenta imágenes por segundo sientan fenomenales.
Cada uno de los juegos tiene un precio de 19,95 euros en formato descargable y no llegan a las tiendas en edición física en España (de momento, sin planes). Una pena, sin duda, porque un paquete de la trilogía completa en caja impulsaría a aquellos que están indecisos. ¿Merece la pena hacerse con estas remasterizaciones? Sin duda, si no has jugado al primero, sí. Aquellos que la pasada generación no estuvieran en el frente Xbox tienen ahora una obligación con el género de los muertos vivientes. Eso es incuestionable.
¿Estamos ante las remasterizaciones perfectas? Probablemente no, pero eso no quita que nos encontremos ante una oportunidad correcta para rejugar tres propuestas con las que Capcom nos conquistó durante la pasada generación. Tendremos, eso sí, que aceptar sus defectos, especialmente en el primer episodio, aquellos elementos que ya recibieron críticas en su lanzamiento original: sistema de guardado, control, etc. Si te propones quererlo como es, todo irá bien. [70]