Lo dejo claro ya: Uncharted: El Legado Perdido funciona perfectamente como capítulo paralelo de la franquicia de Naughty Dog, una delicatessen para fans. Va sobrado técnica y artísticamente, su argumento te mantiene enganchado y todo tiene un empaque de cine de aventuras de muchísimos quilates.
Además presenta unas inesperadas mejoras en los mismos cimientos de la franquicia. Sin duda, Naughty Dog no se ha dormido en los laureles. En Uncharted El Legado Perdido encarnaremos a Chloe, que regresa a la franquicia, embarcada en la búsqueda del colmillo de Ganesha, un dios con forma de Elefante de la mitología Hindú. Acompañados de Nadine, otra cara conocida, recorreremos la selva en la India, buscando tesoros y metiéndonos en líos. Es decir, puro ADN Uncharted.
1 + 1 no siempre son 2
Es difícil criticar a una producción de Naughty Dog de forma objetiva. Es cierto que la falta de acentos de los personajes – todos hablan igual – es un punto de mejora, pero, en general, el doblaje es muy bueno, muy profesional. Obviando este punto, que es compartido con muchísimas producciones, no ya solo de videojuegos, sino de cine y televisión, el resto debería funcionar como la seda. Los ingredientes virtuosos parecen estar ahí, y se han aderezado con extras para la ocasión.
No hay nada que recriminar del apartado técnico, artístico o guión. Pocos peros se pueden poner ahí. Los gráficos son increíbles, con sus detalles en cada esquina, maravillosos efectos (de luz, explosiones…), lo vivos que están los escenarios… Son quizá hasta demasiado buenos, porque es prácticamente imposible detenerte en cada esquina para disfrutar del incomensurable mimo que Naughty Dog ha puesto en ellos si no quieres estar 100 horas para pasarte un solo capítulo. En serio, cada paso es una postal: vas a gastar el botón de Share.
Como digo, no se puede recriminar nada visualmente a Naughty Dog, solo aplaudirles, una vez más. Si hay que criticar solo hay espacio a hacerlo a la cada vez más familiar y menos sorprendente fórmula jugable, ese saltar-disparar en la que se basa cada Uncharted y que aquí está más expuesta que nunca debido a la dimensión del paquete en si, inferior a Uncharted 4 – aunque superior a la inmensa mayoría del catálogo de PS4. Pero la fórmula, en cualquier caso, sigue funcionando, y encima se ha reforzado, dando la sensación que, además, todo se ha pulido, aunque la dimensión (entendida como variedad y número de niveles) se haya reducido.
Uncharted El Legado Perdido es un gran juego al que no se le nota en absoluto que nació como DLC. Pero esto no es Uncharted 4 y se nota. Y lo que a Nathan se le perdonaba por lo gigantesco de la propuesta, aquí las limitaciones quedan más expuestas debido al inferior dimensionamiento de esta entrega. Pero Naughty Dog ha echado el resto para intentar potenciar la propuesta con otros factores.
Grandes mejoras
Uncharted El Legado Perdido cuenta con un gran bloque de estructura de mundo mapa abierto, en el que el escenario posibilita Misiones Secundarias que recuerdan, en su concepto (que no en su ejecución, mucho más simple aquí) a lo visto en el brillante Rise of the Tomb Raider (Crystal Dynamics, 2015), juegazo del que también toma prestados elementos como la mecánica de la escalada con piolet y el forzar cerraduras.
Aunque lo que me ha parecido más sorprendente es que se ha implementado una IA que realmente aporta cosas, gracias a la cual Nadine, como personaje controlado por la CPU, es tan resolutiva que asusta: se cargará a enemigos por iniciativa propia e incluso resolverá parcialmente algunos de los puzles. Un lujazo de compañera. Además, podremos extender conversaciones puntuales con Nadine, o pedirle consejo, si interactuamos con ella con el botón adecuado.
Las mejoras eran necesarias. Y es que saltar y disparar está bien, pero los tiroteos, tan parecidos a entregas anteriores, siempre corren el riesgo de acabar resultando tediosos, a pesar del inherente encanto de suceder en los maravillosos escenarios de la India. Y las plataformas, de las mejores de la saga, tremendamente gratificantes,son una gran forma de conseguir capturas impresionantes, pero no ofrecen apenas un desafío para el jugador: la cosa al final está reducida a buscar puntos donde poder engancharte o balancearte, consiguiendo que Uncharted: El Legado Perdido, en cualquier plano, quede genial en las fotos.
Los puzles son interesantes, con un nivel de dificultad en general bajo, salvo un par que te harán casi coger lápiz y papel, aunque la falta de variedad de las localizaciones les pasa factura. Todavía colea el cameo de cierto pirata en Uncharted 4…
La magia de las protagonistas
Otra gran mejora de este capítulo es la química entre las protas, Nadine y Chloe, además de su carisma – sin necesidad de recurrir a una talla 200 de sostén. El cambio de tono de los diálogos con respecto a Uncharted 4 es evidente, aquí el cachondeo sigue estando presente, pero todo está barnizado de una capa de profundidad, de relación de verdad, que resulta tan sorprendente como reconfortante y refrescante, incluso a estas alturas, encontrarla en un videojuego. Felicidades a los guionistas porque han conseguido que el hecho de que el juego esté protagonizado por mujeres influya en algo más que en unos skins. Desde ahora mismo me declaro muy fan de la pareja y espero que no sea el último título en el que sean las cabezas de cartel.
Así, argumentalmente, como también hace gráficamente, combate la falta de variedad en cuanto a los escenarios con una mayor profundidad en los detalles y en la exploración de los matices. No voy a entrar en spoilers, pero el juego tiene su ración de sorpresas. Sin entrar en detalles, que sepas son de las buenas, de esas que te reconcilian con los Videojuegos y te olvidas del hastío que un@ a veces siente cuando tiene la sensación que siempre está jugando a lo mismo.
Tengo bastante claro que esta apreciación sería diferente si Uncharted 4 no existiera. Si Uncharted El Legado Perdido hubiera salido a la venta antes que la brutal ¿despedida? de Nathan Drake, tendría el listón en otra altura. Pero teniendo en cuenta que los fuegos artificiales de Naughty Dog todavía resuenan, este nuevo capítulo lo tenía jodido para hacer saltar todo por los aires.
Y no lo hace, quizá le falta para ello un argumento con más giros, más localizaciones y personajes, pero se saca de la manga un juego que hace gala de todas las virtudes de los Uncharted, con una duración alrededor de 10 horas, provista de otro apartado gráfico de ensueño marca de la casa, que te hace ver que esta gente juega en una liga propia, y añade unas cuantas mejoras de peso que realmente justifican la aparición de este Uncharted El Legado Perdido. Imprescindible. [90]