De la mano de Drifter Entertainment y Oculus Studios llega Lies Beneath, un juego de terror y acción a partes iguales exclusivo para Quest y Rift. Un título muy recomendado para el visor Stand Alone de la compañía, pero menos impactante en la versión de PC en la que apenas se introducen mejoras.
Estética Creepshow
Lo primero que llama la atención nada más empezar Lies Beneath es el apartado visual con una apuesta por un estilo artístico y gráfico basado en el cel shading. Además, toda la narrativa se muestra a través de bocadillos como si de un cómic interactivo se tratara, donde incluso entre capítulos interactuamos literalmente con páginas de una novela visual con sus ilustraciones y viñetas que amplían y refuerzan el argumento y cuentan la historia.
A pesar de este particular estilo gráfico tan pocas veces visto en un juego que pretende asustarnos, el resultado es sorprendente y consigue ponernos en tensión durante la mayor parte del tiempo gracias a la paleta de colores y la lúgubre ambientación. Su apartado sonoro, que junto a unos sustos fáciles colocados aquí y allá, acaba por dar el resultado deseado y al final sentimos ese desasosiego continuo al doblar cada esquina.
Perdida, sin rumbo y en el lodo
La historia empieza con la vuelta de una joven y su padre a un ficticio pueblo de Alaska donde vivían cuando ella era pequeña. Es en ese trayecto cuando, sin previo aviso, sufren un accidente. Al recuperarse, la protagonista enseguida se da cuenta de que su padre no está allí y emprenderá su terrorífica aventura en su busca. O, como mínimo, intentará encontrar ayuda de la gente del pueblo, a la que se refiere en alguna ocasión como «gente extraña».
Antes y después de llegar al pueblo recorreremos distintos escenarios empezando por un bosque para continuar, capitulo a capítulo, por otros lugares que iremos descubriendo a lo largo de los 20 capítulos que componen Lies Beneath. El diseño de escenarios no está demasiado inspirado y, la verdad, podemos decir que todos los caminos llevan a Roma.
Quitando algunos desvíos para encontrar munición y comida o para resolver algunos sencillos puzles, no nos vamos a desviar demasiado de la ruta principal. En ocasiones el juego me recuerda a una casa del terror, es como un decorado listo para que pases y te asustes con los señores disfrazados -lo cual no es malo, aunque me temo que tampoco intencionado- y puede llegar a sacarte si te tomas el asunto demasiado en serio.
Dame fuego, por favor
Durante el recorrido encontraremos todo tipo de seres monstruosos de distintos tamaños y peligrosidad -normalmente muy asequibles todos- a los que deberemos enfrentarnos y derrotar para avanzar en la historia. Incluso en ocasiones nos mediremos con grandes hordas y algunos jefes finales con distintas mecánicas y puntos débiles. El elemento clave de la aventura es el mechero que cogemos al principio y del que no nos separaremos en ningún momento, este sirve para iluminar o mostrar el camino observando la dirección de la llama, pero también se utiliza durante el combate, y si por ejemplo lo encendemos al empuñar un arma de fuego, veremos una retícula muy eficaz a la hora de apuntar.
La acción se basa como digo en armas de fuego que iremos encontrando por el escenario, pistolas, escopetas y hasta un arpón de pesca submarina con el que aparte se puede interactuar con la resolución de pequeños puzles. Pero en Lies Beneath también es importante el combate a melee y aquí vamos a disponer de todo tipo de armas cortantes, desde hachas, machetes y cuchillos hasta estacas que podemos extraer directamente de la cabeza de un enemigo para quedárnoslas y usarlas en su contra en casos de urgencia.
A ritmo de VR
En general los momentos de acción están resueltos de manera notable y salvo algunos momentos regulares con las físicas, todo funciona bastante decente. A veces cuesta acertar al disparar sin el punto de mira si no usamos el mechero y me parece una mecánica VR implementada inteligentemente por el estudio ya que potencia la puntería pero que en cambio nos priva la posibilidad de empuñar otra arma en la otra mano.
En cambio, el combate cuerpo a cuerpo me parece impreciso en demasiadas ocasiones y os lo explico resumidamente; si lanzas un hacha contra un enemigo a distancia el impacto es realista, en cambio sí le golpeas directamente le traspasas y a estas alturas esos detalles ya chirrían. Por otra parte, si estás enfrentándote con un monstruo que muere de un solo golpe y lanzas la misma hacha y rebota en el suelo y después impacta en el pie del enemigo, se le clava y acaba con él, restando «realismo».
Manzanas, sándwich y balas
Durante la aventura habrá momentos de picos de dificultad en los que tendremos que vigilar la munición y la salud. La munición es un tema que me ha causado controversia. En muchos momentos nos sobrará y nuestra capacidad de almacenaje está limitada, por lo que nos veremos obligados a dejar una gran cantidad de balas por tener el inventario lleno. Por otro lado, en ocasiones llegaremos a lugares más poblados de enemigos y podemos llegarnos a quedar tirados con los cargadores vacíos, es un tema que no está bien medido.
En el juego no existe interfaz o HUD al uso, por lo que tendremos que comprobar las balas que nos quedan en el tambor del revólver o en el cargador del resto de armas. Con la vida pasa lo mismo y el estado de nuestra salud se ve reflejado en que cantidad de sangre tenemos en las manos y para recuperarla deberemos comer alimentos que encontramos repartidos por el escenario, agarras una manzana y te la acercas a la boca. Me hace mucha gracia el sonido que hace nuestra protagonista al ingerir alimentos y no sé si lo han hecho a propósito o les ha quedado simplemente así, pero el crujir de la comida mezclado con ronquidos como si comiera un cerdo le da un toque cómico que me ha hecho reír mucho.
Aprendiz de todo y maestro de nada
Lies Beneath no es un vende visores, ni de lejos es un producto especialmente destacable en general. Su precio es un poco elevado por nivel de producción, aunque al mismo tiempo es recomendable por su duración. No estamos ante el mejor juego de acción ni de terror en VR pero si ante un producto con personalidad, divertido y con un acabado correcto.
Aun así, su más que aceptable duración -rondará entre 6 y 8 horas dependiendo del nivel de dificultad que elijamos- supera la media y su apuesta por un estilo gráfico cel shading, dota a esta aventura de suficiente personalidad como para no dejarla pasar si eres amante de sagas como Silent hill o resident evil.
Seguramente sea más disfrutable en Quest como he dicho, por lo que, si tienes el stand alone de Oculus y me preguntas, te diría que seguramente hagas una buena compra y lo disfrutes. Pero a la versión de PC le pediría un mayor esfuerzo para aprovechar la potencia de los equipos sin limitarse a hacer simplemente un Port directo de la versión de Quest. Unas mejores texturas y efectos como la niebla o las partículas le vendrían como anillo al dedo y seguramente servirían para endulzar un producto que sin ser amargo me sabe a sacarina.[70]
El estilo gráfico del juego a mi me tiene bastante encandilado. Lastima el resto, pero me parece que si hubieran ejecutado de mejor manera el desarrollo del mismo, podríamos estar ante un gran producto.