No sé muy bien en qué momento ha pasado, pero aquí estoy: más de 100 horas en ARC Raiders, todas las misiones hechas, todos los materiales que pedía la Expedición recogidos… y con ganas de seguir jugando.
Es esa sensación rara de “ya lo he hecho todo” pero el cuerpo te pide más rondas, más incursiones, más paseos por el mapa sin saber muy bien qué estoy buscando.Lo que más me está sorprendiendo es lo bien que funciona la mezcla de PvE y PvP. Yo solo juego PvE, paso bastante del enfrentamiento directo con otros jugadores, pero aún así… cada vez que veo a alguien en la distancia noto un nudo en el estómago.
Porque sé que si me cruzo con él y sale mal, puedo perderlo todo (todo menos la miseria que lleve en el bolsillo seguro). Y esa sensación es brutal. No es miedo, no es tensión de shooter clásico: es algo más profundo, más primario. Como cuando vas muy cargado en un RPG y te queda poca vida, pero multiplicado por diez.
Y lo digo sin vergüenza: es el primer juego en el que me gusta el sigilo. Nunca me ha entrado. Me suele desesperar ir despacio, esconderme, esperar… pero aquí tiene sentido. Aquí está justificado. Aquí no estoy “jugando a sigilo”, estoy intentando no perder horas de loot porque un tío con más puntería que yo ha decidido convertirse en mi némesis improvisado. Y eso cambia las reglas del juego.
Los escenarios también ayudan. Son enormes, detallados y con esa dicotomía entre “quiero explorar este rincón” y “este rincón me va a matar”. ARC Raiders tiene algo que cuesta explicar: el mapa te atrapa aunque no haya un objetivo claro. Hay momentos que parecen pensados solo para caminar y mirar alrededor, y otros que te convierten el paisaje en un campo de batalla que no veías venir.
Y sí, puede ser que le falte contenido para justificar tantas horas. Soy muy consciente de eso. Lo normal sería parar, esperar a parches, desconectar un poco… pero nada, que no me baja la fiebre. Sigo entrando una y otra vez “a ver qué pasa hoy”, aunque ya haya hecho todo lo que había que hacer: he completado todas las fases de la Expedición y todas las misiones.
Por eso, sin dudarlo, digo que para mí es uno de los mejores juegos del año. Sí, un Extraction Shooter en mi TOP 2025. Y merecidísimo. No por cantidad de cosas, no por gráficos de locos, sino por esa habilidad que tiene de meterse debajo de la piel, como si fuera un virus. Y no tengo claro que quiera encontrar la cura.
Menudo. Puto. Juegazo.