Cuando me lancé a “desempaquetar” Runemals en mi tablet, era plenamente consciente de que tenía cierto prejuicio que podía estropear mi experiencia con la nueva obra de Jandusoft: nunca me han gustado mucho los juegos para móviles y tablets porque siempre me ha parecido que no puedo disfrutar de los títulos tal y como haría en mi consola o pc. Partiendo de esta base, os podéis imaginar el sentimiento que me invadía al comenzar a jugar. Pero quería superar mis prejuicios contra los videojuegos de móvil y tablet y, ¿qué mejor ocasión que esta?
Jandusoft, la desarrolladora de Runemals, no es nueva en esto de los juegos de móvil: también es la creadora de otros juegos como Guess the Character o Mariano Ninja, ambos disponibles tanto en la App Store como en Google Play. Dentro de poco pondrán también otro título a la venta: Jewels Drop, un conecta-3 protagonizado por un capitán pirata. A la vista de sus anteriores creaciones, podemos decir que la compañía se caracteriza por el desarrollo de juegos sencillos y cómicos, más enfocados al jugador casual.
Nada más empezar, nos sumergimos de lleno en la historia: un chico llamado Bright encuentra en el desván de su casa las pertenencias de su difunto abuelo. Y, entre esos objetos personales, aparece un misterioso medallón que al tocarlo, empieza a brillar. Al aparecer la joya, se te informa de que tu próximo paso será elegir a qué elemento pertenecerá tu poder: fuego, naturaleza o agua. Nosotros elegimos naturaleza y se nos entrega como primer compañero a Fenndarell, una especie de animal entre lobo y ciervo, de color verde y con una enorme cornamenta. Los diseños que se han elegido para cada uno de los runemals son bastante originales, lo que unido a la elección de una gama de colores vivos contribuye a crear un estilo visual agradable.
Tras la narración de este comienzo y primer contacto con las criaturas, vamos directamente a “explorar” Isla Runa. ¿Por qué explorar entre comillas? Porque no se puede explorar. Runemals tiene de RPG que tú como jugador encarnas a Bright, nada más. En cada zona de la isla – cuatro en total, divididas por el tipo de bestias que predominan; y que están disponibles en función del nivel de experiencia que tengas -, lo único que se puede hacer en cada área es seleccionar de una lista varios combates que se ordenan por nivel de dificultad de menor a mayor.
Para combatir, los miembros de tu equipo necesitan generar puntos de poder. La pantalla de combate está dividida en una parte superior, donde se encuentran los enemigos a eliminar; y una parte inferior, donde hay un tablero en el que deberás hacer todas las combinaciones que puedas de como mínimo tres gemas de poder en diez segundos.
En esta pantalla habrá cuatro tipos de gemas: azules, moradas, amarillas y verdes. Como habréis podido adivinar, cada gema corresponde al elemento al que pertenece cada runemal, de manera que si recolectamos muchas gemas azules, nuestros compañeros de tipo agua tendrán más puntos para gastar en ataques más poderosos en su turno de la pelea. Gracias a este sistema, los combates son entretenidos y muy dinámicos aunque son casi lo único que tiene este juego porque, como ya he dicho más arriba, tampoco se puede hacer otra cosa. Otro aspecto importante de las luchas, es que cada vez que entremos a una no habrá sólo un enemigo esperándote, el número varía y, además, hay varias tandas de ellos en el mismo combate. Al final de las diversas rondas, te esperará el cabecilla de esa horda de bestias para batirse contigo. Me ha ocurrido que ha habido veces en las que me ha resultado más complicado derrotar a los enemigos que al propio jefe en sí, lo que, en mi opinión, hace que la curva de dificultad sea a veces bastante desequilibrada. Una vez derrotado el grupo contrario, nuestras bestias ganarán experiencia y tú algunas monedas.
Otro problema que llega cuando te derrotan es que si no tienes pociones de vida o tienes algún runemal debilitado, no te será posible continuar. Si tampoco tienes monedas para comprar objetos de curación en la tienda — lo que será más que probable, pues la recompensa que recibes en cada combate no es acorde con los precios de la tienda—, tendrás que dejar de jugar y esperar pacientemente unas cuantas horas a que la vida de tus compañeros de aventura esté completamente recargada, por lo que si estás en un combate complicado lo máximo que llegarás a jugar serán diez o quince minutos, dependiendo de lo que dures frente a los enemigos. Por ello es prácticamente imposible estar ni tan siquiera una hora jugando, ya que la salud no va a ser el único impedimento.
El siguiente inconveniente del título es que por cada combate jugado —ganado o perdido— se consume una cierta cantidad de puntos de energía, necesaria para participar en cualquier combate. Si se te termina la energía en tres combates, por ejemplo, y quieres seguir jugando, tendrás que dejar nuevamente el juego y esperar unas horas a que se te recarguen solos los puntos. La otra opción que se te ocurrirá será ir a la tienda, pero no tendrás monedas suficientes para comprar pociones de energía, así que ni lo intentarás. La otra manera de obtener el tan ansiado pasaporte a otro rato más de diversión es pagando con dinero real por estas pociones que te darán energía.
En definitiva, Runemals, denominado por algunos medios como un juego entre Pokémon y Candy Crush, me ha parecido entretenido pero todavía le queda mucho camino por recorrer y varias cosas por pulir como las esperas interminables cuando el equipo ha sido derrotado o cuando se han consumido los puntos de energía que no te permiten seguir jugando lo que, a mi parecer, provoca que el usuario vaya perdiendo progresivamente el interés al no poder jugar ni una partida de una hora sin tener que esperar otras dos horas para restablecer o bien puntos de poder o puntos de vida.
Tampoco puede ocultar la alargada sombra de Puzzle & Dragons o poder combatir contra los vicios propios de un modelo de negocio que todavía no ha encontrado métodos para que no lo percibamos como un sacacuartos. Runemals, desafortunadamente, no innova sino que sigue una estela ya marcada sin brillar en ninguno de sus apartados. Si buscáis algo simple y entretenido, os servirá para los quince minutos del autobús o el metro. Si es al contrario, alejaos de él.
Runemals es un juego free to play y lo podéis encontrar tanto en la Play Store de Google como en la App Store de Apple. [60]