En la última década muy pocos juegos han apostado por un sistema puramente cooperativo, algo que se echa de menos en este mundillo, pero A Way Out lo ha traído de vuelta, y de qué modo Dios mío, pero puedes estar tranquilo, no te haré ningún spoiler de la historia, es algo tan maravilloso que no me podría perdonar arruinársela a alguien.
Un cúmulo de emociones
La historia de A Way Out comienza con Vincent entrando a la cárcel, quien pronto se hace amigo de Leo gracias a tener un objetivo común. A partir de ahí comenzará nuestro plan de huida y es lo único que diré del tema, porque es algo tan maravilloso a descubrir que sería delito comentar más. Como esto es un análisis debo comentar que tiene uno de los mejores finales que he jugado en mi vida, aunque el título se nos hace muy corto, ya que tan solo nos durará cinco horas, y aunque sean horas de pura magia, es el punto más negativo que verás en este análisis.
El juego es totalmente cooperativo y allí reside la magia del juego. Lo mejor de todo es que con una copia pueden jugar las dos personas, sin ningún tipo de trucos, ni nada por el estilo, simplemente invita a un amigo, familiar o cualquier conocido y ya está. Al iniciar la historia cada jugador elige con que personaje quiere jugar, pero si te preocupa perderte secuencias del otro personaje debes estar tranquilo, la pantalla está dividida en dos partes y verás lo que hace tu compañero en todo momento, sea más o menos importante.
Todo un trabajo en equipo
Jugablemente A Way Out es lo más parecido a un Walking Simulator pero con algunos momentos puntuales de acción. En ningún momento se hace aburrido puesto que tenemos un mundo muy rico en cuanto a interacción. A lo largo de nuestra aventura encontraremos a personajes secundarios que tienen sus propias historias y que te harán soltar más de una carcajada. Por otra parte, tendremos muchísimos minijuegos en el que competiremos con nuestro compañero para ver quién hace la mejor puntuación, pero eso es algo que debéis descubrir.
Uno de los puntos clave es la toma de decisiones. Tanto tu compañero como tú deberéis de estar de acuerdo para hacer varias fases de un modo, y esto puede traer discusiones o acuerdos para el futuro, ya sabéis, la magia del cooperativo. Si os habéis quedado con la duda de que pasa si se hace de la otra forma siempre podréis elegir el capítulo en el menú y volver a rejugarlo.
El control por su parte se hace muy agradable, y no tiene demasiada complicación. Sin embargo, en las animaciones he notado algunos fallos, por ejemplo, a la hora de inmovilizar a alguien por la espalda traspasas con tus brazos la cabeza del enemigo, aunque esto son en momentos muy puntuales y realmente no tiene importancia.
Sacando músculo en la parte técnica
Gráficamente es una auténtica maravilla, tiene un estilo realista, pero conservando partes cartoon, es difícil explicar, pero le sienta de fábula al título. Por otra parte, la puesta en escena y las transiciones es simplemente una maravilla, digna de ser comparada con las mejores películas de los años 80. Si finalmente te decantas por jugarlo me darás las gracias de no poner ninguna imagen en este análisis.
En el apartado sonoro encontramos algo muy parecido, pero menos notable, ya que estaremos tan metidos en la trama que rara vez nos daremos cuenta de la música y efectos sonoros, pero que ayudan muchísimo para meternos de lleno en la trama.
En conclusión
A Way Out es uno de esos títulos que marcan una época, en gran o menor medida, todo depende de la opinión del jugador. A mí, personalmente, me parece un juego para la historia, y aunque dure muy poquito, cada momento, cada transición y cada capítulo es mágico. Como dijo Josef Fares, ojalá las compañías asumieran más riesgo con sus obras.[95]