Shin Megami Tensei: Soul Hackers para Nintendo 3DS es un remake del título original lanzado allá por el año 1997 para Playstation y Sega Saturn. Pese a que no soy un gran amante de los juegos con combates por turnos, decidí darle una oportunidad cuando mi amigo Kristian me lo ofreció para analizar, sobre todo tratándose de un producto con tanto renombre y que en su día gustó mucho entre el público.
Se trata de un RPG clásico que bebe bastante de otros títulos del género, aunque cuenta con toques realmente originales que lo diferencian de la competencia. La historia de Soul Hackers es bastante extraña y peculiar. Nos metemos en la piel de un hacker profesional, al que daremos nuestro nombre o el que nos parezca más adecuado. Haciendo uso de sus habilidades al ordenador, decide hackear un nuevo videojuego que aún no ha sido lanzado al mercado para acceder a su beta y probarlo antes que nadie. Sin embargo, en el juego se le aparece un misterioso personaje que lo envía al pasado y además libera por accidente a un demonio que se encontraba preso en un ordenador y que toma posesión del cuerpo de su novia.
A diferencia de otros RPGS donde tenemos una vista en tercera persona, aquí todo transcurre en primera persona durante los combates, salvo cuando nos desplazamos por el mapa, que aparece como un muñeco a modo de marcador que se desplaza por los caminos disponibles. Para movernos por las mazmorras utilizamos la cruceta, ya que nos movemos en dirección recta pudiendo girar a izquierda o derecha para cambiar de dirección o al doblar una esquina. La pantalla inferior de la consola facilita las cosas, mostrándonos en todo momento nuestra ubicación y los lugares de interés. Aunque la pantalla táctil se emplea para ver el mapa, llegado el momento de la acción no lo usamos para nada, sino que empleamos los botones físicos de la portátil. Como es habitual dispondremos de ataques básicos con armas tanto blancas como de fuego, ataques especiales, objetos para mejorar nuestras estadísticas o curarnos y los siempre presentes ataques mágicos.
Lo que más llama la atención de este Soul Hackers es la interacción con los demonios. Podemos entablar conversaciones con ellos, pedirles ayuda, llamarlos a la batalla e incluso algunas veces nos propondrán tareas. Los demonios son indispensables para poder avanzar en la aventura y necesitamos su colaboración. Lo gracioso de todo esto es que muchas veces se hacen de rogar y a la hora de charlar con ellos debemos elegir las palabras adecuadas para convencerles y que se unan a nuestro equipo. Podemos hacernos con un gran número de ellos, al más puro estilo Pokémon y guardarlos en nuestro ordenador para pedirles ayuda en caso de necesidad. Durante la batalla podemos invocar la presencia de dichos seres, aunque hay que dejar claro que, aunque supongan una ventaja contar con su colaboración, éstos no suben de nivel y serán los humanos los únicos capaces de hacerlo. Eso sí, cuantas más veces utilicemos a un mismo monstruo, mayor confianza adquirirá con nosotros y responderá mejor a nuestras órdenes.
Para que veáis lo complejo que puede llegar a ser este sistema de monstruos, aclararos que cuentan con su propia personalidad y habilidades especiales. Puesto que cada uno tiene una manera de ser distinta, a unos les gustan más charlar sobre un tema determinado y realizar una serie de acciones más que a otros y viceversa. Llegado el momento podemos fusionar nuestras criaturas y dar paso al nacimiento de otras nuevas, lo que otorga mayor variedad al título. A medida que ganamos combates y adquirimos D-Souls, que son digamos la moneda de cambio del juego, podemos desbloquear demonios especiales y otros objetos. Soul Hackers esconde muchísimos secretos y descubrirlos todos nos llevará muchas horas. Además de los secretos cuenta con muchas posibilidades, como son las ya mencionadas fusiones de monstruos y personalización de éstos, de modo que para descubrirlas todas sería conveniente rejugar el título.
Puesto que se trata de un título bastante antíguo, el apartado gráfico no impresiona ya a estas alturas, pero se ha pulido un poco. Los personajes cuentan con un estilo anime, aunque los demonios son realmente el alma de la fiesta y quienes se llevan la mejor parte, contando con un mejor acabado. Los escenarios se presentan bastante planos y faltos de elementos y texturas, lo que afea el conjunto global. Prácticamente no luce de 3D, sino que se añade un efecto que aporta un poco de profundidad, pero nada destacable. En cuanto al apartado sonoro, la música electrónica que nos acompaña es vibrante y cumple con su cometido, pero sin excesos. Volvemos a encontrarnos ante un producto que nos llega en perfecto inglés, lo que echará atrás a más de un comprador. Si queremos disfrutar del juego como es debido resulta imprescindible tener altos conocimientos del idioma de Shakespeare, de lo contrario no te enterarás ni papa de lo ocurre y puede que acabes abandonándolo.
Analizar y puntuar Soul Hackers no ha sido tarea sencilla, sobre todo por no ser muy amigo de los combates por turnos y decantarme por otro tipo de títulos con toques más plataformeros. Aun así, lo cierto es que el juego no es una mala compra si disfrutas con el género, si perdonas sus errores y sobre todo si te sabes defender bien con el inglés. [65]