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Videojuegos bajo demanda, ¿el futuro de la Industria?

Spotify, como ya sabéis, es un servicio de streaming de música que ha tenido mucho éxito en todo el mundo y ha llegado a desbancar a iTunes en popularidad. Es una aplicación comodísima que te puedes llevar a cualquier parte y en cualquier dispositivo.

En cuestión de segundos abres la aplicación, seleccionas la canción o lista de reproducción que quieres escuchar y voilà, ya tienes tu música al instante. Esto es posible gracias a la publicidad implementada y en mayor parte a la suscripción de 10€ al mes que sirve para financiar el proyecto.

Atrás quedan esos días en los que almacenábamos megas y megas de canciones que a lo mejor solo escuchábamos una vez cada 3 meses en modo aleatorio. Además cuenta con radios recomendadas, características sociales y muchas funciones más que hacen de Spotify la aplicación perfecta para escuchar música. Netflix, que aún tiene que llegar a España, funciona de manera similar a Spotify, pero este servicio en vez de ofrecer música ofrece películas y series. Lo mismo, por 10$ al mes tienes un amplio catálogo multimedia a tu alcance, en HD y al instante. ¿No es genial tenerlo todo a un precio tan irresistible? Cierto, no es tuyo, pero lo puedes disfrutar de todas maneras. Si consumes muchas películas y series te sale muy a cuenta pagar 10$ mensuales. ¿No sería algo genial disponer de todo el catálogo jugable por ese precio o un poco más elevado?

Algo así ya hemos experimentado con servicios como >PlayStation Plus> o >Xbox Live> en los que aparte de posibilitar las partidas online o disfrutar de grandes descuentos, se habilitan sin coste adicional determinados videojuegos, aunque durante un tiempo limitado, en algunos casos. Solo hace falta pagar la suscripción mensual para poder disfrutar de todo esto. Videojuegos de la talla de Uncharted 3 o Halo 3 son algunos de los que se han podido disfrutar y significan un pequeño paso a la estandarización del Videojuego bajo Demanda, algo que se intensificará con PlayStation Now. Este servicio nos permitirá jugar a una selección de videojuegos de PlayStation a cambio de una suscripción mensual, tal y como lo haríamos con Spotify o Netflix, y los videojuegos se transmiten mediante streaming a consolas PlayStation y Smart TVs en doble sentido, y eso podría cambiar para siempre el Mundo de los Videojuegos tal y como lo conocemos por distintas razones, pero generalmente para bien.

El Modelo de Negocio que sigue la industria no ha cambiado desde sus inicios. Las novedades se venden a precios altísimos y naturalmente pocos quieren arriesgarse a probar cosas nuevas, y esa es una de las razones por las que Call of Duty tiene un éxito tremendo hoy en día. Preguntad a cualquiera de vuestro entorno que no sea gamer que prefiere: Metal Gear Solid o Call of Duty. Vale, son videojuegos bastante distintos pero independientemente del género, el ciudadano medio posiblemente elija Call of Duty sin ni siquiera probar la alternativa. ¿Acaso Metal Gear Solid es un videojuego malo?

Ni de lejos. Os propongo una comparación para que lo veáis con mayor claridad: Nuestro amigo Ratatouille tiene una cena con sus amigos y deciden ir a una pizzeria. En dicha pizzería tienen todas las pizzas a 10€. Entre ellas hay una pizza de 4 quesos y una pizza de la casa. La de la casa está muy buena, pero la 4 quesos ya la ha probado y le gusta, así que para qué arriesgarse a perder 10€ si no le llega a gustar la pizza si con la 4 quesos ya le va bien? Continuando con este ejemplo, el modelo de negocio actual consiste en comprar las pizzas enteras, por lo que el usuario medio prefiere no arriesgarse y quedarse con lo que ya conoce. ¿Acaso alguien que no tiene ni idea sobre videojuegos se arriesgaría a comprar un Heavy Rain sobre el que no ha oído hablar por 70€? Es cierto, existen las demos, pero en muchos casos estas no ofrecen una experiencia completa o son muy cortas (como en el caso de Heavy Rain ).

