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Análisis de River City: Tokyo Rumble, acción tributo a una época mejor

Es indudable, la NES vuelve a estar de moda. El once de noviembre nos llegará su esperada versión mini, cargadita de clásicos. Uno de estos grandes juegos del sistema, aunque por desgracia solo se incluirá en la versión nipona y no en la que nos llegará aquí, fue River City Ransom (Technos, 1989), que por estas tierras se conoció como Street Gangs.

Un juego de culto

Quizás pasó un poco desapercibido en su momento ante otros títulos más importantes, pero las andadas de Kunio-kun y Riki (o Alex y Ryan, si preferimos la versión occidental) se ganaron un huequecito en el corazón de muchos jugadores.

Aún recuerdo cuando de crio visitaba la casa de un amigo, el único que conocía con una Nintendo, y, a pesar de encontrarme delante de juegos como Super Mario Bros. o The Legend of Zelda, mis ojos se iban siempre a aquella portada versión PAL, con el prota lanzando una patada hacia un gamberro que le amenazaba con un cubo de basura. Y es que en aquella época los beat’em up eran todo a lo que quería jugar y este título me resultaba increíblemente divertido, con esos sprites tan histriónicos, que compartía además con Nintendo World Cup, que tantos buenos ratos me había dado también en Game Boy.

El inicio de algo grande

Realmente, todo partía de otra creación del estudio, Nekketsu Kōha Kunio-kun, de 1986, que conociéramos aquí adaptado como Renegade y que es considerado como uno de los padres del género. Y es que introdujo esa temática bautizada como “yo contra el barrio” que tantos grandes momentos nos brindó desde entonces y que inspiraría luego al mismo equipo de desarrolladores a crear el célebre Double Dragon, que apareciera por primera vez en el 87. Pero eso no significó el fin de las aventuras del bueno de Kunio, que protagonizaría luego un juego de balón prisionero que se localizó en occidente como Super Dodge Ball, también en 1987, y los ya mencionados Street Gangs y Nintendo World Cup, así como otros tantos posteriores, convirtiéndose en la mascota de la compañía. Por suerte, con la compra el pasado año de los derechos de las propiedades intelectuales de Technos por parte de Arc System Works (responsables de importantes sagas de la actualidad como BlazBlue o Guilty Gear), se decidió recuperar la franquicia por todo lo alto y gracias a ello nos llega ahora River City: Tokyo Rumble, que celebra además con su salida el 30 aniversario de las aventuras y desventuras del personaje.

https://www.youtube.com/watch?v=NZa-BIrfPIg

El retorno de Kunio

La trama comienza cuando dos matones esperan a la salida del instituto a Hiroshi, un amigo del prota, y le dan una soberana paliza. Kunio, al ver lo que sucede, les hace frente y sale corriendo a por ellos. Un viejo conocido parece estar detrás de lo ocurrido pero lo que se ve es solo la punta del iceberg de un malvado plan que pretende, en última instancia, controlar todos los barrios de Tokyo. ¿Serán Kunio y sus amigos capaces de hacer frente a la amenaza y dar con el verdadero responsable de armar tanto barullo en el vecindario? Como ves, la premisa base encaja en lo que es habitual en estos juegos pero no faltarán momentos de lo más divertido, aderezados por el peculiar sentido de humor de los personajes y todo dentro de una ambientación muy nipona, con muchos de sus tópicos e imaginería.

Lo primero que sorprende es lo fiel que el juego es en casi todos sus aspectos al original. En ello se incluye la jugabilidad, al estilo de la que disfrutamos en la NES y que de primeras nos podría parecer un poco básica para lo que puede dar de sí un beat’em up pero se nos descubre luego, con el transcurso de los minutos, como tremendamente eficaz y divertida, sobre todo a media que vamos comprando nuevos ataques que nos harán la vida más fácil, como cabezazos, golpes aéreos, agarres, etc. Seguiremos pudiendo subir a los muros como estrategia, usándolos a nuestro favor en el combate, una de las características que hacían especial al de 1989, y nos seguiremos tropezando con una enorme variedad de armas: no faltan las cadenas, los puños americanos, los bates de béisbol, los cubos de basura o las pelotas de fútbol y balón prisionero. La cruceta clásica de la consola se mantiene como el sistema ideal para movernos por los escenarios.

Tan divertido como siempre

El toque rolero sigue presente e incluso un poco más desarrollado. Tanto Kunio como sus aliados irán subiendo de nivel a medida que derroten a más y más enemigos, lo cual será necesario porque en cada nuevo barrio de Tokyo por el que nos adentremos los pandilleros que se nos encaren serán más duros de roer. Estos continúan soltando su monedilla al caer, con la cual iremos ganando dinero, aunque también sueltan en ocasiones pequeñas medallas que podremos vender en el momento que consideremos oportuno, lo cual nos vendrá de perlas porque, a diferencia de las monedas, que perderemos la mitad al quedarnos sin vida, estas se mantendrán en nuestro inventario hasta que su venta tenga lugar en cualquier local.

