Hace una semana que he podido jugar en mi PS4 (gracias a una copia que nos ha mandado 505 Games) a Assetto Corsa, uno de los simuladores que más ruido han hecho en el mercado del PC y ahora de las consolas.
Assetto Corsa: Un buen juego que no es para todo el mundo
Antes de hablaros de mi experiencia con el juego, quiero ser completamente sincero para no dar lugar a malos entendidos y que entendáis el contexto de estas líneas, para que sepáis cómo soy yo, como jugador, con los títulos de carreras.
Lo cierto es que los juegos de conducción me gustan, disfruto con ellos y he pasado centenas de horas de mi vida viciando a sagas como Gran Turismo, Forza, Need for Speed, rFactor (el que quizás sea el juego más similar a este Assetto Corsa), Ridge Racer, Screamer o los diferentes títulos de F1 con los que, de hecho, me encuentro más cómodo y de los que sí podría decir que tengo un nivel medio o alto.
Pero no, no me considero un jugador hardcore de juegos de carreras, ni siquiera bueno, simplemente una persona a la que le gusta disfrutar de un rato de conducción y soltar un poco de adrenalina con la sensación de velocidad del título de marras. ¿Quiere decir esto que soy un paquete? Tampoco es eso y, de hecho, en una de las pruebas de Driveclub para la prensa internacional en un viaje que pude hacer a Runcorn (Liverpool) en mis tiempos de MeriStation quedé en segundo lugar de todos los medios invitados de Europa. Con esto último tampoco quiero sacar pecho, simplemente dejar claro que soy eso, un jugador normal y que quizás, por eso, este juego no sea para mí.
Assetto Corsa, desde luego, tiene muchas cosas buenas. Una de ellas, por ejemplo, es el gran número de coches y de las diferencias palpables entre ellos, que se notan en cuanto comenzamos a conducirlos y que simulan casi de forma perfecta el comportamiento de cada modelo de coche dependiendo de sus características, algo que hará que se le caiga la baba a todo aquel que sea un gran aficionado del motor.
Otra cosa muy buena que tiene el título son las físicas, unas de las mejores que he visto en un juego de conducción en muchísimo tiempo, recreando todas las fuerzas a las que se ve sometido el coche cuando entra en una curva o hacer una frenada brusca, amén, por supuesto, de las colisiones que se producen con una realidad bastante pasmosa, por no hablar de las consecuencias de salirnos de pista, también recreadas de forma bastante fiel a la realidad.
Estos dos puntos fuertes, sin embargo, hacen que sea casi obligatorio el tener un buen volante para nuestra PS4 para disfrutar del juego en su totalidad ya que, con un mando, a pesar de las ayudas, nos va a resultar tremendamente difícil controlar el coche todo lo bien que deberíamos y, de hecho, va a provocar que tampoco podamos sacarle todo el jugo posible al juego.
Pero no es su dificultad la que me ha echado para atrás en el juego, después de todo, me encantan los retos y los desafíos o puede que sea un poco masoca (o cabezota, más bien) y este peldaño en el camino, habitualmente, hace que me pique más con el juego, que le invierta más horas para intentar dominarlo y exprimirlo, como con Rfactor, un título que me encantaba en su día y que ha sido, de lejos, uno de los mejores simuladores (y también uno de los juegos más difíciles) de conducción para PC pero que, a pesar de su dificultad, consiguió engancharme.
Quizás, Rfactor lo consiguió porque lo disfrutaba con amigos, me picaba, me incitaba a seguir completando, vuelta tras vuelta, a un mismo circuito para que a la hora de competir contra ellos pudiera plantarles cara e, incluso, si era un circuito afín, poder dar la sorpresa. Sin embargo esto no me ha pasado con Assetto Corsa, quizás porque he apostado demasiado por el juego en solitario y me he visto frustrado por uno de los lunares más importantes del título: su poco acertada Inteligencia Artificial.
No encontraremos un termino medio con ella, o será perfecta en los niveles más difíciles, o se limitará a chocarse con nosotros en los modos más fáciles, en un conjunto de decisiones desacertadas e ilógicas que hacen que el juego en solitario a veces se vuelva desesperante, todo ello acompañado, como no, de las típicas IA invencibles que ocupan los primeros lugares de la parrilla y que hacen que sea tremendamente difíciles superarles, tirando por los suelos las ilusiones de los jugadores más casuales incluso en los niveles más fáciles.
Assetto Corsa no es para mí, desde luego. Como jugador no especializado en los juegos de conducción me he sentido frustrado por una IA que carece de toda lógica y que resulta completamente desacertada, todo esto, con el valor añadido que hace que un juego tan fiel a la realidad se haga muy difícil de controlar con el mando, restando enteros a las posibilidades de victoria de los jugadores que no queremos dejarnos cientos de euros en un volante decente.
Pero, pese a todo, el juego considero que a nivel de comportamiento de los vehículos, de las físicas y a nivel gráfico, es uno de los mejores del mercado, por lo que si tienes un buen volante y eres un amante del mundo del motor y de la conducción te diré una cosa: Assetto Corsa no es para mí, pero seguramente, para ti, sí lo sea.