Los Videojuegos bajo Demanda incentivarían, opino, el desarrollo de Calidad en contraposición a los desarrollos con mecánicas repetitivas y secuelas que se han ido acomodando durante los años por su estatus de saga popular. Eso sería debido a que, al igual que en otros servicios bajo demanda, el dinero de los suscriptores se repartiría de forma proporcional a la popularidad de los contenidos, y además todos los contenidos serían accesibles por el mismo precio y cualquiera podría animarse a probar cualquier videojuego sin nada que perder y descubrir grandes videojuegos. Pero por ese mismo motivo las grandes del sector, que son las que obtienen beneficios gracias a títulos repetitivos, quizás verían peligrar sus ganancias y evitarían el auge del Spotify de los Videojuegos. Recordamos que en ese paradigma títulos como FIFA y Call of Duty que se basan totalmente en añadir pequeñas diferencias y venderlas a precios desorbitados ya no tendrían sentido. Los proveedores de videojuegos tendrían que buscar una solución a este problema. ¿Tal vez ofrecer paquetes de títulos como en la televisión por cable? Obtener el paquete de Deportes o de Shooters Bélicos por un precio añadido a la suscripción mensual sería un posible escenario, además de que no necesariamente podríamos dar por muerto al modelo clásico de adquisición de videojuegos, pues podrían convivir. Aquí sí que podría haber una víctima mortal, las remasterizaciones, que ya no tendrían sentido al poder disponer de las dos versiones de un videojuego sin un valor añadido. Otra opción: un paquete HD para amantes de los gráficos. Las desarrolladoras podrían ir a por esos clientes y obtener beneficios de todas maneras.

Sin duda este es el futuro, y quizás penséis que el formato físico desaparecerá. En absoluto, mientras haya gente que lo apoye se seguirán distribuyendo versiones físicas, al igual que con la música que aún se vende en CD y en vinilo para coleccionistas. Pero una cosa es cierta, el formato físico está perdiendo popularidad poco a poco sin darnos cuenta, y uno de los responsables es Steam. Su política de precios bajos incluso al lanzamiento de estos es el que ha impulsado con creces el formato digital frente al físico. De hecho, no conozco a ningún amigo que prefiera tener videojuegos de PC en formato físico. Esta misma tendencia hacia comprar títulos en digital puede ser clave para que el público general pierda el miedo a abandonar el formato físico y aventurarse en el mundo del streaming.

Adoptar un modelo de negocio en el que se vendan videojuegos a 70€ de lanzamiento para ofrecerlos todos libremente por una cuota mensual, como 30€ al mes, no es algo que un directivo vea sobre seguro. O tal vez en vez de ofrecer todo el catálogo los tiros vayan por algo al estilo PS Now, todo el catálogo retro por unos 10€ mensuales y los juegos más recientes se comprarían aparte. Es un camino que se tendrá que recorrer lentamente, y lo estamos viendo ahora mismo. Propuestas como PSNow (videojuegos de PSX, PS2 y PS3 y alquiler de juegos de PS4 por separado) y EA Access van dibujando poco a poco lo que sería este paradigma. Hacer pruebas a pequeña escala, con un determinado conjunto de títulos y en un determinado territorio para ver la aceptación que tiene es algo que me parece más que acertado. Aún quedan años para que esto sea algo factible, y personalmente para que triunfe algo así debería haber un intermediario que disponga de los juegos de todas las plataformas, al igual que Netflix tiene películas de Universal y MGM, entre otras. Sería incómodo, como mínimo, tener que pagar 30€ por cada una de las 3 compañías principales actuales para poder disfrutar de Halo, Uncharted y Zelda.

Otro motivo por el cual aún tardará en llegar esta tecnología es porque la velocidad de acceso a internet no es la misma en todo el mundo como tampoco lo es para todas las clases sociales de los países con conexión a internet. Si bien Spotify y Netflix han triunfado por requerir relativamente poco ancho de banda, un videojuego requiere bastante más. Por poner un ejemplo, en España mismo muchos no seríamos capaces de disfrutar del servicio en óptimas condiciones, y en juegos donde el tiempo de respuesta se mide en milisegundos (o incluso menos) sería inviable jugar. La alternativa sería descargar los títulos para poder jugarlos incluso estando offline. Sí, los 50 GB de The Last of Us no se descargan en un momento, ni mucho menos, y la capacidad de los discos duros no es muy amplia para tal propósito.

La actual generación se rige por los estándares clásicos acompañados de pinceladas de novedad que se atisban en el horizonte pero que tardarán en llegar y estandarizarse. Se dice mucho que la actual generación carece de novedades destacables más allá de una ligera mejora gráfica y funciones sociales que no todos aprovechan. Con el cambio de SNES a N64 presenciamos el cambio de las 2D a las 3D, de PSX a PS2 el cambio gráfico fue altamente notorio, y de Xbox a Xbox 360 pasamos al auge del HD y la estandarización del juego online frente al multijugador local. ¿Acaso esta generación no va a ser muy destacada? En absoluto, creo que va a ser la Generación de los Experimentos. La generación en la que proyectos como PlayStation Now u Oculus Rift sean probados y quizás años más tarde estandarizados. Los cambios irán más hacia mejorar la manera en la que jugamos que a mejorar el apartado gráfico, y eso es algo que se agradece. Que se preocupen más de los 60 FPS estables en la siguiente generación. Nos enfrentamos a una nueva forma de entender los videojuegos y eso es algo desconocido para nosotros aún. Puede ser bueno o malo, pero sin duda emocionante.

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