Por supuesto, estará presente otro elemento fundamental del original, las diferentes tiendas y restaurantes. En estos últimos podremos recuperar nuestra vitalidad o llevarnos algún elixir para ello de la farmacia a modo de ítem. En las tiendas de ropa y complementos lo que compremos potenciará nuestras stats (y la de nuestros compañeros) de puñetazo, patada, resistencia o uso de armas y en la librería nos haremos con las últimas técnicas de artes marciales, con las que añadiremos más variedad a nuestras habilidades como luchador. Y como todo ello cuesta bastantes monedas, tendremos también la opción de acudir a una agencia de empleo para que nos asignen pequeñas tareas. Como derrotar cierto número de enemigos en un área concreta o recuperar una mascota extraviada a cambio de un poco de calderilla extra que gastar. Lo cierto es que estos pequeños retos dotan al juego cierta vidilla adicional.

Combates en compañía

Solo podrá acompañarnos a la vez uno de nuestros camaradas de batalla, de entre los tres que llegarán a estar disponibles para seleccionar, cada uno con su nivel. Lo habitual será que elijamos siempre al mismo para que esté a nuestro lado y alcance así su máximo potencial, aunque en alguna misión se nos pedirá que participe de forma activa algún otro de modo predeterminado. Con el botón X les daremos pequeñas indicaciones para que éste ataque, retroceda o acuda en nuestra ayuda, si nos vemos muy agobiados durante la pelea. Lo que no podremos en esta ocasión es golpearnos mutuamente ni tampoco, por desgracia, jugar la campaña en cooperativo, lo cual le habría dado otra dimensión en lo jugable. Tendremos la opción de variar un poco la cámara con los gatillos, viendo la acción desde diferentes perspectivas, aunque la predefinida es la más funcional y a buen seguro en la que pasaremos el 99% del tiempo.

Las posibilidades multijugador de River City: Tokyo Rumble son un poco limitadas

Contaremos con algunos minijuegos con los que pasar el tiempo, como el balón prisionero, que tendrá su propio modo aparte al estilo de otro clásico de la saga como Super Dodge Ball, o el baloncesto, donde de forma muy básica tendremos que llenar una barra y soltarla en el momento preciso para encestar y demostrar que Kunio no tiene mucho que envidiar a Rukawa o Sakuragi, de Slam Dunk (un manga celebre de los noventa sobre este deporte, de Takehiko Inoue). Resultan entretenidos para echar un ratillo, al igual que el modo Rumble, con peleas entre cuatro personajes. En estos modos extra si podremos jugar con hasta tres amigos, aunque no tengan ellos el juego en su 3DS y entre las opciones de configuración estarán el elegir el escenario, la música, la duración del asalto y la dificultad de los bots, además de la elección de los personajes de entre los incluidos en el reparto. Una pequeña biografía de estos estará también disponible en otro apartado, así como acceso a la selección musical, melodías que mantienen el estilo de las composiciones de antaño resultando adecuadas y muy pegadizas. Todo disponible a medida que lo vayamos desbloqueándolo al avanzar en la campaña.

La duración tampoco es excesiva, como es frecuente con esta clase de juegos y en unas tres horas podríamos haber acabado el arco argumental, aunque pica bastante como para dejarse llevar e intentar conseguir completar todos los trabajos o aprender las técnicas secretas, lo cual suma un par de horas extra. Tras terminar, tendremos la opción de volver a empezar conservando nivel, equipo, dinero y habilidades pero con todo de nuevo por hacer y descubrir, además de una dificultad más alta para compensar nuestras elevadas stats. Cuatro niveles de dificultad serán los disponibles pero resulta bastante más sencillo que los títulos de antaño tras su puesta al día, con opción de guardado de partida y el leve ajuste de sus mecánicas.

¡Viva el pixel!

A todo ello hay que sumar que River City: Tokyo Rumble resulta ser un juego bastante vistoso, con un apartado gráfico fiel en casi todo al original aunque con añadidos en 3D para dotar de vida sus escenarios y aprovechar aunque sea manera leve las capacidades de la consola. El diseño y las animaciones de los personajes es 100% marca de la casa, con esos sprites cómicos y rechonchos y sus icónicas expresiones tan delirantes. Difícil transmitir más con menos, aunque en ocasiones también van acompañadas de algún pequeño sample de voz en japonés, sobre todo para mostrar el enfado o la ira de Kunio.

River City: Tokyo Rumble supone una puesta al día de la propuesta de los originales, con una secuela capaz de hacerte pasar un buen rato gracias a la buena mano de Arc System Works para traer de vuelta a Kunio y compañía siendo totalmente fieles a la herencia recibida, lo cual encantará a los seguidores del título de NES. Cuenta con la nostalgia como gran activo pero, por la misma razón, puede resultar un juego que quizás no agrade a todo el mundo por su estilo clásico y su ambientación tan marcadamente nipona. Queda también la pena de que su edición física (de tirada muy limitada, todo hay que decirlo) no haya sido distribuida en nuestro país y que sólo esté localizado al inglés, aunque en un nivel bastante asequible. En los planes de la desarrolladora parece estar recuperar mucho de lo bueno del Technos de finales de los ochenta así que es de esperar que tengamos Kunio para rato, aunque habrá que comprobar si se queda solo por Japón o no. Ojalá podamos seguir disfrutando pronto del personaje, ya sea peleando una vez más por su barrio, compitiendo en los deportes de su instituto o marcando otra vez goles con su selección en un campeonato del mundo. [78]

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