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«Assassins Creed Revelations: Ezio de viaje por la bella Constantinopla» [Impresiones PlayStation 3]

Ubisoft nos invitó hace unos días a sus oficinas, para ver (y jugar) un avance del próximo Assassin’s Creed: Revelations. En compañía de Falko Poiker, diseñador de misiones del juego, estuvimos cerca de tres horas enfrascados en la nueva aventura de un Ezio Auditore más aviejado pero con la misma habilidad trepadora y asesina de siempre.

La acción comenzó en el barco donde Ezio viaja tras los pasos de Altair. Allí encuentra un libro escrito por el padre de Marco Polo, el cual sitúa las cinco llaves que necesita para abrir la biblioteca de Masyaf, donde se encuentra un objeto muy valioso y que acabará con sus huesos en Constantinopla. A la llegada a la ciudad otomana, nos recibe Yusuf, nuestro contacto a cargo de La Orden en la ciudad y que nos explicará como está la situación y enseñarnos a usar los nuevos «gadgets» que iremos usando en nuestra aventura.

Antes de centrarnos en los nuevos inventos, un vistazo a la ciudad. De nuevo los chicos de Ubisoft Montreal han vuelto a realizar un trabajo artístico estupendo, con una ciudad aun más viva que en anteriores ocasiones. Es alucinante (como en títulos anteriores) subirse a la torre más alta y divisar la ciudad por completo, ya que la distancia de dibujado es enorme y esto lo vas a disfrutar mucho cuando vayas saltando por los tejados. Cuando bajas a tierra, las mejoras se notan un poco menos y se centran más en el estilo de la muchedumbre, como están vestidos, se comportan, hablan, etc., lo cual también mejora respecto a La Hermandad.

En todo momento nos encontraremos con gente alrededor nuestro, hablando en diferentes idiomas, respondiendo a nuestras peripecias por la ciudad, siguiendo con sus conversaciones o reclamando la ayuda de los guardias cuando les robemos, llegando incluso a atacarnos ellos mismos. Porque si, una vez más tendremos que conseguir ingresos y no todos son a base de asesinatos. Personalmente no se porque, pero este juego sigue provocándome un dilema moral cuando se trata de robar a la muchedumbre. Vale, somos asesinos y es un poco «idiota» que matar a alguien no te provoque rechazo, mientras que dejar pulsado el botón cuando pasas al lado de alguien para «sisarle» las monedas. Pero no me encuentro cómodo realizando estas acciones. Es como cuando después de matar a alguien, le registras para llevarte lo que lleve encima y escuchas como la gente de alrededor hace comentarios en plan «¡que poca verguenza, robar a un muerto!».


Con cien tirolinas por banda, viento en popa….

Volvamos al asunto. Una vez con pasta en el bolsillo, podremos visitar las diferentes herrerías y sastrerías para conseguir mejoras en nuestra «armadura» (no es que Ezio vaya precisamente como Don Quijote tampoco, ya sabéis), reclutar soldados como en La Hermandad, o bien conseguir ingredientes para realizar diferentes clases de explosivos que luego nos vendrán muy bien en las misiones.

Misiones que se presentan más variadas. Por ejemplo, en una de ellas se trataba de defender una guarida de aliados de los ataques enemigos, con lo que se nos muestra un mini-juego de estrategia en el cual debíamos colocar en los tejados a arqueros, fusileros o asesinos, así como barricadas en el suelo, los cuales evidentemente nos van costando créditos. Según defendemos la fortaleza de los ataques templarios, iremos acumulando puntos de moral que sirven para ir mejorar las barricadas o colocar más unidades que responden a nuestras ordenes, fijando los objetivos enemigos que queremos eliminar primero e incluso accediendo nosotros mismos a una pequeña parte de la acción detonando cañonazos en determinados lugares. La verdad es que fuera de la parte de exploración de la ciudad, me gustó bastante esta misión.

Otra de ellas fue cuando nos tocó atacar a una serie de juglares para acabar disfrazándonos como uno de ellos e iniciar una fase de infiltración. El objetivo es hacernos pasar por juglar, cantando y tocando la guitarra frente a los guardias para distraerlos mientras nuestros aliados realizan sus «trabajitos asesinos» gracias a nuestra vista de águila. Fue particularmente gracioso, porque Ezio no es que precisamente cante bien y ya no es que se rían los guardas del juego del asunto, es que te ríes tu mismo con la situación según vas escogiendo la canción o poema que vaya a soltar el italiano por su boca.

Para movernos entre misiones, dispondremos de dos nuevos elementos: el Gancho-cuchilla y las Tirolinas. Con el gancho podremos alcanzar cotas más altas de las habituales cuando escalemos las paredes de los edificios. Usando el gancho con las tirolinas, podremos movernos entre los tejados de manera más rápida. Además de las ventajas obvias del desplazamiento, el gancho nos ayudará a apoyarnos en los salientes de los edificios, mientras que las tirolina nos servirán de catapulta (si soltamos el gatillo) para realizar ejecuciones desde el aire.


¡¡El gaaannnnchooooooo….!!

Hablando de ejecuciones, cuando nos toque luchar contra nuestros enemigos, encontraremos nuevos ataques finales bastante espectaculares que se acabarán en cámara lenta. En estos ataques, podremos esquivar y enganchar a nuestros enemigos con nuestro nuevo arma, además de realizar barridos a sus pies o esquivarlos pasando rápidamente por encima de ellos. Todo esto no es que haga que el combate cambie respecto a anteriores entregas, pero si lo hace algo más dinámico y divertido en principio.

El tercer elemento nuevo que nos mostraron en el nivel son las bombas (de las cuales ya os hablamos el otro día). Podremos mover el punto exacto por la pantalla para lanzarlas y detonarlas donde nosotros queramos. Su utilidad (a parte de la obvia que es destrozar algo o matar a alguien) es que nos servirá como elemento de distracción para los guardas, alborotando a la muchedumbre y de esta manera, pasando inadvertidos ante nuestros enemigos. Si a todo esto, sumamos la habitual visión especial de Ezio para detectar enemigos, hará el trabajo de encontrar los objetivos y movernos por la ciudad para encontrarlos mucho más divertido y sencillo.

En resumen, Revelations presume de ciudad gigantesca donde perdernos a gusto como otras veces, realizando tareas secundarias, o bien centrarnos en la historia principal de búsqueda y asesinatos con unas misiones más variadas que en anteriores ocasiones que ¿acabarán? con los cabos sueltos por los personajes conocidos de los anteriores capítulos. ¿Mas de lo mismo? Quizás, pero desde luego, no se le puede reprochar a Ubisoft que el trabajo realizado no tenga unas altas cotas de calidad, diversión y jugabilidad por delante.

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