Es posible que Sony no haya tenido muy claro a quién elegir como su gran mascota. SEGA y Nintendo lo tenían más fácil con sus erizos y fontaneros, pero en el caso de la otra firma nipona fabricante de hardware tenía y tendría más por donde elegir. Ratchet & Clank vivió en un momento difícil para haber destacado. Ahora es su momento.
Voy a hacer una analogía con el mundo del tenis, que es otra de mis pasiones. A pesar de que Roger Federer y Rafa Nadal sean el mejor jugador de la historia de este deporte y uno de os cinco mejores respectivamente, es una pena que hayan coincidido en el tiempo, que sus padres se pusiesen de acuerdo para que compartiesen una generación tenística durante la mayor parte de su carrera profesional. El porcentaje de victorias del suizo en partidos de tierra batida es uno de los más altos de la historia de este deporte; solía llegar a todas las finales, pero se encontraba en la final con el Goliat de Manacor.
A Ratchet y Clank les salió muy caro tener que codearse con gente como Jak, Crash, Spyro, Banjo, Donkey Kong, Yoshi, Kirby y un largo etcétera de atletas donde siempre terminaba ganando Mario. Supongo que desde Insomniac Games -que de esto saben un rato y han demostrado aprender la lección con obras tan entretenidas y queridas para mí como es Sunset Overdrive– solo les faltaba conseguir el teléfono de Pixar y tener una conversación de esas que comienzan por “Cari…”, porque el nuevo Ratchet & Clank para PS4 es como un romance que no terminó de fraguarse hasta años más tarde.
Ya se han escrito muchos superlativos sobre este renacer del plataformas tridimensional más allá del Reino Champiñón, pero es que es tremendamente cierto. Yooka-Laylee ve ahora desde el Big Ben cómo Playtonic Games lo tiene mucho más difícil que hace un año para destacar con este sucesor espiritual de Banjo, y me alegro. La experiencia con este Ratchet & Clank ha sido tan buena que el original parece simplemente una cosa distinta. Para vivir esta obra hice el ejercicio de jugar al original de PS2 unas semanas antes, además que durante navidades me terminé Ratchet 3 en Vita. Pero el que interesaba en la ecuación era éste. No os puedo engañar: volver al original una vez me pasé este juego basado en la película basado en el videojuego no ha sido nada fácil, porque todas esas cosas que de pequeño ha hacían fruncir el ceño y poner mala cara ahora se han solventado.
El control es infinitamente mejor que antaño, y por esto por donde hay que comenzar hablando al valorar este título, ya que un buen plataformas debe preocuparse siempre por hacer que lo que tengamos entre manos era algo incomparable con otros del género. Ahora hay una sinergia total entre el Dualshock 4, la cámara y Ratchet. Es una trifuerza. Todo se ejecuta con tanta suavidad y precisión que es difícil no adaptarse rápidamente a un título que, dicho sea de paso, es bastante más fácil que el original por el nuevo sistema de pérdida de vida. Pero se le perdona cuando ves una de las mejores interfaces que he visto nunca en un juego como éste, porque seleccionar las armas sigue siendo cómodo y rápido, además que ahora la variedad es mayor. Cada cual más intensa y extravagante.
Mención aparte para los jefes finales, otro alarde de creatividad. No sé cuánto se tardará en hacer una próxima película para la cinta que todavía se puede ver en algunas salas de cine, pero no estaría mal hacer una solo de los final bosses. Creo que no voy errado si digo que hasta la llegada de Nate éste era el título que más me había sorprendido de todo lo que llevamos de generación en términos visuales. Creo que he almacenado más de 60 gigas de vídeo con la función ‘Share’ grabando solo escenas que me gustaban, que me hacían decirme a mí mismo “oye, esto hay que guardarlo que mira cómo se ve”.
En la era de los refritos, los recopilatorios, las ediciones definitivas, las precuelas, las secuelas y todo ese amor por el pasado, Ratchet & Clank es como un producto ecológico, sin aditivos ni colorantes, que renace reinterpretándose a sí mismo y mandando un mensaje a la industria donde se puede leer claramente que esta pareja ha llegado para quedarse, que quiere seguir contando historias. Ahora tienen más personalidad, Clank cobra sentido con faes donde es a él a quien controlamos; el ritmo del juego sabe cuándo subir y cuándo bajar de marcha. mDura lo que tiene que durar y es un producto honesto. Solo cuesta 30 euros cuando personalmente habría pagado por él unos cuantos más.
La exploración incluso se ha potenciado gracias a la introducción de serie de los trofeos y algunos coleccionables; digamos que cada uno de los planetas son pequeños mundos en forma de sandbox, donde se te invita a que eches un vistazo a lo que hay detrás de ese arbusto, que te recompenses a ti mismo. No es un metroidvania, pero personalmente he vuelto a otros planetas ya explorados solo para ver si puedo descubrir zonas antes inalcanzables tras haber desbloqueado una nueva arma.
Y lo mejor de todo es que es divertido. Me va a costar olvidarme de él, principal problema actual con los títulos de esta generación. Quizá le hubiera quitado tantos checkpoints o que algunas fases como los puzles o las plataformas sobre raíles hubiesen estado algo más inspiradas, pero es que este título va de cabeza a mi lista de favoritos de los últimos años. Insomniac Games y Naughty Dog trabajaron juntos durante años en unas oficinas de California. No sé qué desayunaban ahí dentro, pero vaya racha que llevan ambas. Sus dos últimos lanzamientos están a un nivel excelente. Ratchet & Clank es casi sobresaliente. [85]