La vida es tan dura como las personas que te cruzas en ella. Y Ciudad Capital está repleta de graníticos corazones. Afortunadamente, las huestes del bien están preparadas para combatir el crimen. Y para repartir eso que llaman Justicia Extrema…
Era inevitable. Dado el éxito que supuso Pursuit Force en el nacimiento de PSP, estaba claro que SCE tarde o temprano lanzaría una secuela que mejorara uno de los primeros títulos diseñados específicamente para PSP. Esta segunda parte, subtitulada Justicia Extrema asienta y mejora las bases que nos hicieron soltar adrenalina en su día, aunque sigue siendo un título bastante corto en duración y con modos de juego muy parecidos.
Gráficos
La mezcla de géneros hace que Pursuit Force dé un poquito de cada palo y cumple perfectamente en todos ellos. No es puntero técnicamente ni en las misiones a pie como tampoco en las partes centradas en la conducción, pero a pesar de sus limitaciones en el número de enemigos y coches en pantalla, está a la altura. Las fases de conducción recuerdan una mezcla de Crazy Taxi con un poquito de Burnout, tanto por la experiencia que ofrecen a la hora de conducir como por su acabado gráfico o por el diseño de los escenarios.
Las fases que llevamos a cabo a pie muestran un acabado igualmente correcto y pese a que el sistema de control es algo más durillo que el de las zonas de carrera, el diseño de los agentes y sus animaciones denotan que se ha trabajado a fondo para que ninguno de los dos estilos de juego esté por encima del otro. Si hubiera que destacar algún aspecto gráfico por encima del resto serían sin dudas las secuencias cinemáticas que pese a lo exagerado de la historia que cuentan, técnicamente cumplen sobradamente con el nivel exigido por la portátil de Sony.
En cuanto al juego en sí, habría que destacar la velocidad a la que se desarrolla la acción y que merced a unos cuantos trucos, mantiene una tasa de refresco que permanece estable en casi todo momento. Poca carga poligonal en pantalla para que no se sobrecargue la acción, enemigos limitados en número debido a la limitada RAM de la portátil y la tasa de cuadros permanece estable casi en todo momento.
Sonido
Música cañera perfectamente adaptada a las trepidantes persecuciones y que a pesar de no estar licenciada, tiene calidad como para incluirla en un recopilatorio de metal. Y no olvidemos el trabajo de doblaje al castellano que debemos agradecer a Sony por traer sus first-parties perfectamente localizados.
Jugabilidad
Pursuit Force es un arcade estructurado en misiones que son de tres tipos: conducción (vehículos terrestres o acuáticos), de disparos desde una vista en tercera persona y de disparos en primera persona (controlando una ametralladora desde un helicóptero, por ejemplo). En un primer momento predominan los niveles de conducción, pero poco a poco se van mezclando y en una misma fase podemos conducir para cumplir un objetivo y luego salir del vehículo y ponernos a dar tiros para cumplir otro.
En total son algo más de 50 misiones, de unos 5-10 minutos de duración máximo, en las que tendremos que detener a alguna banda rival para que no siga haciendo fechorías, a la par que vengamos el humillante desagraviode ver como los maleantes fastidiaban el día de tu boda. Poco a poco iremos descubriendo que tras los pandilleros de turno amarga-bodorrios, se encuentra una poderosa organización que a lo 24 intenta conseguir un dispositivo nuclear. La misión del equipo Pursuit Force, como no podía ser de otra forma, es evitarlo a toda costa.
Los niveles de conducción presentan un aspecto tremendamente arcade y un control muy sencillo que nos permite conducir a la par que disparamos a los enemigos; eso sí, el botón R sufrirá de lo lindo porque durante el juego vamos a disparar muchas balas. Además de conducir por la ciudad a toda pastilla y disparando, los Pursuit Force son conocidos mundialmente por su habilidad para saltar a los vehículos de los rivales y tomar posesión de ellos. Así, cuando en pantalla salga un icono podremos volar por los aires para aterrizar en el capó de un criminal y tras hacer que expire su último aliento, conducir su vehículo. Podremos montar a bordo de camiones, lanchas acuáticas, hovercrafts, motocicletas, descapotables… aunque sinceramente todos se conducen exactamente igual.
En las misiones de disparos en tercera persona solemos ir escoltados por un equipo que nos ayudará a progresar por las instalaciones enemigas terminando con criminales a mansalva; los enemigos siempre salen por los mismos lugares, tienen una IA nula y además, tienen querencia a exponerse al lado de barrilles repletos de barriles explosivos (qué original). Estas fases suelen terminar con una persecución a toda leche y en un enfrentamiento contra un final boss.
Existen tres niveles de dificultad y algunas misiones exigirán más concentración de lo requerido. Los vehículos que conducimos suelen perder “vida” bastante más rápido de lo que nos gustaría, bien sea por usar la fuerza bruta chocando contra los criminales, bien por los disparos que recibimos, así que estar bien atento a cualquier oportunidad para saltar por los aires y hacerse con un vehículo rival. Además, según vayamos eliminando enemigos iremos completando la barra de “Justicia” que podemos usar para reponer vida-energía o para emplear un súper poder cuando alcance su máxima capacidad.
Además del modo historia podemos pasar el rato completando distintos desafíos, que nos proponen cumplir las mismas misiones que en el modo historia pero con diversos hándicaps para poner las cosas más complicadas, o en el llamado modo recompensa, donde rejugamos las mismas misiones pero añadiendo objetivos que si cumplimos serán recompensados con mejoras para los agentes.
En cuanto a las opciones multijugador, hasta cuatro jugadores pueden competir en diferentes modos como estampida (luchas a pie), tráfico y embestida (los polis deben embestir a los criminales), superviviente (donde importa trabajar en equipo para sobrevivir) y policías y ladrones (donde los maleantes deben llegar a meta sin ser capturados). Eso sí, olvidaos del modo infraestructura porque no ha sido incluido.