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Artículo: The Expendabros, Publicidad y Videjuegos Indies

Rambo en Broforce

Publicidad y Videojuegos. Era cuestión de tiempo que estos dos conceptos se unieran en su camino y presentaran productos donde los dos términos se entrelazan. El Capitalismo como modelo económico, pero también social, cultural e ideológico persigue un solo fin: mercantilizar cualquier actividad o experiencia del ser humano.

Los Videojuegos, evidentemente, ya son una mercancía que se compra y se vende pero introducir publicidad dentro de estos era un paso más, natural podríamos decir, dentro de la acaparación capitalista de cualquier manifestación cultural del alma humana.

La introducción de la Publicidad en los Videojuegos y la creación de estos como simple propaganda ya existe y recibe un nombre determinado: Advergaming. Este simple concepto proviene de dos términos, Advertising o Publicidad en inglés estadounidense y Game, juego. Su historia se remonta casi al origen de los Videojuegos, concretamente a la creación de títulos promocionales para películas como Tron donde las desarrolladoras aprovechaban el éxito de público que comenzaban a ser los Videojuegos para extender su mercado e incidencia entre el público joven. De este estado se pasó a otro, la introducción de publicidad dentro de títulos tradicionales.

Los principales fueron los juegos de conducción o deportivos, donde los logotipos de las marcas que patrocinaban a los equipos representados se reproducían igualmente en sus plasmaciones digitales. Por supuesto la aparición de propuestas ligadas a otros productos culturales como películas siguió existiendo. Sin embargo siempre se mantuvo la ilusión de que el producto no era publicidad, sino que se presentaba al público como un juego independiente o como un complemento de este que otorgaba a la propuesta jugable un matiz más de fidelidad a la realidad que trataban de plasmar en la pantalla.

Este hecho que he manifestado en el párrafo anterior se olvidó en la siguiente hornada de videojuegos, especialmente durante la década comprendida entre el año 85 y 95. Durante estos años nacieron los denominados Advergamer, títulos que promocionaban directamente una marca concreta, como una conocida marca de refrescos o cualquier otro producto. Estos títulos eran una mera excusa para promocionar el producto, siendo normalmente gratuitos y se alojaban en sus diferentes páginas webs o se difundían de manera libre.

Normalmente la publicidad asociada a los videojuegos aparecía en títulos de renombre o de un alcance considerable. Los títulos de menor calado tenían que introducir el capital para su financiación a través de otros métodos ya que las marcas no estaban interesadas en introducir su nombre en productos que alcanzaban a una minoría. De esta manera y en la actualidad podemos ver publicidad en títulos como las sagas deportivas, FIFA o PES o en las grandes sagas como GTA o Need for Speed. Propuestas que venden millones y que llegan a un público mayoritario. Por este simple motivo la inclusión de publicidad dentro de los videojuegos independientes era una mera quimera. Sin embargo esta quimera ha conseguido convertirse en realidad con The Expendabros.

The Expendabros es un videojuego que nace en dos lugares:el primero el videojuego independiente creado por Free Lives, Broforce y segundo la película The Expendables. Broforce es un título de plataformas en dos dimensiones que se caracteriza por una influencia notable de la saga Metal Slug y unos escenarios modificables a tenor de las explosiones y disparos de nuestro personaje protagonista. Realmente atractivo por su diseño gráfico ha supuesto toda una sensación dentro del escenario independiente y este éxito ha sido aprovechado por la promoción de The Expendables 3, la cinta protagonizada por Sylvester Stallone y compañía para extender el nombre de la tercera entrega de la franquicia.

La inclusión de publicidad dentro de los títulos contenidos en el escenario independiente es una rara avis. No existen ejemplos previos y menos aún un título hecho a medida del producto que promociona, ya que toma hasta el nombre. De esta manera pierde por definición la etiqueta de independiente al recibir dinero de agentes ajenos al desarrollo de la obra y se eleva, o se hunde, a la mera descripción de publicidad encubierta, en este caso directa y evidente. Este caso puede abrir un debate sobre la integridad del creador y su obra. Si esta se ha concebido de manera independiente o han seguido las directrices de poderes fácticos.

La creación de esta propuesta es una muestra más del avance del capitalismo y el capital sobre todos los productos del entretenimiento digital posando sus manos más viles dentro del escenario más prometedor del mundo videolúdico, el espacio indie. Pero también es una muestra de otro fenómeno, el alcance de los títulos bautizados con la etiqueta indie. Ahora las grandes empresas consideran a los productos considerados hasta ahora de menor calado como vehículos de propaganda a la altura de las grandes sagas ya consolidadas y esta acción nos lleva a reconsiderar el estatus de la etiqueta y considerarla de ahora en adelante a la altura del resto de títulos, ya que en una reunión en la cumbre, los portadores de billetes ha sido lo han decidido.

Sin duda alguna esta primicia, la creación de un conocido videojuego indie como mera herramienta propagandística que se distribuye de manera gratuita para mayor recaudación de la cinta, abre una puerta para futuras colaboraciones entre la publicidad y el videojuego independiente ¿Qué será lo próximo? ¿Un Journey donde busquemos por la inmensidad del desierto una máquina expendedora de frías bebidas negras?

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